"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Alquimia y Astrología


Ariell Chris & Laura Morandini



Los Planetas transpersonales representan la llave de la trascendencia, son los últimos tres Templos Planetarios donde el alma adquiere los tres más altos niveles de conciencia que encierra nuestro sistema solar:

Urano, el Hierofante revelador de los Misterios Mayores representa el mundo de la astrología, Neptuno es el esoterismo y permite la comprensión espiritual y percepción de los mundos invisibles, mientras que a Plutón se le asocia con el mundo de la magia-teurgia, siendo el planeta que otorga los poderes para actuar en los mundos sutiles.

La alquimia, la magia ritual , la magia sexual son manifestaciones en nuestro mundo de su energía, que sin la debida comprensión de los Templos de Urano y Neptuno, fácilmente se podría desviar hacia la magia negra. 

ALQUIMIA es un nombre que proviene de las raíces árabes Al, Dios y Chimia, química, es decir: la química de Dios.

Es la ciencia de las transmutaciones, un proceso complejo de aprendizaje que puede entenderse en pasos o etapas que llevan a un despertar gradual de la conciencia y evolución espiritual. La Iniciación Hermética. 

Con los tránsitos de Urano, Neptuno y Plutón el hombre se transforma, por dentro y por fuera. Si no está conciente del proceso alquímico no favorece al cambio sino que se resiste a él, haciendo más difícil la vivencia y perdiendo la oportunidad de evolucionar, de llegar a encontrar su verdadera esencia.



Se dice que la alquimia nació de la mano de la Diosa Isis, que robó el secreto de la alquimia a un ángel supremo, con la condición de que sólo se lo podría revelar a su amigo el más querido y a su hijo Horus. Isis y Osiris simbolizan la integración de los opuestos, el Sol y la Luna o la CONIUNCTIO alquímica y Horus, el Hijo Divino, el Lapis Philosoforum.

Existían y existen dos clases o niveles de alquimistas, unos, llamados despectivamente los “sopladores de botellas”, que sin ningún tipo de filosofía ni espiritualidad guiados por la codicia tenían como fin último obtener oro.

Los segundos, los alquimistas Herméticos quienes se centraban en el proceso de la transmutación o cambio interno cuya finalidad era la obtención de la Piedra Filosofal. Esto incluía la noción de que el hombre no se viera influenciado por los tránsitos de Saturno, es decir, esperaban lograr un nivel de evolución tal, que pudiera romper las leyes de la influencia de los astros, la erradicación de la rueda interminable de encarnaciones. Mientras los primeros – los más conocidos- se centraban en el oro, los segundos en el despertar espiritual. 

La Alquimia es un trabajo sobre nuestro cambio interno. A medida que el hombre va adquiriendo más conciencia de los tránsitos que va a vivir, deja de reaccionar automáticamente frente a las circunstancias y comienza a asumirlas con conciencia. Es aquí donde entra en juego la noción de determinismo versus libre albedrío. No podemos cambiar las situaciones externas, pero sí la manera en que las percibimos y el sentido que le atribuimos como una oportunidad de crecimiento. 

El alquimista en su búsqueda utilizaba como herramienta principal un horno, el ATANOR o ATHANOR, de forma esférica, la cual permitía transformar a la materia. Así mismo nuestro athanor es el cuerpo físico donde se va a quemar y purificar la “Prima Materia”- Karma- para ser transformada a lo largo de las diferentes etapas.

El gran enigma y primer desafío que confrontaba el alquimista en su búsqueda era poder reconocer la Prima Materia, diversos autores antiguos en sus tratados, en un lenguaje simbólico y cifrado, la ubicaban en las grutas, bajo tierra, en la escoria, dentro de sí mismo, en la sangre, el plomo, etc. Otros tratados describen que la Prima Materia se encontraba a simple vista pero sólo los que tuviesen el código podrían reconocerla.

Además su aspecto generalmente causaba repulsión. Los dos grandes símbolos dados eran los del Dragón y el Plomo.

