"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

lunes, 20 de octubre de 2014

Se inclinarán hacia el Este, cuando sople el viento del Oeste.



Maestro, maestro amante, 
la princesa espera tu llegada en su fragrante aposento, 
y la mujer casada y soltera en su jaula; 
la prostituta que busca el pan, en las calles de su vergüenza,
y la monja,en su claustro, que no tiene esposo;
la mujer sin hijos, también, en su ventana,
donde la escarcha perfila el bosque en el vidrio,
te encuentra en esa simetría,
y te mimará, y hallará consuelo.

Maestro, maestro poeta,
maestro de nuestros silenciosos deseos,
el corazón del mundo se agita con las pulsaciones de tu corazón,

pero no arde con tu corazón.

El mundo se sienta a escuchar tu voz en tranquilo deleite,

pero no se levanta de su asiento
para subir las cimas de tus colinas.

El hombre soñará tu sueño, pero no despertará a tu amanecer,
que es su mayor sueño.

Verá con tu visión,
pero no arrastrará sus pesados pies a tu trono.

Y, sin embargo, muchos han consagrado tu nombre 
y se han fortalecido con tu poder,
y han tornado tu dorada visita
en coronas para sus cabezas y cetros para sus manos.

Maestro maestro de la luz,
cuya mirada habita en los dedos que buscan de los ciegos,
todavía te desprecian y se burlan de ti,
hombre demasiado débil y enfermo para ser Dios,

Dios demasiado hombre para llamar a la adoración.

Su misa y su himno
su sacramento y su rosario son para su yo encarcelado.
Aún sois su distante yo, su grito lejano y su pasión.

Pero maestro, corazón del cielo, 
caballero de nuestro sueño más justo,
pisa firme en este día;

ni las reverencias ni las lanzas se quedarán a tus pies.

Caminas a través de todas las flechas.
Sonríes ante nosotros
y, aunque seas el más joven de todos nosotros,
nos engendras a nosotros.

Poeta, cantor, gran corazón,
puede que nuestro Dios bendiga tu nombre,
y el vientre que te ha concebido y el pecho que te ha dado leche.

Y que Dios nos perdone a todos.


De Jesús, el Hijo del Hombre, 1928. Un Hombre del Líbano, K.Gibran.



Y que Dios nos perdone a todos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario