"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

sábado, 16 de julio de 2016

Etapas del Re-encuentro Consciencial



La Evolución Espiritual es un proceso personal y esencial que viene a coronar nuestro progreso en la vida y a completar nuestra comprensión acerca del Sentido de Nuestra Propia Existencia.

Este proceso da paso a la Trascendencia, es decir, la experiencia de haber ViVido=Experimentado, la espiritualización de la materia para regresar de vuelta a ella, transformado. 

Es un proceso de alquimización del alma, el paso del plomo al oro, etapas hasta llegar a Ser Conscientes de nosotros mismos (Experiencia de Sí) y de nuestro caminar por la Vida Eterna en constante transformación a cada paso.


"La Muerte es así sólo un instante de cada momento que practicamos Vida".







Carl Gustav Jung, sobre la Alquimia y sus símbolos, entiende y estudia la Alquimia como un proceso espiritual a través del cual lo que se produce es una transformación interna del individuo por medio de su integración, lo que conduce a un estado de plenitud. 



A partir de la comprensión de la Alquimia como proceso inherente a la transmutación del espíritu surgió el concepto central de su Psicología, el Proceso de Individuación, cuyas fases son:


La Nigredo: es la primera etapa del Opus alquímico. “Nigredo” o “Putrefactio” es la fase de Saturno-Osiris, la del plomo, la inmersión en la materia prima que, mediante una serie de operaciones por las que es pulverizada, calcinada, disuelta y fundida, se transformará en “Oro Filosofal” . 

Para Jung, esta primera etapa corresponde a la integración del aspecto “oscuro” de la psique humana, de todas aquellas emociones, intuiciones, percepciones y pensamientos que se han rechazado a lo largo de la vida por considerarlos indeseables. Es el encuentro con la propia Sombra. 

Todo lo que se había criticado en los demás por efecto de la proyección sobre los otros de lo rechazado de uno mismo, se presenta como una parte nuestra, de la propia manera de ser. Se desvanece la ilusión de la imagen propia que se había construido anteriormente y de la del mundo, imágenes que habían sido creadas por la propia subjetividad, por el ego, a quien se le arrebata su omnipotencia y se ve enfrentado al poderoso inconsciente.

Esta etapa es aquella en la que uno se sumerge en lo inconsciente personal para hacerse consciente de todas las proyecciones que se encontraban depositadas en personas de nuestro alrededor y en objetos de nuestro entorno, “haciéndonos cargo” de lo que en verdad es nuestro, aunque aquello que encontremos no nos guste.

Esta fase supone un enfrentamiento con el Mal, con la parte oscura de la Creación, teniendo en cuenta que para Jung el Bien y el Mal coexisten en todos los hombres necesariamente. En este encuentro con el Mal, con lo negativo, con lo rechazado de uno mismo, se sientan las bases para, luego, ir al encuentro de la Luz, del Bien. Sin este encuentro con el Mal, nunca podrá hallarse el Bien, su opuesto.

Así como en la Alquimia, la “materia” debe llegar al estado más avanzado de putrefacción para comenzar a transformarse, así el psiquismo debe ahondar en las profundidades de lo inconsciente para enfrentarse con lo más oscuro, con los aspectos más “sucios” de uno mismo para dar comienzo a una personalidad más desarrollada, a una transmutación del espíritu.

Esta primera etapa puede ser dura y extenderse en el tiempo, porque, en este proceso de hacer conscientes todas las oscuridades y las personalidades parciales autónomas (los complejos), su reconocimiento y aceptación suelen ser muy duros, difíciles y hasta dolorosos.

La Albedo: esta fase alquímica es menos violenta que la Nigredo, pero precisa de la sabiduría suficiente, de parte del alquimista, como para mantener el fuego de manera que no queme ni destruya y, al mismo tiempo, que no enfríe el proceso. Esto es representado simbólicamente como la “boda mística” de los elementos.

Psicológicamente esto hace referencia a la integración consciente de los aspectos psíquicos opuestos, es decir, del  Ánima en el hombre, y del Ánimus en la mujer.

En la Albedo continúa la tarea emprendida en la Nigredo porque, como expresó M. L. Von Franz, la Sombra se asemeja a la hidra de Lerma con la que luchó Hércules, a la que le nacían nuevas cabezas en el lugar de las que habían sido cortadas.

Pero, fundamentalmente, durante esta etapa se retiran las proyecciones que el arquetipo del Ánima (en el caso del hombre) había emanado hacia las mujeres que lo rodeaban, su madre, su hermana, su novia, su esposa, etc., para luego enfrentarse cara a cara con ella e integrarla dentro de su ser.

Para lograrlo se debe superar antes el problema de la transferencia lo que implica reconocer que en el lugar en donde verdaderamente se encuentra la “amada” es dentro y no fuera de uno mismo. Lo mismo ocurre en el caso de la mujer y el Ánimus.

En una relación amorosa entre un hombre y una mujer, además de la relación entre los Yoes conscientes, también participan a nivel inconsciente el Ánima y el Ánimus de ambos.

La pasión amorosa es el resultado de la proyección de estos arquetipos en la otra persona, y como consecuencia de ello se da una relación basada en una común inconsciencia repleta de contradicciones. En esto radica, fundamentalmente, el peligro de las relaciones “pasionales”.

Esto mismo puede suceder en la transferencia entre el paciente y el terapeuta y encarna un riesgo que se debe evitar. Sobre esto Jung trató en su libro “Psicología de la Transferencia”, en el que también abordó el tema del papel que desempeñaba la “Soror Mystique” del alquimista.