Astrológicamente el plomo es el elemento de Saturno, por lo tanto este planeta en la carta natal es el primer significador de la Prima Materia. Su posición por casas, signos y aspectos indicarán el Karma a liquidar para comenzar a trabajar en el desarrollo y conquista del Sol (Oro Alquímico).

Psicológicamente Saturno representa los complejos, traumas e inhibiciones a tratar en psicoterapia para posteriormente realizar una labor sobre las potencialidades de la persona y su camino de individuación. 

Por otro lado, otro indicador de la Prima Materia está simbolizada en los Nodos Lunares (Caput Draconis y Cauda Draconis) la cabeza y la cola del Dragón. 

Ambos símbolos son esenciales para decodificar el inicio del trabajo alquímico, espiritual, psicológico, moral de cada ser humano. 

El alquimista realizaba su trabajo con la ayuda de su complemento femenino: la SOROR MYSTIQUE, que es la pareja del alquimista o complemento necesario para poder integrar en el proceso de alquimia al Sol y a la Luna, consciente e inconsciente, intelecto e intuición, razón e instinto.

La Soror Mistique ve a través de los sueños, intuye y descifra símbolos conectando al hombre con su Anima, su inconsciente, su energía lunar, permitiéndole su posterior integración de esta fuerza a su mundo Solar.




La finalidad es transformar la materia en oro, a Saturno en Sol, la materia mas baja y pesada en lo más brillante y luminoso. Es un sendero largo y difícil. Lo primero que se necesita es la materia prima, negra, de aspecto y olor desagradable, que aparentemente no tiene ninguna utilidad, pero que encierra el potencial de desarrollo y evolución.

La prima materia está simbolizada por el karma ancestral de cada individuo y sólo el trabajo largo y paciente para su purificación es lo que permitirá acceder a su Sol, es decir, a su misión particular en esta encarnación.

A un nivel iniciático permitirá la fusión con el Yo Superior, Dios, el Gran Arquitecto, y romper la rueda de encarnaciones. 

Según C. G. Jung, Alquimista es toda persona que se propone cambiar internamente; todos tenemos la posibilidad de transmutar nuestra prima materia, los tránsitos nos llevan a determinadas vivencias que implican cambios y oportunidades para encontrar el propio Oro interior.

Toda persona que está en la búsqueda de su cambio o transformación interna es un alquimista. En el proceso alquímico psicológico el alquimista representa nuestro elemento reflexivo, la conciencia, es aquel que acompaña y observa el proceso, ayuda a la prima materia amorfa a que vaya tomando forma.

Para esto es necesario romper las estructuras autocreadas a través de las diversas experiencias y volver al origen.

Este es el proceso del retorno de Saturno, por el cual se elimina lo viejo, lo caduco o aquello que ya no nos pertenece pero con lo que nos sentimos fuertemente identificados. Hacer este primer trabajo de limpieza interior implica un gran sufrimiento, que se intensifica si nos oponemos a él.



Podríamos resumirlo en 
“Quiero cambiar aquello que no quiero cambiar”. 




En esta resistencia ante el cambio, psíquicamente pueden ocurrir tres procesos fundamentales:

· Estructuración regresiva de la psique: donde el gran temor al cambio lleva a asumir actitudes y comportamientos regresivos infantiles que si bien proporcionan seguridad impiden el crecimiento. Esto puede asociarse al retorno Lunar por progresiones secundarias que coincide con el retorno de Saturno (27-30 años, 54- 60 años).

· Disolución en el Self: Donde el Self toma el control de la persona y esta queda inundada por los contenidos del inconsciente sin tener un asidero. Asociado al proceso de Solutio Inferior.

· Individuación: Donde Ego y Self están diferenciados y conectados, aquí se han dejado de lado las estructuras que dan seguridad y se ha vuelto a la esencia pero con la ayuda del alquimista- conciencia, Yo Superior que ayuda en el proceso como contenedor.

La persona vuelve al estado indiferenciado Ego-Self pero puede salir de él porque no se ha diluido. 





VIAS ALQUIMICAS

Las vías Alquímicas son cuatro: La Seca, La Húmeda, la Mixta o de Amalgamas y la Breve.

