“I shin den shin” dicen los
japoneses, de mi alma a tu alma.
Esto nos remite al lenguaje de los pájaros,
ese lenguaje que está más allá de la racionalidad, de la palabra escrita o
hablada, de lo descriptivo. Eso que se comunica con la presencia, con el
movimiento, con el símbolo, el signo, la mirada, el estar en compañía de lo
sagrado.
"Para hacer que un sueño se vuelva realidad, hay que tener primero un sueño, creer en él y trabajar por realizarlo. Normalmente, es esencial que otra persona que sea significativa para nosotros crea que ese sueño es posible: esa persona es una portadora de visión, cuya fe suele ser crucial: Daniel Levinson, en Seasons of a Man´s Life, describe la función de una "mujer especial" en la fase de transición de un joven hacia el mundo adulto. Levinson asegura que tal mujer tiene una conexión especial con la realización del sueño de aquél.
Le ayuda a dar forma al sueño y a hacerlo realidad. Lo comparte, lo bendice, cree en el joven como el héroe del mismo, se une a él en su viaje de descubrimiento y le proporciona un santuario en el que puede imaginar sus aspiraciones y alimentar sus esperanzas".
Jean Shinoda Bolem en Las Diosas de Cada Mujer
EL LINAJE Y LA TRANSMISIÓN
INICIÁTICA
Este es un tema harto complejo al
cual intentaremos acercarnos delicadamente ya que es fácil herir
susceptibilidades y soberbias instauradas en el tiempo.
Es bastante conocida por
cualquier estudiante de esoterismo la existencia de escuelas iniciáticas tanto
en la antigüedad como en la época contemporánea. Sin embargo no es tan conocido
el modus operandi de dichas escuelas y los detalles de lo que constituye la
posesión de una tradición y un linaje espiritual auténtico. Esto se debe a que
increíblemente se cree que cualquier organización que se tilde de iniciática lo
es realmente, cuando en general no es así.
Por qué entonces se presentan
como escuelas iniciáticas? Por un tema de marketing, suena mejor decirlo aunque
no lo sean y en algunos casos ignoran lo que realmente tienen y lo que no
tienen.
Para entender esto entra otro
factor muy importante: la existencia de un guía vivo que posea el contacto con
el mundo del espíritu. La esencia de una vía iniciática reside en esto, ese
guía vivo posee en su corazón un tesoro espiritual, esto le faculta para
convertirse en iniciador.
Ese guía vivo se transforma en un
bendito, aquel que puede irradiar un poder divino a su alrededor, la bendición,
al ser él mismo una manifestación de ese tesoro. Y todo esto se extenderá en el
tiempo a través de la cadena iniciática que habla Eliphaz Levi, la silsilah de
los sufíes, la selsheleth de los hebreos, el gurú Kula de los tántricos o el
linaje del zen.
¿Por qué los grandes maestros no
escribieron libros?
Por que la enseñanza es de corazón a corazón, “I shin den
shin” dicen los japoneses, de mi alma a tu alma. Esto nos remite al lenguaje de
los pájaros, ese lenguaje que está más allá de la racionalidad, de la palabra
escrita o hablada, de lo descriptivo. Eso que se comunica con la presencia, con
el movimiento, con el símbolo, el signo, la mirada, el estar en compañía de lo
sagrado.
Este lenguaje es el que permite
la comprensión de los dos mundos: el mundo real y el mundo aparente. Uno es lo
que se ve y el otro lo que no se ve, se siente.
La transmisión del conocimiento
va más allá del lenguaje común, no lo que estamos viendo hoy en día: supuestos
gurúes que dicen qué hacer y qué no hacer; filósofos que a través de la
deducción o la inducción manejan los conceptos; personas que hablan bonito de
amor y mística. Dicen que cuando uno se une con Dios no necesita más palabras,
el lenguaje de un guía apunta a esto, de ahí aquello de “el que sabe no habla”.
Por eso la conceptualización que
se está haciendo del camino espiritual es completamente nociva. La respuesta
está en el silencio, pero a mucha gente le encanta las explicaciones, nos
brindan seguridad y fortalecen nuestra necesidad de control.
En el sufismo el lenguaje de los
pájaros tiene tres aspectos muy interesantes: la metáfora, la anécdota y el
símbolo, siendo este último el que lanza al discípulo a la experiencia
espiritual directa.
Es así que la primera enseñanza a
la que uno accede es el saber que esa vivencia mística es un sabor (“dhawq”
para los sufíes, “rasa” para los tántricos), como decimos en nuestro mundo
mágico:
saborear tu naturaleza original
Es interesante ver que sabor y saber
tienen la misma raíz y nos conducen a lo mismo.