La imagen que representa el encuentro y diálogo con el Ánima o el Ánimus es la “coniunctio”, la hierogamia entre el alquimista y su “Soror Mystique”, entre el Rey y la Reina de los grabados alquimistas, la “boda alquímica” de los elementos, etc. Y lo que surge de ellos es el Rebis, el Andrógino, la “cosa doble”.(…).

La Rubedo o Citrinitas: es la última fase del proceso alquímico, llamada también “Obra en Rojo o Dorado”, en la que se obtiene el “Cuerpo de Diamante”. 

En la concepción junguiana la Rubedo es el encuentro y acogimiento mutuo del Yo de nuestro ser consciente y el Sí Mismo o Yo de nuestro Ser total del cual formaba parte el primero sin saberlo.

Esto conforma una nueva “coniunctio”, en la que todos los opuestos se juntan y complementan armónicamente y se conectan directamente con el “Unus Mundus”. Tal estado es indescriptible e inefable y constituye un Misterio. 

Ése es el motivo por el cual la obra alquimista más importante de Jung se titula “Mysterium Coniunctionis”.

El Sí-Mismo es el Artrophos de la Gnosis, el “dios interior” de la mística, el “Mercurio Filosofal” o “Lapis Philosophorum” de los alquimistas que reúne los opuestos más irreconciliables.

Justamente en su obra Mysterium Coniunctionis es que Jung expresa respecto a esta fase de la Rubedo que: “Se alcanza el segundo escalón al combinarse la “unio mentalis”, esto es, la unidad del espíritu y alma, con el cuerpo. 

Pero sólo puede esperarse un cumplimiento del “mysterium coniunctionis” si se ha combinado la unidad del espíritu, alma y cuerpo con el “Unus Mundus” del comienzo”.

En “El Yo y el Inconsciente”, Jung expresa que: “He llamado al centro del Ser con el nombre de Sí-Mismo. Intelectualmente el Sí-Mismo no es más que un concepto psicológico, un término que sirve para expresar la esencia incognoscible que podemos captar como tal, puesto que excede, por definición, a nuestras facultades de comprensión. 


“Dios en nosotros”




Jung agrega que antes de alcanzar el Sí-Mismo, se debe realizar la integración de los arquetipos del Niño y del Viejo Sabio, también expresados en las figuras alquimicas.

Es de tal magnitud lo incognoscible de este estado que el mismo Jung reconocía la dificultad que se le presentaba para encontrar las palabras que lo definieran, porque, en realidad, la “coniunctio” está más allá del lenguaje.

En una carta escrita en 1957 el Maestro de Zurich expresó que: “La transcripción de la “coniunctio” en palabras humanas es una tarea que puede conducir a la duda, pues uno se ve obligado a encontrar expresiones y fórmulas para un proceso que tiene lugar “in Mercurio” y no en el nivel del pensamiento y del lenguaje humanos, esto es, no en la esfera de la conciencia diferenciadora… 

El camino no conduce en línea recta hacia adelante, por ejemplo, desde la Tierra hacia el Cielo, o de la materia al espíritu; se trata más bien de una “circumambulatio” y de un acercamiento al centro. 

No avanzamos dejando atrás una parte, sino cumpliendo con nuestra tarea como “mixta composita”, esto es, como seres humanos entre los opuestos”.(…).

La Alquimia le dio al Maestro de Zurich aquello que necesitaba para comprender que su búsqueda no era nueva, sino que desde tiempos remotos los verdaderos sabios – aquellos que pudieron captar la esencia de la vida – habían hecho lo mismo que él, emprendiendo un camino difícil pero posible: el de la transmutación del espíritu, comprendiendo que todo ser humano tiende a una finalidad, aunque el tiempo que nos brinda la vida terrenal no sea suficiente para alcanzarla.

Y esa finalidad no es otra que la “incognoscible” trascendencia del ser en su conexión con el Unus Mundus


(Extracto-fragmento del libro MANUAL DE PSICOLOGIA JUNGUIANA del Dr. Antonio Las Heras. Editorial Trama)


Depende 100% de nosotros el estar en determinado momento evolutivo y avanzar sobre él. 

La Evolución del Ser Humano pasa por la toma de conciencia de quién ES, de quiénes somos en realidad y para qué estamos aquí. 

Comprender el Sentido de la Existencia a a través de nuestra propia experiencia vital (Corporal y Consciencial). 

El objeto de dividir en etapas o niveles nuestro proceso evolutivo hasta llegar a Ser Conscientes de Nuestra propia Identidad-Naturaleza Esencial, es  guiarnos hacia una mejor comprensión de cada etapa al conectarlas con las experiencias comunes dentro de las individuales que se han logrado identificar en cada una de ellas.

Vincular cada etapa a una vivencia interna asociada a determinado entendimiento de las experiencias interna-externa del Ser Humano en las distintas etapas en función a su grado de consciencia, que depende del manejo, el dominio y la sabiduría de sí, en la medida en la que nos dejemos guiar por nuestro maestro interno (espíritu) sin que éste sea afectado por los condicionamientos y engaños de la percepción ilusoria de la mente (creando sufrimiento), nos ayudará a comprender mejor los síntomas, y su influencia, con el fin de guiarnos hacia una mejor comprensión de las vivencias, en cada circusntancia y modo de vivirlas apoyando esta experimentación y visión al desarrollo personal en la etapa de referencia.