Sin embargo las más utilizadas son la vía Seca (Fuego) y la Húmeda (Agua).

La vía seca, más sencilla fue la comúnmente elegida por los alquimistas “sopladores de botellas” ya que su trabajo implicaba simbólicamente la búsqueda egóica de poder y conquista mundana.

Por el contrario, la via Húmeda, debido a sus extrema complejidad era imposible recorrerla en soledad sin la asistencia de un maestro iniciado que ya había logrado previamente la piedra filosofal. 

Desde la perspectiva psicológica la vía Húmeda está implícita en el proceso de psicoterapia, ya que el trabajo profundo sobre las emociones amerita la contención y el acompañamiento de un maestro (terapeuta) que haya previamente trabajado sobre sí mismo y pueda guiar al paciente a través de la oscuridad de su mundo interno. 

Si se realiza un paralelismo de las Vías como forma de desarrollo del alma asociándolo a los cuatro elementos, se intuye el camino que cada individuo debe seguir según su esencia solar. 

Para expresar la función que cumplen los cuatros elementos de la astrología en un lenguaje alquímico, se utilizarán las correspondencias de Fuego (Calcinatio), Agua (Solutio) Aire (Sublimatio) y Tierra (Coagulatio).

VIA SECA: Es la vía del fuego. Quien tenga su Sol en signo de fuego va a seguir una senda alquimica seca.

CALCINATIO, donde se trabaja con la prima materia quemándola. Dentro de la astrología esto es el ego, el orgullo, la fuerza, el entusiasmo, la pasión, la vía de CALCINATIO es quemar lo negativo del fuego para que quede la fuerza positiva. Los planetas que se encuentran en el elemento fuego de nuestra carta viven el proceso de CALCINATIO. Corresponde al Sol y a Marte.

Este proceso puede vivirse en dos niveles: inferior o superior, en el primero podemos quedar “quemados” por las vivencias sin una interiorización de la experiencia. En la segunda se trasciende la pasión del fuego pero se pasa a través de ella.

La experiencia se vive igualmente en ambas, pero el proceso interior es diferente dependiendo del grado de conciencia. 

VIA HUMEDA: Es la vía del agua, según los Maestros, la más noble, en la que la materia prima no se la quema sino que se la trata constantemente y de a poco a través de medios húmedos, líquidos y salinos, mediante tres elementos fundamentales: la Sal, el mercurio de agua – Azoth- y el Azufre también conocido como Fuego Secreto.

Psicológicamente es penetrar en un viaje profundo, en el que se sumerge a la conciencia en los abismos emocionales y afectivos. Quien tenga su Sol en signos de agua elige la vía alquimica SOLUTIO o húmeda, correspondiente en esencia a un proceso Lunar-neptuniano acuático.

Este nivel o vía de crecimiento puede vivenciarse como la aniquilación por parte de los contenidos del inconsciente –pudiendo llegar a la psicosis- o, por el contrario, de forma creativa donde ocurre la disolución del Ego y su posterior recomposición.

Luego del “desmembramiento” se reconstruye y surge la sabiduría y la conexión con los mundos sutiles. 

VIA MIXTA: También llamada de amalgama, es un equivalente a SUBLIMATIO, que se trabaja por mediación del fuego pero sublimando a la prima materia, es decir, evaporándola y rescatando el espiritu –Azoth- cuando se eleva como un vapor.Corresponde al elemento Aire.

Existe una polaridad complementaria entre CALCINATIO y SUBLIMATIO, de hecho, los signos de fuego se encuentran en oposición a los de aire; a través del fuego y CALCINATIO se hace posible el proceso de sublimación.

Quien posea a su Sol en el elemento aire elige la vía alquimica de las amalgamas, la de elevación. Mercurio (de Aire) Urano y Júpiter son sus equivalentes Astrológicos.

Psicológicamente en este proceso de elevación podemos quedar “suspendidos” eternamente mirando al mundo y a nosotros mismos sin una real conexión con las vivencias, tal vez con gran objetividad y raciocinio pero sin involucrarse afectivamente.