El objetivo de cualquier
tradición iniciática es que el aspirante viva de acuerdo al sendero de lo real,
el camino de lo auténtico, el vivir de acuerdo al Principio Divino, al Tao, a
la Presencia Divina. Esto último se llama ser uno con el Hombre Universal.
Esta vivencia en realidad es
espontánea y completamente natural como lo afirman todas las tradiciones
iniciáticas llámense zen, taoísmo, tantrismo, sufísmo, etc.
Toda inventiva y
mecanicidad para producir algún estado es propio de mentes occidentales
egoístas que olvidan que “los lirios del campo van creciendo sin fatigarse ni
tejer”, que “la canción se canta por sí misma” como dicen los taoístas y que
“no es trabajar y sembrar la tierra lo que hace que caiga la lluvia, sino que
la preparamos para recibirla” como dicen los sufíes. Esa es la síntesis del
trabajo de una organización iniciática, preparar la tierra, no producir la
lluvia.
Volviendo a las agrupaciones
esotéricas diremos que no pueden ofrecer lo que no tienen. No puede surgir una
escuela esotérica sin una tradición que la respalde, tampoco puede ser producto
de la fantasía de personas que han leído doscientos libros y que creen que la
erudición y el conocimiento de ciertos rituales y procedimientos resuelven todo.
Una escuela iniciática no es un grupo de amigos de lo esotérico que encontraron
viejos pergaminos y rituales antiguos y armaron un grupo de trabajo.
Tal vez estas últimas
apreciaciones parezcan rígidas, pero no lo son, son parte del respeto que hay
que tener por las vías tradicionales del conocimiento y que por no tenerlas
actualmente vemos la proliferación de sectas y gurúes que son más bien empresas
de explotación y enriquecimiento económico.
El objetivo de las escuelas
iniciáticas es reestablecer en el adepto el “estado natural”, el “sahaja” de
los tántricos, esa alegría innata del sabio liberado.
La clave para golpear la
puerta del templo es la pureza de corazón y la pasión de un intenso anhelo de
ser verdaderamente uno con lo sagrado.
EL SECRETO DE LA MUJER DE FUEGO
(Nada sabía yo de estos secretos, ni la mujer en su interior protegiendo el fuego sagrado, ni el porqué pronunciaba yo aquella palabra, tantra, ni expresaba un deseo de experimentar algo que ni si quiera conocía...hoy vienes a mí conocimiento, recordando que aún en mi interior hay cosas que sin saber sabía...que sin querer quería, e intuyo que con el tiempo podré experimentar tendiendo al UNO, fundida en O...)
“La Mujer inicia mediante el
mismo yoni a través del cual nació el hombre, en una vida anterior. La Mujer
inicia mediante los mismos senos que alimentaron al hombre, en una vida
anterior. La Mujer inicia con la misma boca que, en alguna ocasión, calmó al
hombre. La Mujer es la iniciadora suprema del Tantra” Kaularahasya
¿Qué significa que la mujer es la
iniciadora? Que tiene activados los fuegos de la diosa.
Esos fuegos se encuentran en
lugares específicos del cuerpo y son energía-conciencia activa que permiten,
por medio de una resonancia, que otras personas pueden sentir la totalidad.
Por
eso en la tradición tántrica es la mujer, la hechicera, la conductora, la guía
del clan (kula). Esto nos remite a una civilización que existió hace miles de
años desde Europa hasta la India y que compartió una concepción similar: la
adoración de la Gran Madre en todas sus facetas ya sea doncella, madre, bruja,
anciana. Ya sea como la creadora o como la destructora.
La mujer de fuego representa la
que enciende el poder de la pasión, pero para eso debe encenderse a sí misma
encontrando su poder perdido.
Debido a este secreto el poder
masculino establecido tomó las enseñanzas tántricas y taoístas y las volvió
patriarcales. Lo mismo pasó en occidente con la llegada de griegos y romanos.
Quizás los celtas fueron los únicos descendientes de indo-europeos que
conservaron el secreto de la mujer de fuego.
De esta manera cuando el
conocimiento salió a la luz quedó la idea de que la mujer es una especie de
"talismán", nuevamente un objeto de uso, pero en este caso
"sagrado".
El tantra nos enseña que no es el
hombre más que la mujer ni viceversa, sino que son la posibilidad de contactar
con dos fuerzas del universo que están en permanente unión. Esa unión es
éxtasis y podemos participar de ella al hacernos concientes de su existencia
principalmente en nuestro cuerpo.