Es tiempo de conocer el proceso evolutivo-espiritual por el que pasan los seres humanos para reconocerlo en nosotros cuando rompemos un patrón o cuando lo seguimos...para brotar a la espontáneidad de nuestra propia experiencia desde la que afectamos a un mundo.

Es importante aclarar que todos los seres humanos recorrerán cada una de estas etapas (ya sea en esta vida o en otras) y pueden en cualquier momento de sus vidas pasar a la siguiente. Igualmente señalar que una parametrización purista de la secuenciación de dichas etapas sólo es un vago intento de acercarnos a un proceso tan humano como divino, por lo que no podría existir pretensión alguna de categorizar dichos pasos ni su orden...Cada Ser Humano ha de ViVir su propia Experiencia, detonada por lo que algunas tradiciones indígenas han llamado  "relatos de poder" personales también e intransferibles a través de la palabra sin ayuda del símbolo o el silencio, pues manejamos aquí el lenguaje de la magia de la sincronicidad de eventos, espacio-tiempo y vacios completados así mismos. 

Por tanto, cada Ser Humano ha experimentado/o en algún momento experimentará, las etapas propias y particulares del proceso de despertar, coincidiendo en síntoma, vivencias y percepciones con otros seres en vías de despertar o ya despiertos. Esto no significa que dichas etapas descritas en adelante, sean una clasificación exacta ni la única, pues esta no es la pretensión. 


De este modo esta descripción no pretende ser una concatenación de etapas secuenciales ni nominales del proceso, sí un mero acercamiento a la posibilidad reconocernos a través del mismo. 


Dicho esto, "...Cuando el Ser conecta con el Todo...Tod@s están unidos por una misma certeza de estar de vuelta a Casa".
 


Etapa 1: Ser Humano Dormido

Las personas normales a las cuales nos referimos aquí como “ser humano dormido”, emprenden prolongadas divagaciones mentales en su vida cotidiana. La actividad mental sin ningún rumbo ni meta específica se suele llamar en psicología “pensamiento no dirigido, flujo de conciencia o conciencia normal en estado de vigilia”.

Aparte del pensamiento no dirigido existe el “pensamiento dirigido”. Este se orienta hacia una meta determinada y esta vinculado con una situación o problema específico. Tanto el pensamiento no dirigido como el pensamiento dirigido, son los responsables de que el ser humano viva “dormido”.


·Un pensamiento dirigido o reflexivo es la actitud mental que selecciona y relaciona con miras a un fin propuesto o determinado que es solución de un problema o de una necesidad, o deseo. Para esto, es necesario darse cuenta, percatarse, es decir, estar consciente de algo, y de esta manera, se lleva a cabo una selección y relación de los datos percibidos".


La característica principal, del “ser humano dormido” es que la persona que se encuentra en este estado, no se da cuenta de quién o qué es y dónde está mientras se experimenta en esta existencia, no se da cuenta de que existe mientras vive, piensa y actúa. Ésta es la razón por lo cual se le conoce también como un estado de sueño psíquico, del cual el ser humano puede despertar.

Otro nombre para referirse al sueño psíquico es el de “mente mariposa”, porque tal y como la mariposa vuela de flor en flor sin detenerse jamás, el pensamiento del “ser humano dormido” vuela de tema en tema, sin detenerse nunca. Sin embargo, ésta analogía de la Mariposa encierra en sí misma la esperanza del vuelo de la transformación.




Las personas comunes en general están viviéndose o enfocadas en el plano material; De ahí su materialismo y escépticismo en relación a los temas espirituales, al estar “dormidas” ven solo el aspecto más superficial y material de la existencia.

Estas personas suelen estar dominadas por "los caprichos de su ego" (Los "egos" mantienen a los seres humanos, distraídos, dispersos desde dónde se proyectan hacia fuera con actitudes y comportamientos impredecibles, condicionados por la mutabilidad de una vida vivida desde lo inconsciente), no son capaces de escuchar su voz interior, están desconectados de sí mismos, más enfocados en el afuera y tienen una tendencia a cometer frecuentemente errores básicos en su vida (los cuales raramente reconocen), suelen atribuir sus malos momentos a “la mala suerte”, “el destino” y en gran medida no se hacen responsables de sus actos.


"Si no asumes y enfrentas tu hoy como el resultado de lo que hiciste ayer, no podrás construir un buen mañana aunque te esfuerces mucho ahora. El hoy es el futuro de tu ayer. Todo lo que te sucede depende de ti. Eres responsable de lo que Vives, de cómo lo Vives; por tus actos presentes, pasados o lejanos (otras vidas). Asumir nuestra responsabilidad es el camino frente a culpar a los demás de lo que Vivimos, Pensamos o Sufrimos”. 


En este estado las personas se dejan arrastrar y dominar fácilmente por otras, no tienen muchas opiniones personales, ya que generalmente no profundizan en los temas, se quedan con lo superficial. Este grupo de personas son las llamadas “masas”, las cuales son dominadas por los políticos, además de las distintas religiones o sectas o grupos sectarios o los medios de comunicación, son influenciables y manipulables.

Palabra clave de este nivel: “Ignorancia” 
(Ser humano indiferente, inconsciente y poco comprometido)


Es decir, en este estado de consciencia las personas viven enfocando su atención en la “punta del iceberg”, sin ser conscientes del Iceberg mismo y de su existencia. 

Inconscientes aún del orden dentro del caos...Y desconocedores por tanto de las leyes Universales por la que Todo lo Natural se rige: 




“EL ALETEO DE LAS ALAS DE UNA MARIPOSA 
SE PUEDE SENTIR AL OTRO LADO DEL MUNDO”

La Teoria del Caos es Caos, dícese, Orden...Este universo más que casual es causal.

Sin embargo, conscientes de ello, conocedores de lo que un Iceberg Es más allá de su punta, tomamos las riendas y aceptamos formar parte del Caos, conscientes de la importancia y la REPERCUSIÓN que pueden tener nuestros PENSAMIENTOS pues ellos SON LOS QUE CREAN; El grado de consciencia o inconsciencia sobre nuestros PENSAMIENTOS, va a guiar nuestras vidas, determinarlas e influenciar en las de otros.


Etapa 2: Ser Humano Despierto

Cuando el ser humano despierta, el pensamiento no dirigido desaparece para siempre de su vida, pero no el pensamiento dirigido que puede utilizarlo cuando así lo necesite.

El “ser humano despierto” es aquel que permanece siempre como un testigo atento y vigilante, no sólo del mundo que lo rodea, sino de sí mismo también: de su cuerpo, sensaciones, emociones y pensamientos.



Esta actitud provoca que nunca se olvide de sí, experimentando esto como un despertar: cuando el ser humano permanece alerta de sí mismo, se da cuenta de que es y está, de que existe, característica principal del “ser humano despierto” (“Conciencia del Ser”).

El trayecto desde el “ser humano dormido” hasta el “ser humano despierto”, usualmente pasa por tres etapas o peldaños evolutivos: 

En el primer peldaño y como resultado de conocer las enseñanzas espirituales básicas y haber practicado las técnicas que conducen al despertar (entre ellas la meditación), la persona irrumpe ocasionalmente en el estado de “ser humano despierto” para, momentos después, volver nuevamente a su estado habitual de sueño psíquico (“Primera Iniciación”).

En el segundo peldaño y como resultado de una prolongada práctica de las técnicas que conducen al despertar, la persona puede permanecer como “ser humano despierto” una parte importante del día, pero con dificultad (“Segunda Iniciación”).

En el tercer peldaño el proceso culmina y el ser humano vive ahora permanentemente y sin dificultad como “ser humano despierto”, convirtiéndose éste en su nuevo estado de conciencia (“Tercera Iniciación”).

En la Primera Iniciación se encuentra otro grupo numeroso de personas, las cuales han practicado y conocido parte de las enseñanzas de lo que denominamos Nueva Era de Acuario o el Nuevo Mundo gestándose desde el recuerdo de la memoria antigua que se encuentra dentro de cada uno de nosotros.

La mayoría de las personas que se inician en este sendero abandonan el camino espiritual porque sucumben a sus problemas personales, especialmente porque aún tienen apego a la materia entendida no solamente como lo material sino como lo más burdo y tosco de nuestras estructuras pensamiento y creencias; Esto incluye dudas sobre el conocimiento espiritual y dependiencia en exceso de sus estructuras pensamiento parametrizadas por la experiencia a lo largo de su biografía, locus de control y enfoque externo vs interno, y miedo a soltar la vieja forma de manejarse...Con lo que su atención y enfoque continua estando en el afuera, en su entorno, en las dependencias emocionales de las personas que le rodean... Estos seres no conocerán la verdadera felicidad a menos que decidan cambiar su sistema mental y de creencias, mirar dentro con valentía para conectar con su propia maestría interna, desaprender lo aprendido en el camino vital y reconstruirse desde la recapitulación de todo lo vivido hasta este punto en el qué ...tomamos responsabilidad a solas sobre nuestra propia vida, desarrollando la visión propia conectada a nuestro propio espíritu.

La Segunda Iniciación es el límite de los practicantes de cualquier religión, ya que para avanzar al siguiente nivel es necesario liberarse de los esquemas rígidos y las cadenas mentales de los dogmas.

Por eso es necesario que las personas que pertenezcan a una determinada religión deban “trascenderla” para seguir su evolución espiritual, de lo contrario ellos se quedarán estancados en el camino, es esencial abrir la mente al conocimiento del Cosmos, que es ilimitado.

La plena conciencia del ser solo se obtiene en la Tercera Iniciación. 

Esta etapa de la vida es la más importante, porque aquí se produce el cambio radical que todos los seres humanos necesitan. 


“El ser espiritual” despierta por fin desde el interior 
para trabajar conscientemente al servicio de el mismo y de la sociedad en la que vive dentro del colectivo humano conformando 
La Humanidad en la Tierra que Habitamos a la que Pertenecemos.





Palabra clave de este nivel: “Pasión”
(Ser humano positivo que actúa con energía y entusiasmo)


La “mente espejo”, cumbre del “ser humano despierto”, es un estado puramente contemplativo en el cual el ser humano permanece como testigo puro (espejo) de todos los fenómenos externos e internos (imágenes que se reflejan en el espejo). 



Este estado de testigo puro se encuentra unido a un profundo “aquietamiento del intelecto” o ausencia de pensamientos (silencio o vacío interior).

Los fenómenos externos son aquellos que percibimos con los sentidos físicos (vista, oído, olfato, tacto y gusto); los fenómenos internos son las sensaciones detectadas dentro de nuestro propio cuerpo (dolores, hambre, sed, urgencia, placer sexual o ausencia de él, etc.).

Viviendo el ser humano en “mente espejo” descubre que así como el espejo no puede separarse del objeto que refleja en su superficie en un momento dado, el testigo puro no puede separarse de los fenómenos externos e internos que percibe: el observador y el fenómeno observado son inseparables, son uno (Conciencia de Unidad).



Esta etapa es la “consolidación” del ser espiritual. 

Los viejos dogmas han sido derrotados (junto con todas las creencias erróneas). 

Las enseñanzas espirituales se fusionan con el ser y el espíritu brilla como un Sol en su máximo esplendor. El camino de la luz ha comenzado y el joven discípulo sigue aprendiendo cada día a ser mejor. Sabe que las cosas materiales son solo un medio para alcanzar el desarrollo del espíritu. Su voluntad es el bien para toda la humanidad.





Resonancia-Empática

El Ser conectado a plano espiritual respira otro aire y ve lo que otros no ven al estar atrapados en la materia. Cuando entras en esta dimensión también cargas tu cruz, pero no reniegas ni te quejas. Sigues confiando y aceptas que el alma se purifica en las pruebas, del mismo modo que los metales lo hacen en el fuego. El Ser espiritual está en paz y comunica desde la paz. En realidad no das amor, eres amor y están en paz.

Palabra clave de este nivel: “Bondad”
(Ser humano consciente, altruista y ético)


Etapa 4: Éxtasis Místico

La palabra éxtasis proviene de ex, privación o fuera de, y del griego stasis, acción de estar.

La persona que experimenta un éxtasis místico deja de estar o, mejor dicho, ser consciente del mundo físico y mental para irrumpir en un estado totalmente diferente. 

El éxtasis es, pues, un estado en el cual la percepción del mundo físico, incluido el propio cuerpo, y mental, los pensamientos, emociones e imágenes, desaparece.

En esta vivencia más allá de la percepción, uno no conoce o percibe al Absoluto como un objeto de conocimiento-percepción externo a sí mismo, uno se hace uno con Él. Es decir, aquí no solo se tiene “conciencia de unidad”, sino de “Único”, y no solo “conciencia de ser”, sino de “Único ser que Es”: el “uno sin segundo”. 

En este nivel el Ego se encuentra completamente integrado, ya no hay roles del ego que interfieran en la atención del maestro.

Se ha comentado mucho sobre el Éxtasis Místico a lo largo de la historia de la humanidad, pero la verdad es que las palabras no son suficientes para describir este estado de conciencia. Es un premio al esfuerzo del discípulo, que ahora se convierte en maestro.

Es necesario vivirlo, es el néctar que hay que beber para conocer su sabor, este estado puro de conciencia es parte de la vida y cualquier persona lo puede lograr con voluntad, perseverancia y amor espiritual.




El maestro espiritual está preparado para enseñar el camino hacia la luz, es un guía que siempre te ayudará cuando lo necesites. El conoce la verdadera felicidad, vive en la abundancia y riqueza interior más elevada.

El maestro de luz tiene su ego completamente integrado, no tiene un lado oculto, siempre se muestra tal como es, en su verdadera naturaleza, el sabe que existe para cumplir su misión, está siempre enfocado en ella y creará las condiciones necesarias en su mundo para hacerlo mejor.

El no es un ser humano común, es un ser que ha obtenido la “Conciencia Cósmica” y su motivación de vivir es ayudar a los demás a convertirse en maestros, para juntos lograr definitivamente la Nueva Era de la humanidad.



Palabra clave de este nivel: “Sabiduría”
(Ser humano sabio, maestro espiritual)


Etapa 5: iluminación Espiritual Final

La iluminación espiritual final es la suprema culminación del Sendero Espiritual en donde el ser humano, aún saliendo del estado de éxtasis místico, mantiene la conciencia de ser uno con el Absoluto, es decir, el Uno sin segundo.

Este es el último paso de la escala de regreso al Absoluto, donde el ser humano se fusiona indisolublemente con la divinidad. Los Grandes Iniciados de la humanidad pertenecen a este nivel, estos seres encarnan en el mundo fisco para cumplir su misión de servicio, para despertar e iluminar a los seres humanos.

Ellos son el Alma de la humanidad, sus enseñanzas han sido bien entendidas y practicadas solo por unos pocos. Los más grandes seres de este nivel fueron Jesús (Cristo) y Siddharta (Buda).

Este es el máximo nivel que un ser humano puede alcanzar, esta es la iluminación definitiva, donde el espíritu 90% logra la comunicación perfecta con su 10% encarnado. El trabajo de este ser es el servicio desinteresado para la Evolución Espiritual del Cosmos. Una vez alcanzado este nivel, el compromiso de ayuda a la humanidad en la cual esté encarnado el espíritu se hace muy poderoso.




Su misión permanente es ayudar a los demás seres en el camino de la luz. El mismo Absoluto se encargará de ayudarlo a conseguir sus metas, logrando este espíritu iluminado el éxito en toda actividad que realice. Todos podemos llegar a este nivel, porque todos somos parte del Absoluto, nuestro creador.


Existen tantos caminos como seres para guiar los pasos hacia un estado de plenitud e iluminación espiritual. Tradicionalmente una de las prácticas más conocidas y antiguas para avanzar por el camino evolutivo hacia la comprensión del Todo lo que Es/Somos, es el Yoga.

El yoga es mucho más que una práctica para mantener el cuerpo en forma y saludable, es una disciplina espiritual, una ciencia que integra los dos aspectos del ser humano, el material y el espiritual.

El objetivo principal del yoga es lograr controlar las olas de pensamiento, para así tener un control de la mente. El yoga es un estado de "no mente", cuando los pensamientos no están, entonces se está presente y conectado con el todo.

En el siglo II antes de cristo, Patanjali, conocido como el “padre del yoga” sistematizó todo el conocimiento sobre esta disciplina en los “Los yogasutras de Patanjali”, en este texto se habla de los ocho pasos para poder evolucionar progresivamente hacia el estado de Yoga.




1. YAMAS: Son condiciones éticos y morales, para vivir en sociedad, significa autocontrol, pero no limitante, sino para aprender a dirigir la energía de manera consciente para que esta no se disperse. 

Se dividen en 5 aspectos:

Ahimsa: No violencia.

Es el principio fundamental para vivir con el resto, tiene relación tanto con la agresión física, como verbal y de pensamiento, es una actitud de amor hacia todos los seres creados, incluyendo animales y naturaleza ya que todos somos hijos del mismo creador.

Satya: Verdad.

Se debe siempre hablar con la verdad, vivir la verdad en nuestros pensamientos, valores, palabras y actos. Este principio significa ser verdadero con nuestras promesas hacia nosotros, con otros y con Dios.

Asteya: No robar.

Este principio abarca no solo lo material, va más allá de eso, no se debe robar el tiempo, ideas, energía de otras personas, ni los recurso de la Madre Tierra, estamos en esta vida para compartir y entregar.

Brahmacharya: Control de los sentidos.

No se trata de una negación, más bien de tener control y conciencia de los sentidos para controlarlos y así liberar al cuerpo y mente de su dominio.

Aparigraha: No codiciar.

Es estar contento con lo que se tiene o no se tiene, significa no querer y abarcar más de lo necesario, vivir con moderación y simplicidad.
  
2. NIYAMAS: Son pautas espirituales, para llevar una vida disciplinada, llena de paz y equilibrio. 

También se divide en 5 aspectos:

Saucha: Pureza.

De cuerpo, mente, corazón y pensamiento, significa pureza a todo nivel, el cuerpo es un templo que guarda la divinidad del ser, es necesario que se tenga conciencia de lo que se le entrega, lo que se come, oye, ve y piensa debe llenar nuestro cuerpo de pureza.

Santosha: Satisfacción. 

Actitud de gratitud, aceptar positivamente todos los acontecimientos de nuestras vidas, se debe aceptar más y esperar menos.

“La expectación es la madrea de la frustración y la aceptación es la madre de la paz y la alegría”

Tapas: Austeridad.

Para acumular y no malgastar las fuerzas y energías, ya que conduce al agotamiento, enfermedades y envejecimiento.

Tapas implica proponerse una disciplina y seguirla con perseverancia, para logar un dominio del cuerpo y mente.

Swadhyaya: Estudio Sagrado.

Significa el estudio de los textos sagrados o literatura espiritual, algo que inspire la vida y mantenga la mente pura, también significa un estudio de uno mismo, el principal camino a la espiritualidad es conocerse, mientras más se conoce al ser interior más aptos se está para enfrentar los miedos y egos que nos impiden avanzar hacia la paz mental e interior.

Ishvara Pranidhana: Devoción y entrega a Dios.

Vivir y dedicarse a ÉL, para encontrar la paz y sentido a la vida, aceptar su voluntad, sea cual sea la situación que nos toque vivir.

3. ASANA: Es la postura física, pero no es yoga propiamente tal, el asana ayuda a mantener el cuerpo estable y sano y prepara la mente para la meditación ya que la aquieta al mantener el cuerpo inmóvil en una posición.


4. PRANAYAMA: Por medio de la asana se logra un mayor control y conciencia del cuerpo, esto permite tener mayor conexión con la respiración, lo que calma y centra la mente. El control de la respiración es el puente entre el cuerpo y el alma.

5. PRATYAHARA: Es la abstracción de los sentidos y pensamientos, llevarlos del exterior al interior, hacia Dios.

6. DHARANA: Es llevar la concentración a un punto, para detener el movimiento de la mente, para que no divague, se canaliza el pensamiento en una dirección, para lograr el control de la mente.

7. DHYANA: Es meditación, es un estado de pura subjetividad, somos testigos que existe el Yo, en la meditación el objeto y el sujeto comienzan a fundirse.

8. SAMADHI: Significa fusionarse, es el despertar a la conciencia divina, el YO desaparece, ya no existe el ser individual, se es parte del universo, se esta unido a él como un todo, al igual que una gota de agua es parte del Océano, así es Samadhi, la iluminación, y esto es Yoga, LA UNIÓN.





Y EL SILENCIO, 
COMO FUNDAMENTO DE LO ETERNO...

B A R A K A




miércoles, 6 de julio de 2016

Ni yo misma ni tampoco Otra: Me Abro/Nos Abrimos





LA AUTOESTIMA 
CONDICIÓN INDISPENSABLE PARA EXPRESAR
 NUESTRA PROPIA LUZ.

UN CAMINO CON CORAZÓN,
EL PASO HACIA LA MENTE NATURAL: UN ESTADO DE CONCIENCIA FACILITADO POR LA
METAEXPERIENCIA, DEL QUE SE AMA A SÍ MISMO

AMAR Y SER AMADO TODO ES UNO. 

EN CONEXIÓN CON NUESTROS CENTROS SUPERIORES DE CONCIENCIA, EL SER CONECTADO AL SERVICIO DEL MUNDO, ALINEADO CON SU PROPÓSITO DE VIDA,
SIRVIENDO AL UNO, POR AMOR AL TODO.

"Si no desactivamos los programas de falta de Amor hacia nosotros mismos herencia de la dualidad experimentada por nuestro ego, no podremos brillar como las flores diamantinas, con luz propia" 



"Es el Amor hacia lo que Somos, lo que prende nuestra propia luz" 
La Danza de la Vida - Carlos González.




Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; el invierno de la desesperación, pero también la primavera de la esperanza. 


Isabel Ananda. 


"No hay más puerta de acceso que aquella que te lleva a Tí, 
a la Conciencia de Lo Ilimitado que Tú Eres"




El dzogchen es un sendero de sabiduría completo de principio a fin que no necesita, recurrir a otro tipo de prácticas yóguicas, sútricas o tántricas. 

Lo fundamental en el dzogchen es el reconocimiento del llamado estado natural de la mente y acostumbrarse a dicho reconocimiento en todas circunstancias. No existe más misterio ni otro método. 

Tan sólo la Gran Relajación en lo que es, acompañada de la apertura de corazón que proporciona la devoción y la gracia del Linaje de la Mente.

Sin embargo, hay que saber reconocer el estado natural de la mente.

Para ello, en un principio suele utilizarse la fijación de la mente en la sílaba A, que representa el estado primordial. 


Tras alcanzar la debida estabilidad mental, uno pasa a buscar la conciencia, el sujeto o la mente que está prestando atención a dicha sílaba. 

Tras buscar exhaustivamente suele constatarse que es imposible localizar directamente al yo, la mente o la conciencia que está observando la sílaba A y es esta misma ausencia de localización definitiva la base del trabajo contemplativo. 

El sujeto —o la mente— no puede ser convertido en objeto, y mucho menos en un objeto de concentración.

Lo mismo que atañe al pensador ocurre con cada una de nuestras percepciones, sensaciones y pensamientos. 

¿De dónde vienen los pensamientos? ¿Dónde permanecen? ¿Adónde se dirigen? La respuesta que demos a estas preguntas no puede ser intelectual sino una captación directa desde el Ser que se Experimenta. 

Ése sería el primer paso a dar en el dzogchen, es decir, localizar el lugar de origen, permanencia y desaparición de los pensamientos y también, repitámoslo una vez más, del pensamiento del yo o el pensador.

Después de investigar infatigablemente una y otra vez es imposible localizar de una manera definitiva al pensamiento ni a quien lo busca. 

El yo no está ni dentro ni fuera del cuerpo. Se comienza a comprender entonces que la mente es tan vacía como el espacio del cielo. 

Sin embargo, no se trata, repetimos, de una comprensión intelectual o una cuestión de mera aceptación o de ciega devoción. La investigación de la naturaleza de la mente debe ser tan minuciosa como alguien que tratara de moler un hueso hasta reducirlo al polvo. 

Todas las posibilidades deben ser agotadas. No podemos contentarnos con una respuesta superficial, leída o prestada, sino que debemos obtener una percepción directa de la realidad.

Es necesario investigar hasta determinar completamente y sin lugar a dudas que todos los pensamientos emergen del estado vacío y claro, carente de pensamientos, permanecen en dicho estado y se disuelven en él. 

Una vez que se alcanza dicho reconocimiento, ya no hace falta seguir buscando ni analizando los pensamientos, sino tan sólo permanecer en este reconocimiento. Ya no hay que cambiar nada ni seguir investigando. 

Todo emerge, permanece y desaparece sin obstrucción ni apego en la claridad natural de la mente.

También se aconseja observar el espacio que aparece naturalmente entre los pensamientos. Es de ese espacio de donde surgen todas nuestras experiencias. 

No se trata de forzar esos intervalos o claros mentales que tienen lugar de manera natural. Cuando permitimos que los pensamientos discurran libremente, aparecen naturalmente pausas en el flujo mental. 

Ese estado de vacuidad y no-pensamiento no es el objetivo del dzogchen, sino que constituye lo que se denomina la base de trabajo. 

Una vez hemos constatado la naturaleza vacía y clara de los pensamientos y el pensador, sólo hay que permanecer en dicha comprensión. 

El reconocimiento de dicho estado se conoce en la tradición budista como "reconocimiento del dharmakaya", aunque también se denomina el descubrimiento de la base o de la verdadera naturaleza de la mente. 

Padmasambhava afirma: "Hay que dejar la mente relajada, pura, fresca y libre de focalización, sin tratar de centrarla en algo externo ni concentrarla internamente".

La metaexperiencia del estado natural no es fruto directo de la búsqueda ni del esfuerzo. 

Es absurdo afirmar que uno practica dzogchen. El estado natural, no lo olvidemos, es impracticable, aunque el agotamiento de todos los fenómenos es uno de los medios para propiciar el claro mental imprescindible para su reconocimiento. 

Otro de los medios —no sólo posible sino imprescindible— para que tenga lugar ese claro mental es la devoción. 

El agotamiento de todos los fenómenos está muy relacionado con la entrega y la rendición. 

En palabras del maestro Lopön Tenzin Rinpoche, el dzogchen sin devoción tan sólo es un entretenimiento intelectual. 

Tradicionalmente, la devoción ha ocupado un lugar central en este sistema. No obstante, hay que comprender bien en qué consiste la devoción para que ésta no acabe convirtiéndose en un culto a la personalidad del maestro. De cualquier modo, un camino sin corazón es un camino amputado.

Tampoco podemos que olvidar que, en el dzogchen, el concepto de práctica contemplativa es sensiblemente diferente al del resto de vehículos budistas, por no hablar del tipo de meditación preconizado por otros sistemas espirituales, ya que se insiste en la no-práctica y la no-meditación espontánea o carente de artificios. 

Buddhaguhya:

Las acumulaciones de mérito y de sabiduría,
la quietud mental, la purificación de los hábitos,
no son sino clavos de fijación:
en el espacio primordial no hay nada a lo que aferrarse

¡Por tanto, cualquier artificio es superfluo!

Enderezar la espalda, cruzar las piernas,
todos los métodos físicos artificiales
no denotan sino un profundo apego hacia el propio cuerpo.

¡Sitúa todos los artificios en el espacio sin forma!

La naturaleza de la mente carece de principio u origen;
similar al cielo, no puede ser hallada mediante la búsqueda.

El despertar no-nacido
no se halla supeditado a causas ni condiciones.

Sin embargo, la no-práctica o la no-acción sólo son aplicables a partir del reconocimiento del estado natural de la mente.

En muchas ocasiones las enseñanzas del dzogchen y el mahamudra esencial hablan de la "mente ordinaria", una expresión que se refiere al hecho de no corregir la naturaleza de la meditación ni de buscar ningún estado de conciencia especial. 

Por eso, no es posible identificar la mente ordinaria con la conciencia ignorante. La llamada mente ordinaria es otro de los nombres del estado natural de la mente. 

El maestro Savari sostiene:

Puesto que la mente ordinaria es la simplicidad natural,
no la manipules con elaboraciones conceptuales.
La pura naturaleza de la mente no necesita cambio alguno.
Permite, pues, que la mente permanezca en su estado natural
sin tratar de adherirte a ella ni de trascenderla.

Y Milarepa proclama:


"Habiendo permanecido continuamente en la mente ordinaria
he olvidado la ilusión de la ignorancia".


El rey creador de todos los fenómenos, un tantra-raíz del dzogchen ofrece los siguientes diez puntos, denominados técnicamente las 

"diez ausencias" (med pa cu):

1. No hay visión en la que meditar

2. No hay ningún compromiso (samaya) que respetar

3. No hay una determinada cualidad espiritual que desarrollar

4. No hay mandala que crear

5. No hay ninguna iniciación que recibir

6. No hay sendero que seguir

7. No hay niveles de realización (o bhumis) que recorrer

8. No hay ninguna conducta específica que se deba adoptar o abandonar

9. Desde el sin principio la sabiduría natural permanece libre de obstáculos

10. La perfección espontánea está más allá de la esperanza y el temor.

Está en Tí y el lo que Tú Eres



(...) sospecho que mindfulness es un componente en todas las psicoterapias efectivas.

Algunos elementos comunes tanto en las prácticas de mindfulness como en los tratamientos eficaces en general, son:

1) Aprender a ver que nuestros pensamientos no son la realidad, 

2) Aprender a aceptar, en lugar de resistirnos o rechazar nuestras reacciones emocionales, 

3) Aprender a enfrentar nuestros miedos (exposición), 

4) Aprender a pensar antes de actuar, y 

5) Encontrar formas de conectarnos con otras personas y actividades fuera de nosotros mismos.

Siempre que una terapia efectiva incluya uno de estos componentes, el paciente o cliente estará probablemente experimentando algún elemento de mindfulness.

En la psicología budista, el despertar al anatta, o el NO YO, es fundamental para la libertad psicológica. Apenas un atisbo de anatta en nuestra práctica de mindfulness puede tener importantes consecuencias.

PSICOTERAPIA SIN YO...Siegel (11 de junio 2016 Madrid)



Anatta es "La doctrina de la no-entidad, o del "no-yo" (la palabra pali anattā significa literalmente "no-yo"), es decir, de que no existe ninguna entidad real que pueda uno llamar su "yo". Parte del reconocimiento de la radical impermanencia (anicca) de todo lo que existe. 

La existencia del individuo, como la de todo lo que hay en el mundo, y del mundo mismo, no es más —si bien se mira— que una sucesión ininterrumpida de procesos físicos y mentales (que constituyen los "agregados de apego a la existencia") que cambian y se modifican sin cesar.

Lo desconcertante de la enseñanza de anatta es que, a primera vista, parece contradictoria, inconsistente. ¿Cómo es posible que se niegue la existencia de un "yo" permanente, o un alma, y al mismo tiempo se afirme que la muerte no significa el fin de todo?

Responde el Venerable Walpola Rahula que "... el ser es solamente una combinación de fuerzas o energías físicas y mentales. Eso que llamamos muerte es la detención total del cuerpo. Ahora bien, ¿todas esas fuerzas o energías se detienen juntamente con el no-funcionamiento del cuerpo? El buddhismo dice: "No". 

La voluntad, la volición, el deseo, la sed de existir, de continuar, de devenir cada vez mayor, es una fuerza tremenda que mueve a todas las vidas, a todas las existencias, al mundo entero. Es la fuerza más grande, la energía más poderosa que existe. Según el buddhismo, ésta no se para con la detención del funcionamiento del cuerpo, o sea con la muerte, sino que continúa manifestándose bajo otra forma, produciendo una nueva existencia denominada renacimiento." 

¿Qué renace entonces? “Ni el mismo, ni tampoco otro” responde el Visuddhimagga. 

LA AUTOESTIMA
CONDICIÓN INDISPENSABLE PARA EXPRESAR



 NUESTRA PROPIA LUZ.


Tayata
Om Bekandze Bekandze
Maha Bekandze
Radza Samudgate Soha

Ojalá que los muchos seres sensibles
que están enfermos
sean rápidamente liberados de la enfermedad
y que todas las enfermedades de los seres
no resurjan jamás. Ojalá.

B A R A K A