Por otro lado, si se vive en un nivel superior es la vía que nos permite tomar distancia de nosotros mismos, discriminar, tener una visión más amplia de lo real. Liberación de los apegos sin abandonar el mundo afectivo.

VIA BREVE: Es la cuarta vía, llamada la Breve, y su elemento es la tierra.

Muy poco han escrito los antiguos maestros alquimistas sobre esta vía, salvo la recomendación de que sólo especialistas intenten abordarla.

Nos atreveríamos a decir que es un proceso en el cual a la prima materia se la inunda de agua y se la deja secar y una vez seca se vuelve a inundar con el mercurio acuático y así hasta concluir la operación cuando se haya obtenido el resultado deseado. SOLVE ET COAGULA.





COAGULATIO y SOLUTIO es el eje de los signos de tierra y de agua. 

Mojar y dejar secar, mojar y dejar nuevamente secar, esto enfrenta al hombre a la lucha por concretar. En el proceso alquimico se busca que la materia se endurezca y cuando se logra consolidar algo interviene el agua y disuelve lo que ha construido. Es trabajar la tierra con esfuerzo, enfrentando dificultades y perfeccionando lo existente. Corresponde a Saturno como análogo planetario.

COAGULATIO permite un estado reflexivo que lleva posteriormente a concretar los contenidos psíquicos en la realidad, pero si se vive a un nivel inferior se puede quedar atado a la materia, a lo físico y concreto negando cualquier tipo de realidad invisible. A un nivel superior coagulatio logra concretar y consolidar pero también pierde la rigidez y permite la fluidez del pensamiento para que pueda ser expresado en realidades diversas y cambiantes. 

Los cuatro elementos ya citados corresponden a las cuatro Grandes Iniciaciones que el espíritu humano vivirá en su largo peregrinar a través de sus encarnaciones terrestres, manifestados por los cuatro portales del alma: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio.





El espíritu humano experimenta el fuego penetrando por el portal de Aries en un nuevo ciclo de vidas, realizándose en Leo y concluyendo en Sagitario un triángulo ígneo; una vez desarrollado su fuerza e individualidad pasa por el segundo portal: el del agua, SOLUTIO, penetrando en Cáncer y reencarnando luego en Escorpio y Piscis - el ultimo signo de cada proceso es un mutable - signos de fin de ciclo- por lo tanto, los planetas allí ubicados generan inestabilidad en la vida-.

El tercer portal, el del aire, corresponde a Libra, SUBLIMATIO, la elevación, el individuo se eleva por encima de la realidad concreta y comienza a pensar en forma clara, desligado de los apegos. Su función es purificar el pensamiento y abrir a la conciencia a relaciones enriquecedoras.



El cuarto portal, el de la tierra, nos orienta a Capricornio, signo del trabajo duro, la paciencia, la frustración y soledad, y a la sabiduría adquirida con los años; seguido por Tauro, mundo de las sensaciones y placeres – recompensa por su etapa anterior- hasta llegar a Virgo que es el último signo y así sellar todo este largo proceso, en el que se abandona la materia y se comienza un nuevo ciclo de fuego en una etapa evolutiva superior.


ETAPAS DEL PROCESO ALQUIMICO

Una vez que el alquimista se encuentra frente a su athanor en posesión de la Prima Materia comienza a trabajar en lo que la filosofía Hermética ha dado en llamar “el Opus Mágnum” la gran obra, la cual se compone de tres etapas diferenciadas simbolizadas en la alquimia medieval por un dragón de tres cabezas, la primera negra, la segunda blanca y la tercera roja.

Estas etapas corresponden a la Nigredo o etapa de Saturno, también simbolizada por un cuervo negro; la Albedo etapa de la Luna y simbolizada por una paloma blanca y la Rubedo correspondiente al Sol y que tenía por símbolo al León rojo.



NIGREDO: putrefactio, corresponde al color negro dentro de la labor alquímica, al planeta Saturno, a la muerte de Osiris, a los Arcanos XIII y XVIII. Es el encuentro con la Sombra y el Mal en sus múltiples formas de dolor, duelo, separaciones, enfermedad, prisión y pobreza. 

Cuando el hombre necesita un cambio profundo en su vida entra en un proceso de NIGREDO. Por lo tanto en esta etapa el buscador se enfrenta a sus karmas personales más densos, pesados y antiguos. Solamente a través de su encuentro, reconocimiento y aceptación es que podrá comenzar una labor de purificación sobre la prima materia. 

Psicológicamente está referido al reconocimiento e integración de la Sombra en la psique, hacer conciente lo inconsciente, traer luz a partir de las sombras. 




El trabajo sobre la Nigredo no se realiza a libre voluntad espacio-temporal, sino que estará determinado por los ciclos de Saturno sobre sí mismo (ciclos de 7 años ) o por los tránsitos de Saturno sobre los planetas natales. 

Así el Alquimista no apresuraba su trabajo y esperaba el momento cósmicamente adecuado – que él llamaba Kairòs- para comenzar el Opus Mágnum (La Gran Obra Alquímica)


ALBEDO: también llamada la fase Lunar de Isis. Su color, el blanco, es producto de la purificación de la prima materia a través de la NIGREDO. 

La razón de este mecanismo es la de despertar conciencia. Este sendero incluye la fusión del rey y la reina, lo masculino y lo femenino, el Sol y la Luna, el Azufre como elemento activo masculino y el Mercurio acuático como elemento pasivo femenino. 

Es la llamada CONIUNCTIO, por la cual se logra la unión de los opuestos, transformando a la mujer en un ser autosuficiente y al hombre racional, en sensible; ya no buscando a la pareja para lograr la plenitud, sino como un complemento, pues la totalidad se ha conquistado internamente. 






Es la Sal como elemento químico que permite fusionar las polaridades, gracias a su cualidad neutral.

En esta etapa, la SOROR MYSTIQUE, compañera del Alquimista se transforma en una herramienta fundamental para su crecimiento y ya no es un receptáculo pasivo que sirve a su proyección Anima. 

Esta etapa tampoco es fácil de lograr, pero el destino brinda da la oportunidad de realizarlo 2 o 3 veces en una vida. 

Este proceso ocurre en el cielo cuando se da la unión de el SOL y la LUNA, en el novilunio o luna nueva, cuando en el cielo nocturno notamos la ausencia de esta luminaria, reina la oscuridad absoluta, la conjunción Sol- Luna se realiza bajo tierra, bajo el horizonte. 

A nivel psicológico esto significa que este proceso ocurre internamente, es invisible. Sucede en el inconsciente. 

Estos novilunios o retornos de la conjunción, dentro de la carta progresada ocurren a lo máximo tres veces, cada treinta años. 

En la vida de las personas cuando se da el novilunio es un cambio completo en la dirección de la existencia, el final de un estilo de vida y se analiza dependiendo del grado en que se ubique esa conjunción en relación al resto de los planetas de la carta natal y los aspectos que realice con ellos .

LA RUBEDO: la tercera etapa, es la RUBEDO. Corresponde al Sol, al color Rojo y a Horus. 

Una vez que se ha logrado la integración de la Sombra, Animus/Anima, positivo/negativo, Sol/Luna, luz/sombra, en la RUBEDO se procesa la fusión del Yo con la Divinidad.






Es la búsqueda de Buda, Cristo o para cualquier persona que se encuentre en el sendero, es fusionar su Ego con el cosmos. El retorno a la fuente original. 

Entendido de forma esotérica, el mensaje de Dios para nosotros es la estrella SIRIUS, que se encuentra a 13M de Cáncer y es la estrella Madre/hermana de nuestro Sol, es una voluntad superior a la de nuestro Sol. Llamada “la estrella del can”, deidad fundamental para los sacerdotes Egipcios – que la llamaban Sothys- pues a partir de su posición longitudinal comenzaba su zodiaco, las construcciones de sus pirámides y templos.