El cuerpo en el tantra es el templo
de Dios, pero no solo se concibe lo material, sino todo el entramado de
energías que somos. De lo cual también deducimos que
el cuerpo energético es ese templo también. Cada canal de energía es un proceso
de crecimiento, la posibilidad de integrarnos a la totalidad de nosotros
mismos. Cada punto o chakra es un portal que al abrirse permite a la conciencia
expandirse a niveles cada vez más amplios.
Los secretos del cuerpo
energético incluyen conocimientos que se perdieron sobre puntos de energía que
circulan el cuerpo y son entradas a nuevos niveles de percepción. Dichos puntos
están alrededor del aura, digamos "fuera del cuerpo" y eran conocidos
en la antigua China.
Entonces el secreto de la mujer
de fuego también está en el conocimiento de estos puntos y canales y su
activación. Sin embargo no hay que creer que esta sacerdotisa conocía técnicas
solamente, sino que la magia de su sacerdocio estaba en que había encontrado en
su interior el poder mágico de la diosa y podía ser un canal para su manifestación.
Hoy esa posibilidad también está
al ser el tiempo de la diosa y su presencia en el aura del planeta.
Solo resta
comenzar a reconocer nuestro tremendo potencial espiritual.
LA MAGIA DEL CALDERO - Los secretos de la mujer de fuego
Siguiendo con la visión de los
secretos de la mujer de fuego nos internaremos esta vez en un símbolo muy
tradicional en la alquimia tanto oriental como occidental: el caldero.
Es evidente que se trata de un
símbolo muy importante para la espiritualidad y especialmente en el mundo de la
magia, así como en el de la alquimia sexual.
El caldero se asocia a la
cocción, la vaporización, el agua, el fuego, los ingredientes, quien maneja el
caldero revolviendo el preparado y los resultados que se buscan obtener. Así
que en el simbolismo del cocinar está también el trabajo alquímico e iniciático
del mago o la bruja.
En alquimia Aguardiente: El Aqua Ardens es uno de los tantos sinónimos
existentes para denominar al Mercurio Filosófico y la Prima Materia. Es
aguardiente porque es agua y fuego al mismo tiempo, el agua permanente y el
fuego nuestro son una y la misma cosa.
Es la chispa de la vida comunicada por el
Creador a la materia inerte que la hace revivir.
Los metales están aletargados
en la mina hasta que son extraídos de la tierra, y entonces, gracias a la acción
del aguardiente, vuelven a la actividad. Artephius dice: "Con nuestra agua
dorada se libra la naturaleza venciendo la naturaleza, y si los cuerpos no están
disueltos por nuestra agua, penetrados por ella, suavemente ablandados y
diligentemente regidos, hasta que abandonen su grosor y pesadez, y se cambien en
un espíritu sutil, vuestra labor será en vano". Es el producto que se
obtiene en la primera operación. Fuego Secreto, espíritu que se extrae de los
dos Padres, es la Puerta y llave de la Gran Obra.
Agua Bendita.
Nombre que los alquimistas dan al agua mercurial, fundamental para sus labores
orientadas a la consecución de la Obra. Algunos filósofos dan este nombre al
elixir que todo lo cura, y que proviene de la finalización de la Obra.
Agua de vida. Según Rupescissa y Lulio, es el Aguardiente.
Veamos el caldero en diferentes
mitologías:
Ceridween la diosa galesa tiene
un caldero llamado de la “inspiración”. Su ayudante, Gwion, debe cuidar del
mismo ya que la pócima es para transformar al hijo de la diosa, un ser
horrible, en un ser hermoso. Por accidente Gwion salpica tres gotas sobre sí
mismo y a partir de allí pasa por diferentes transformaciones hasta ser
engullido por la diosa y nacer nuevamente como Taliesín, “el brillante”. Acá
tenemos entonces el caldero que a través del proceso alquímico nos permite la
iluminación y la integración final con la diosa y con el espíritu.
Dagda, el dios de la mitología
irlandesa, también tiene un caldero cuyo contenido es inagotable. Se le llama
el “padre de todos” y una de sus principales características es su desbordante
sexualidad.
También existe el Hvergelmir, el
caldero rugiente del cual borbotea una sustancia que cuando entra en contacto
con el vacío se transforma en hielo, luego se mezcla con fuego y a través del
vapor dará lugar al gigante primitivo y la vaca gigante, lo cual dará lugar a
toda la creación.
En la antigua china el caldero
está asociado a la alquimia interior y son tres calderos que representan las
tres mutaciones de la energía, ubicaciones muy precisas en el cuerpo:
vientre,
centro del pecho, entrecejo.
Estos tres niveles tienen que ver
con la transmutación de la energía y con los secretos de la mujer de fuego.
Veamos también el símbolo del
caldero: es una gran olla que normalmente tiene una pócima en la cual hay agua
y otros ingredientes, bajo la olla está el fuego y por fuera alguien, el
operador, el mago o bruja, está revolviendo la pócima.
Es una clara alusión al trabajo
con la energía sexual, ya que el caldero está representando el vientre en el
cual debemos “revolver y cocer” para poder extraer el vapor que pasará al
siguiente caldero, un nivel más sutil de la práctica.
Es interesante encontrar que en
varias culturas chamánicas existe la división en tres mundos, tres zonas, tres
fuentes de sabiduría, etc.
La zona del vientre era llamada
en la mística celta-artúrica “el salón de la dama del bosque”. Toda la zona del
vientre tiene que ver con el encuentro de la bruja del bosque, que vive alejada
de la civilización y se maneja a través de la intuición, el augurio, el
instinto y la presencia conciente del poder personal. Casi siempre en ese
bosque hay una fuente y la bruja tiene sus animales, clara representación del
aspecto instintivo y sexual del lugar alquímico mencionado.
El problema es que tantas
filosofías espirituales han condenado esta zona del cuerpo y por tanto el ser
humano no puede despertar esa esencia primigenia ya que se le dice que el
deseo, el ardor sexual, le puede conducir a un nivel inferior de conciencia.
Sin embargo es todo lo contrario,
en tanto a través de esa vivencia de lo salvaje e instintivo la persona puede
entrar realmente en el camino de la transmutación.
De manera que la iniciación
sexual tántrica se realiza a través de una integración de conciencia en la cual
la diosa se manifiesta en el cuerpo de la mujer y a través de la
concientización que ella ha hecho de este fenómeno, puede transmitir al hombre
eso como energía-conciencia sobre el cuerpo masculino. Estamos ante la
presencia de una bruja-alquímica que ha sabido revolver su caldero para activar
esa energía-conciencia.
Solo a través de esa apertura de conciencia
es posible la alquimia.
No hay respiración, retención o mantra
que
pueda ayudar
si no ha ocurrido el milagro
de la unión de la diosa celestial con
la diosa terrenal.
AVE FENIX: MITO SOLAR Y SÍMBOLO
DE INICIACIÓN
Ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo
incandescente, de fuerte pico y garras que poseía ciertos rasgos de faisán o de
garza. Sus leyendas se originan en Medio Oriente, el norte de África y la India,
e indican que el ave apareció en la India y se estableció en Etiopía y más tarde
adoptó una ruta migratoria hacia Egipto pasando Medio Oriente. Se le asocia con
la Piedra Filosofal y con la figura de Cristo. Fue citado por Hesíodo por
primera vez en el siglo VIII A.C. y más tarde descrito por el historiador
Heródoto en sus crónicas. Cuando había vivido quinientos años e intuyendo que su
muerte se aproximaba, construía un nido con ramas de sándalo, roble y otras
maderas y hierbas resinosas y aromáticas como canela, nardos mirra y cardamomo,
y luego, exponiéndose directamente al Sol, la pira ardía en llamas junto con el
ave, y al cabo de tres días, renacía de sus propias cenizas.
Los griegos le
dieron el nombre de Phoenicoperus, que significa "alas rojas". Los taoístas
designan al fénix con el nombre de "Ave de cinabrio" por ser el cinabrio, un
compuesto de azufre y mercurio, de un profundo y bello color rojo. También se le
atribuye la habilidad de curar enfermedades o dolencias con el sólo contacto con
sus lágrimas. El alquimista Michael Maier describe esta criatura con cuello de
cuello color púrpura, rodeado de un collar dorado, con su cabeza adornada con un
penacho rutilante como el rubí, con alas blanquecinas en la parte delantera, y
rojizas por detrás. Maier indica también que este animal migra a Tebas cada diez
siglos para morir, feliz de terminar sus días con la esperanza segura de
resucitar.
Es innegable que el mito del Fénix está
íntimamente ligado a una ciencia sagrada de carácter iniciático: la alquimia.
Cómo se sabe, el fin último de la alquimia es la regeneración del compuesto humano y su reintegración en el
estado edénico primordial.
La primera fase de los trabajos alquímicos recibe el
nombre de "putrefactio" o mortificación de la cual se extrae un
compuesto que, en una segunda fase aviva el fuego interior del ser humano capaz
de llevarlo al estado trascendente de identificación con la divinidad. El
catalizador que provoca esta transmutación se obtiene directamente de la
putrefacción de la materia primera en la primera fase de la Obra Hermética.
El
fuego tiene un papel preponderante en todos estos procesos. A la luz de estos
datos el símbolo del Ave Fénix adquiere un nuevo sentido: nos está definiendo
lo esencial del proceso de regeneración alquímico.
Dice la tradición del Fénix que dentro del
nido espera la cremación. Una vez muerta, el ave empieza a descomponerse y el
líquido formado por la putrefacción de los miembros impregna la totalidad del
ave, lo que da origen a un gusano de cuya metamórfosis saldrá un nuevo fénix.
El cuerpo muerto se calienta de tal forma que llega a producirse una llama.
Así
pues, el "líquido salido de la putrefacción" del Fénix es el
catalizador que los alquimistas llamaban "piedra filosofal" que
provocaba la regeneración del sujeto o bien facilitaba la transmutación del
plomo en oro.
Fénix y piedra filosofal encierran en sí mismas, milagro y
capacidad regenerativa.
Nuestro viaje a través del Fénix
nos ha permitido comprobar hasta qué punto está ligado a una secuencia
simbólica que indica estabilidad, orden, realeza, realización y trascendencia,
de la que forman parte el Sol, la alta cumbre, el Fuego, los símbolos solares
de determinadas plantas, ubicaciones geográficas concretas como el Este, o
ciudades alegóricas como Heliópolis.
De todas estas sugerencias simbólicas,
la
que más persistentemente
recorre el mundo de la Tradición es el Solar,
de ahí
que podamos definir el Fénix
como un avatar del Sol.
En segundo lugar la reiteración
del tema muerte-renacimiento le otorga un contenido iniciático y una enseñanza
operativa: para regenerar la naturaleza del ser, ésta debe morir en su aspecto
humano; el ente renacido de la putrefacción, la incineración del "hombre
viejo", generará un ser trascendente, que comparte cualidades con la
divinidad y cuya morada sea el Paraiso, el estado edénico primordial, los
Campos Elíseos o las Islas Bienaventuradas.
A partir de aquí estas dos
concepciones es posible establecer múltiples correspondencias con otros mitos y
concepciones de Oriente y Occidente que remiten a idénticas claves simbólicas y
que definen una "vía" de realización, heroica y solar que fue
patrimonio de nuestros ancestros, cuando Occidente daba sus primeros pasos.
En Brida, Pablo.C nos muestra el camino que nos lleva al encuentro con nosotros mismos a través del Amor. El amor es la única manera que tenemos de crear un puente
hacia el mundo espiritual −afirma Coelho−.
BRIDA, es una joven de veintiún años confusa con su futuro
que poseyendo un natural espiritu de búsqueda se acerca a la magia, encontrándose con una magia distinta, la magia de la sabiduría y del amor.WICCA era la maga, la guía de Brida, ella le enseñaba la
Tradición de la Luna. LORENS el novio de Brida, quien estaba realmente
enamorado de ella. EL MAGO: el viejo solitario de la colina,
busco a Brida durante toda su vida, y al ser ella su otra parte, ella llegó a él, y el mago le enseñó la Tradición del Sol.
Esta es un obra que nos hace ver que la magia no es tan
esotérica ni inalcanzable como se piensa, nos muestra un punto de
vista en que podemos descubrir que en realidad estamos rodeados de magia y lo
más importante, que podemos comprenderla si buscamos dentro de nosotros mismos, acercándonos a una realidad verdadera y profunda.
Aunque creemos caminar por calles de adoquines, el bosque siempre esta presente, y la magia espera simplemente a que te pierdas para encontrarnos.
Información completada con extractos por Daniel Curbelo y Esencias de Afrodita.
Las Doce claves. Las doce llaves de la filosofía. Obra del alquimista y monje benedictino, Basilio Valentín, que parece haber sido publicada primero en Alemania, 1559, con el título de Zwolff Schlüssel por Johann Thöldius que repitió la edición en 1603.
La búsqueda del Águila: apasionante viaje interno y externo de un físico cuántico al mundo del chamanismo. El autor recorre el planeta (de las reservas Sioux a las profundidades de la jungla amazónica) para participar en diversas ceremonias chamánicas de iniciación, mientras que a su vez emprende un viaje a los reinos del inconsciente humano.