"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

sábado, 8 de junio de 2013

Cenizas y Nieve




Cuando la intensa fuerza espiritual
los elementos 
para sí arrebató, 
no hubo ángel que separase
la doble naturaleza unida 
de la intimidad de ambos: 

tan sólo el amor eterno
consigue separarla.

(Fausto, 2ª parte, Barranco)


No siempre se trata necesariamente de un amor así, sino que puede ser también un amor de esa clase de la que Nietzsche dice: "dos animales se han reconocido".

El amor de enamorados cala más hondo. Falta la consagración de la promesa, de los votos de vida en común. En cambio, es otra belleza del destino, de lo trágico, la que puede transfigurar este amor. Pero, por lo general, predomina el instinto con su oscura pasión o su chispeante fuego de paja.

El "amor" se revela empíricamente como la fuerza del destino par excellence, tanto si aparece como vulgar concupiscentia o como la afección más espiritual. Es uno de los móviles más poderosos en los asuntos humanos. Cuando se lo considera "divino", entonces esta denominación se aplica con todo derecho, pués a lo más poderoso en la psique se le llamó desde siempre "Dios" en la lengua. 

Siempre y en todas partes se llamó "divino" a lo que posee la máxima potencia psíquica. Sin embargo, "Dios" siempre es contrapuesto a las personas y se lo diferencia expresamente de ellas. El amor, con todo, es algo común a ambas partes. 

El ser humano, como parte, no comprende todo. Se encuentra sometido a él. Puede decir "si" o puede enojarse; pero siempre está atrapado y encerrado en el todo. Siempre depende de él y está fundado en él. 

El amor es su luz y su tiniebla, cuyo final no alcanza a ver.

"El amor no acaba nunca" 

Incluso si hablase "las lenguas de los ángeles" o si persiguiese con rigor científico la vida de la célula hasta su fondo más recóndito. Puede documentar el amor con todos los nombres que están a su disposición, pero solamente se perderá en infinitos autoengaños. Si posee un grano de sabiduría, rendirá las armas y llamará a lo ignotum per ignotius, es decir, CON LOS NOMBRES DIVINOS.

Esto constituirá una confesión de su inferioridad, imperfección y dependencia, pero a la vez un testimonio de su libertad de elección entre la verdad y el error.


EL amor "todo lo soporta" y "todo lo espera" (1 Cor 13, 7) Este texto lo dice todo. No podría agregársele nada.


Sobre el Amor...
Con C.G.Jung





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