El alma a medida que va peregrinando y evolucionando, se encuentra encerrada en la escuela de nuestro sistema solar a través de los templos planetarios. Cuando trascendemos la esfera de Saturno y llegamos a Urano, Neptuno y Plutón el hombre entra en una etapa preparatoria hacia un nivel de evolución superior, liberándose gradualmente de las leyes solares y llegando a la conciencia estelar, a la sexta dimensión. 

La Gran Obra se concluye cuando se alcanza la RUBEDO; la prima materia se ha transformado en el Lapis Philosoforum o Piedra Filosofal que otorgaba al alquimista la energía, el poder de transmutar el plomo en oro, la inmortalidad y el elixir de la vida.





El hermetista que iniciaba la búsqueda de la piedra filosofal solamente para enriquecerse terminaba en la máxima pobreza porque trabajaba únicamente con fines egoístas, su energía estaba enfocada en el poder y el oro material. La alquimia no es para lograr cualquier oro sino el oro interior; deseando este oro interno, como decía Salomón, se pide sabiduría y el resto llegará por añadidura. 

Todo se reducía a una única meta, la ruptura de la rueda de reencarnaciones -Samsara- trascender a Saturno, sus obligaciones Kármicas y no necesitar más la experiencia física-material como instrumento de evolución. 

El Opus Alchimicum comenzaba con una frase: “Orum Nostrum non est Orum Vulgi” , es decir que "el oro del Alquimista no es el oro vulgar, aclarando que el oro que se busca no es la moneda sino la realización personal espiritual. 

Dentro de este camino el alquimista buscaba desesperadamente la figura y aceptación de SOFIA, Diosa de la sabiduría manifestada a nivel arquetipal con el arcano II del Tarot. Esa es la verdadera guía del alquimista.





Si utilizamos las imágenes de los Arcanos Mayores del Tarot, podemos comprender por qué el arcano 0 –la no existencia- ejemplifica al LOCO, que dentro de la filosofía hermética es alguien ignorante, no consciente de sí mismo e impulsado por instintos animales. 

Cuando el hombre decide dejar de ser el LOCO pasa por el “portal” hacia el arcano I el MAGO, llamado THOT que era el Dios egipcio equivalente a HERMES, intermediario de otros Dioses pero además el Dios que regía la iniciación y la alquimia. 



Cuando se toma contacto con el arcano I, el MAGO, representa a el alquimista, el hombre dispuesto a transformarse, cambiar, iniciarse. 

Luego siguen 20 arcanos más de experiencia pues la senda es larga. 

El arcano I tiene en su mesa los elementos que corresponde a las 4 vías: CALCINATIO - Varas (vía del fuego), SOLUTIO - Copas (vía del agua), SUBLIMATIO - Espadas (vía del aire) y COAGULATIO Monedas (vía de la tierra), dispuestas sobre su mesa con la espada que además es el símbolo para los iniciados equivalente a la varita mágica, que se entrega al hombre como símbolo del poder iniciático adquirido. 

No se puede dar poder con la espada a un ignorante. La espada o varita intenta conectar al MAGO con el cielo, su Ego con el Sí mismo, Dios o Ser Superior.


SUB-ETAPAS: LA ESCALA DEL ALQUIMISTA



Dentro de las tres grandes etapas de la Gran Obra Alquímica (Nigredo, Albedo, Rubedo) se encuentran siete sub etapas (Calcinatio, Solutio, Coagulatio, Sublimatio, Mortificatio, Separatio, Coniuctio). 

Cada una de ellas representa pruebas o escalones que el alquimista deberá recorrer en su elevación espiritual. 

Una vez que se han recorrido los 7 escalones de la Nigredo, se iniciará el viaje hacia el ascenso por la Albedo, para finalizar en el último peldaño de la Rubedo.

Astrológicamente los ciclos vitales se encuentran divididos en períodos de siete años que son los aspectos que realiza Saturno sobre sí mismo (Ciclo de Saturno 7- 14- 21- 28- 35 años), por lo que estas siete sub etapas alquímicas encuentran correspondencia íntima con las edades críticas de Saturno.

1.- CALCINATIO: La primera sub-etapa tiene analogía con la Via Seca, se quema la materia prima, independientemente de la vía que se elija: la seca, la húmeda, la mixta o la breve, el primer acto es ígneo. Bien sabido es que todo comienzo encierra en sí mismo el entusiasmo, la fuerza, la pasión por algo, la motivación, esto se manifiesta a través del CALCINATIO, quemarse por la llama interna que devora la vida, es lo primero que sucede al iniciarse cualquier ciclo. Cuando esta sub-etapa se manifiesta de una forma negativa el hombre se confronta al orgullo excesivo (hybris), a la ira, al egoismo, al fanatismo y la intolerancia.

2.- SOLUTIO: Equivalente a la vía húmeda. Calcinada la materia prima, eliminadas sus impurezas, reducidas a polvo, se agrega agua de mercurio. Despertada la pasión de la etapa anterior, con SOLUTIO se disuelve el ego, se lo deja atrás y el hombre se abre a otras posibilidades. Aprende a pensar en otros antes que en sí mismo y a sacrificarse por algo superior. En este sub-periodo todo lo que parecía importante se disuelve, desaparece todo aquello en lo que se confiaba y se da la decepción, se asocia a Luna/Neptuno. El aprendizaje a través del agua incluye las lágrimas, el llanto, pero también la devoción. Aquí el individuo se percata que su identidad fue una ilusión. Cada uno de estos procesos se elige dependiendo del manejo energético de la persona. Si el Sol se encuentra en signos de agua el proceso de SOLUTIO puede ser experimentado como normal, pues concuerda con la esencia íntima de la persona; si en cambio el Sol se encuentra en signos de fuego (CALCINATIO) el proceso de SOLUTIO puede ser muy difícil de aceptar. 

Todo en lo que se creía se disuelve pues esa es la fuerza del agua.

3.- COAGULATIO: Después que a las cenizas de CALCINATIO se le ha agregado el agua de mercurio, se espera que se seque. Así entramos en el proceso de COAGULATIO, la cristalización de la prima materia devenida en piedra. A este proceso el alquimista describía bajo las palabras SOLVE ET COAGULA, disuelve y endurece. 

COAGULATIO entonces es la fuerza consolidadora de la materia: construir, hacer y sentir que en algún momento lo que se ha edificado adquiere una estructura sólida, esa es la realización o proyecto de la piedra filosofal. En estos procesos el individuo se fortalece, crece, se vuelve resistente ante la adversidad, ha caído en la materia pero ha aprendido a ser eficaz y realizador en el mundo concreto. 

El proceso de COAGULATIO es necesario, hay casos de crisis esquizoide en las que COAGULATIO por tránsitos de Saturno lleva al hombre a ocuparse de cosas concretas lo que le ayuda a superar la crisis, pues se dedica a tareas que lo conectan con la tierra. En su expresión negativa convierte al hombre ciego hacia los mundos espirituales; materialista y sin Dios, insensible hacia las demandas y sentimientos de otros, negador del afecto.

4.- SUBLIMATIO: Después de COAGULATIO en que la materia prima se ha cristalizado y adquirido forma nuevamente, sigue la etapa de SUBLIMATIO, que es la de rescatar el espíritu en su evaporación a través de la acción del fuego sobre la prima materia. 

A través de este fuego nuevamente se captura el espíritu y se lo separa en una “retorta” (tubo de ensayo), se deja reposar y de la humedad se obtiene el Mercurius Philosoforum. 

Simbólicamente para el alquimista todo lo que existe encierra dentro de sí un elemental con vida. 

SUBLIMATIO es separar nuestras necesidades espirituales de las materiales. Si con COAGULATIO se tenía que penetrar profundamente en la materia, aquí se debe elevar la sustancia espiritual por encima de la misma, despertando en el hombre ideales nobles. 

Con SUBLIMATIO el alquimista comienza a desarrollar los ideales de la filosofía hermética, su pensamiento abstracto en detrimento de su mundo material, concreto. 

A veces SUBLIMATIO se define como en los arcanos VI del tarot, los Enamorados, la elección entre la senda ideal o material y el XVII, la Estrella, la búsqueda de lo sublime. 


5.- MORTIFICATIO: Una vez realizada la separación del espíritu de la piedra, esta sufre y comienza su largo proceso de putrefacción Si bien se ha logrado rescatar al Mercurio, al espíritu, la Gran Obra se descompone. 

Después de tanto trabajo y esfuerzo ahora surge el miedo. MORTIFICATIO es el escalón crucial de prueba para el hermético: o la obra muere definitivamente o renace bajo una nueva forma y apariencia. 

MORTIFICATIO incluye todos los procesos de duelo en una vida, de pérdidas, donde Plutón, Saturno y la Luna adquieren su mayor poder como energía de máxima enseñanza. 

Si con SOLUTIO algo se había perdido con lástima y añoranza aquí es la pérdida dolorosa, el dolor más intenso, llamado por los hermetistas la noche oscura del alma. 

En este proceso se da un gran triangulo dentro del tarot entre los arcanos XIII, XIV y XV (La Muerte, La Templanza y El Diablo). 

El alquimista confronta la muerte con el arcano XIII; en el XIV conoce al ángel, al maestro, guía, a la luz, siempre aparece en nuestra vida este Arcano cuando más se lo necesita; pero simultáneamente aparece el arcano XV que lo tienta, lo lleva hacia la oscuridad. El arcano XV adquiere poder en MORTIFICATIO porque el hombre se encuentra en su momento más vulnerable, donde desea salir de ese estado de sufrimiento. 

Es el momento de la gran elección, o elige la vía oscura del arcano XV, El Diablo o por la vía luminosa del arcano XIV la Templanza. De todas maneras, independientemente de la vía que escoja llegará el arcano XVI, la Torre de la destrucción. 

La diferencia entre el alquimista y el hombre común es que el primero, si bien sabe que deberá pasar por un período de destrucción, no se dejará llevar por la tentación. Sabe también que llegará el Arcano XVII, la Esperanza.

6.- SEPARATIO: Aquí ya la piedra ha muerto y el Mercurio Philosoforum se encuentra en estado líquido tras el proceso de destilación. 

SEPARATIO corresponde a la fase de la luna llena, es donde se manifiesta la máxima tensión y división de la conciencia entre el poder solar y el poder lunar, lo masculino y lo femenino, lo positivo y lo negativo, el hombre y la mujer, el blanco y el negro. 

En SEPARATIO se da la gran separación o ruptura de las dos energías, Sol y Luna. 

A nivel concreto esta etapa es de vital importancia pues se acepta el alejamiento y la separación de personas y/o situaciones de nuestra vida que ya no corresponden al proceso de crecimiento. 

Dentro del sendero de SEPARATIO el hombre voluntariamente se separa de algo que ya no funciona o que ha terminado en su mundo externo o en su interior. 

7.- CONIUNCTIO: Una vez que ha ocurrido la separación se llega al siguiente paso, la última etapa, que es la CONIUNCTIO o unión de los opuestos, es la integración de nuestro Yo con lo Divino. 



A niveles más mundanos es la conciencia transpersonal. 



Aquí se une la piedra en su estado de putrefacción con el Divino Hermafrodita, Mercurio, devolviéndole la vida y cambiando su color. 

Es el matrimonio alquímico entre el Sol y la Luna, el Rey y la Reina, la fusión en un todo inseparable y la creación de su hijo en el Mercurio Filosofal encarnando en la piedra. 

La persona que haya alcanzado este estado de evolución espiritual nunca volverá a ser la misma, ya que su percepción acerca del mundo y de sí mismo estará inundada por lo trascendente.





Estas 7 sub-etapas una vez que se han desarrollado en la etapa de la Nigredo, comenzaran nuevamente desde Calcinatio en la etapa de Albedo y así sucesivamente hasta finalizar en la Coniuctio de la Rubedo, donde se logra finalmente la Piedra Roja, llamada Lapis Philosoforum o Piedra Filosofal. 






Siendo la realización total, el Oro Alquimico, el Arcano XXI el Mundo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario