"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

viernes, 20 de octubre de 2017

El Juego

                                                                       
La Lluvia: Tlaloc
Tláloc (a veces llamado Nuhualpilli) es nombre náhuatl del Dios de la lluvia y de la fertilidad en la religión teotihuacana y náhuatl. 

Con otros nombres era conocido en toda el área mesoamericana. 






Originalmente representaba al agua terrestre, en tanto que la serpiente emplumada representaba al agua celeste. 

Es más conocido en relación a la cosmología azteca. Se dice, que los aztecas hicieron sacrificios de niños para honrarlo, ya que tenían a Tláloc como el responsable de las periodos de sequía y de las lluvias torrenciales. Pensaban también que otros dioses crearon a Tláloc. Tláloc es originario de la cultura de Teotihuacan, a la caída de la ciudad, pasó a Tula y de ahí su culto se esparció entre los pueblos náhuatl. 

Los teotihuacanos tuvieron contacto con los mayas de ahí que ellos lo adoptaran o lo identificaran en la forma del dios Chaac. 

Tláloc vive en el mundo de las causas naturales.

En la cosmología tlaxcalteca, Tláloc se casó primero con Xochiquétzal, diosa de la belleza, pero Tezcatlipoca la secuestró. Tláloc se casó otra vez con Matlalcueye. Tiene una hermana mayor que se llama Huixtocíhuatl.

Los Aztecas vivían en México durante el siglo quince y dieciseis. Tlaloc era representado como un hombre que usaba una red de nubes, una corona de plumas de herón, sandalias de espuma y cargaba cascabeles que hacían el trueno.

Tlaloc descargó grandes cóleras sobre los Aztecas. A menudo usó sus rayos del relámpago. Se dice que tenía cuatro diferentes jarrones de agua en su posesión. Cuando vaciaba la primera, traía vida a las plantas. La segunda causaba destrozo, la tercera traía el hielo, y la cuarta provocaría la destrucción total.


La Luna: Coyolxauhqui



Coyolxauhqui era la diosa de la Luna de acuerdo con la mitología Azteca. Su nombre significa "campanas doradas." Ella era la hija de la diosa de la Tierra, Coatlicue y la hermana del dios del sol, Huitzilopochtli.

Coyolxauhqui animó a sus cuatrocientos hermanos y hermanas a matar a su madre deshonrada. Coatlicue dió a luz a Huitzilopochtli cuando una bola de plumas cayó en el templo donde estaba barriendo y la tocó. Huitzilopochtli salió desde adentro de su madre como un adulto y completamente armado y la salvó.

Coatlicue lamentaba tanta violencia. Entonces, Huitzilopochtli cortó la cabeza a Coyolxauhqui y la tiró al cielo donde se convirtió en la Luna.

El Sol: Huītzilōpōchtli


"Colibrí Azul a la Izquierda" o "colibrí del sur", fue la principal deidad de los mexicas. También fue conocido como Ilhuicatl Xoxouhqui y ha sido asociado con el sol. Al arribo de los españoles a Mesoamérica, era la deidad más adorada en el Altiplano Central por la imposición de los aztecas. Los conquistadores lo llamaron Huichilobos.

Era el dios Azteca del Sol y la guerra. El es representado como un hombre azul completamente armado, con plumas de colibrí en su cabeza. 

Su madre Coatlicue, madre Tierra, se embarazó de Huitzilopochtli , padre Sol, cuando una bola de plumas cayó desde el cielo y la tocó. 

Los hermanos y hermanas de Huitzilopochtli pensaron que su madre Coatlicue los había deshonrado con ese embarazo misterioso.

Una hermana de Huitzilopochtli, Coyolxauhqui, la diosa de la LUNA, alentó a sus hermanos y hermanas las Estrellas para matar a su madre Coatlicue, LA TIERRA. 


Sin embargo, Huitzilopochtli, EL DIOS SOL, brotó de SU MADRE y la SALVÓ. 




Coatlicue lamentó tanta violencia. Luego, Huitzilopochtli le cortó la cabeza a Coyolxauhqui y la lanzó al cielo donde se convirtió en la Luna.

El SOL CERCA DE LA FLOR ALUMBRA CON SUS RAYOS LA ESENCIA DE ESA FLOR, MIENTRAS EL ÁGUILA, SE TRANSFORMABA EN CÓNDOR Y ÉSTA EN COLIBRÍ Y DE REGRESO SE INVERTÍA EL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN POR EL QUE EL QUE SOY PERCIBE EL ÁRBOL DEL QUE SALE LA FLOR, LA FLOR DE LA QUE TOMA NÉCTAR EL COLIBRÍ, EL COLIBRÍ QUE SE CONVIERTE EN CÓNDOR Y EL CÓNDOR QUE SE CONVIERTE EN ÁGUILA. EL TODO UNIDO AL TODO. EL AMOR.

Los Aztecas solían ofrecerle sacrificios humanos a Huitzilopochtli. Los sacrificios eran con la intención de asegurar la lluvia, las cosechas y la victoria en las guerras. La forma más común de sacrificios practicados por los Aztecas era la de arrancarle el corazón a un cuerpo vivo y ofrecérselo al Sol.

EL AMOR SABIDURÍA OFRECIDO AL SOL, TRAS SER DEVORADO EN EL SACRIFICIO POR LO DUAL E ILUSORIO DE LAS PARTES SIN HABER PODIDO ATENDER AL TODO. 

LA EDAD DEL SOL LA SOLEDAD, LA DORADA Y SOLEADA EDAD DEL AMOR DEL SER UNO SIENDO CON EL TODO EN UN PLANO DUAL VIVIR EN UNIDAD. 

UNIDOS EN CONCIENCIA, POR EL PODER DE LA LUZ EL AMOR Y MI NATURALEZA COMO HIJA DEL SOL Y DE LA TIERRA. 



Venus: Tlahuizcalpantecuhtli



En la mitología azteca es el dios del colorido sonrosado de la aurora. 

Como su nombre indica, Tlahuizcalpantecuhtli significa Señor de la Estrella del Alba, es la personificación del lucero de la mañana, el planeta Venus. 

En algunas páginas del códice Borgia aparece como un esqueleto flechador. En ciertas trecenas se dice que desafió al sol, pero Tonatiuh lo mató convirtiéndolo en Itztlacoliuhqui-Ixquimilli.

Los Aztecas creían que Tlahuizcalpantecuhtli gobernaba el cielo del mediodía (la duodécima hora del día).

Los rituales eran realizados cuando el planeta Venus se alineaba con las Pléyades, conocidas por los Aztecas como Tianquiztli. 

Podemos admirar el poder de este dios en Tula, México, en el templo de Tlahuizcalpantecuhtli.

Las Pléyades: Tianquiztli

Las Pléyades eran conocidas para los Aztecas como Tianquiztli que significa "mercado." Los Aztecas eran excelentes observadores del Sol, la Luna, y los planetas.

El tiempo era medido de acuerdo al movimiento de las estrellas y el Sol. El calendario estaba basado en ciclos de cincuenta y dos años. 

Ellos observaban cuidadosamente el movimiento de las Pléyades en el cielo para asegurarse de que el mundo no terminara. 



Al final de cada ciclo, se celebraba una Ceremonia para asegurar el Movimiento del Cosmos y el renacimiento del Sol.

Cada 52 años, durante la aparición de la constelación llamada Tianquiztli (pléyades), nuestros ancestros méxicas celebraban el Fuego Nuevo, en Tenochtitlán. Se trataba de un ritual metafórico de cierre e inicio de ciclo, en donde podía terminar tanto la vida como el mundo.



Para cerciorarse de que esto no ocurriera y la vida continuara otros 52 años, en cada hogar de el valle de Anáhuac se apagaban todos los fuegos, desde las grandes antorchas braseros en los templos, hasta el más humilde fuego de cocina. Asimismo, en cada casa toda familia debía desprenderse de todos sus objetos materiales en señal de desapego, para comenzar un nuevo ciclo en el que se esperaba abundancia de todo lo bueno.

Se encendía el Fuego Nuevo en el Cerro de la Estrella. al sureste de la ciudad de México, en Iztapalapa, mientras se tocaba el teponaztli, el atabal, la chirimía y el caracol. Este Templo del Fuego Nuevo estaba compuesto por una pirámide, una plaza y una terraza con un centro ceremonial en forma de santuario ancestral.


Dado que este ritual simbolizaba el inicio del nuevo ciclo, la alegría albergaba las calles a través de danzas y cantos. Cada hogar celebraba la llegada del Fuego Nuevo: se encendía una hoguera dentro del patio de la casa. También se quemaba copal y se ahumaba hacia los cuatro puntos cardinales. Se compartía el tzoalli, un platillo dulce que sólo se preparaba ese día y se bebía agua sólo pasado el mediodía.

En su libro El Fuego Nuevo, Cesar A. Sáenz explica que el fuego se realizaba girando fuertemente con las palmas de ambas manos un palo cilíndrico dentro del agujero de un madero rectangular; y dado que este roce era tan intenso entre las dos maderas secas, se producía casi inmediatamente lumbre:

“Al madero en forma rectangular los aztecas llamaban teocuahuitl (madero divino) que también era conocido, como xiuhcoatl; el palillo cilíndrico terminaba en forma semicónica, especie de asta o saeta, y se halla dibujado en los Códices en forma de flecha y al cual le nombraban mamalhuaztli (lo que perfora o taladra). Xiuhcoatl mamalhuaztli era también la designación que se aplicaba al conjunto de ambas maderas…


Se cree que el último Fuego Nuevo que celebraron los mexicas fue en el año 1507, y que la llegada de los conquistadores españoles interrumpió el ciclo que debía celebrarse en 1559. En esa última conmemoración, la lumbre que encendía una impactante hoguera podía verse desde Tenochtitlán, y de la cual “tomaban el fuego -que antes había sido apagado en todas partes- y lo llevaban en teas de pino a los diferentes pueblos cercanos y los de México lo conducían al Templo de Huitzilopochtli y luego a los aposentos de los sacerdotes y ministros de los ídolos”.

De ahí, tanto los habitantes de la ciudad como los sacerdotes de otros pueblos lo llevaban a sus hogares.

En términos del calendario mexica, la “atadura de años” o el Fuego Nuevo se presentaba cuando cada uno de los cuatro años Tochtli (conejo), Acatl (caña), Técpatl (pedernal) y Calli (casa) había regido trece veces. Así comenzaba un nuevo ciclo, cada 52 años. Es decir que un año mexica lo formaban 18 meses; cada mes, 20 días. Esto lo convierte en un total de 360 días y cinco días nefastos, llamados Nemontemi. Sólo así se hacía el ajuste necesario con el paso del sol; permitiendo así que el ciclo mexica constara de dos veces, 52 años equivalentes a 104 años. Es decir que se atan los años de 13×4 = 52 años.

De hecho se cree que en 1507, considerado como el año de 2 acatl –o 2 caña–, fue el Fuego Nuevo más fastuoso que se celebró en el México prehispánico. Dado que la rueda calendárica había llegado a su fin, era necesario realizar un ritual tan llamativo que permitiera al mundo continuar existiendo por otros 52 años.

Fue así que en el mes de Panquetzaliztli –lo que equivaldría al mes de diciembre en el calendario gregoriano–, se reunieron los señores de Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba para celebrar este solemne evento. 

La festividad requería entonces de tres principales aspectos para lograr que los dioses se consagraran de la existencia de la humanidad: primero, descender la flama del cielo para concretar el xiuhmolpill o atado de año o el amanecer del nuevo ciclo; segundo, conjugar de Fuego Nuevo de dos acatl con el nacimiento de Huitzilopochtli; tercero, inaugurar el suntuoso ayauhcalli o casa de la niebla, en donde se veneraba a las deidades acuáticas y agrícolas que fue mandado a construir por Moctezuma II, en la cima de Huixachtécatl, para la celebración del Fuego Nuevo.


El Fuego Nuevo significaba el renacimiento de la Esperanza de Vivir otro Ciclo,  teniendo el fuego la insólita capacidad de Resurgir de las Cenizas y crear un espacio cada vez más empoderado, vigoroso e inmortal. 

Quen otimotlahuilti, nonantzin? → Como has amanecido Madrecita?

Cualli, tlazohcamati nopiltzin, ihuan tehuatl? → Bien, gracias hijito, y tú?

Nehuatl nohiqui, tlazohcamati nonantzin. → Yo también, Gracias Madrecita.

Nonantzin ye niyauh → Madrecita ya me voy

Ma moyolicatzin → Que estés con tu corazón

Tlazohcamati huel miac. → Gracias

Ahora cambia Nonantzin (Mi madrecita) por Notahtzin (Mi padre), Cihuatl (Mujer), Mazatl (Venado), Ipalnemohuani (Dador de Vida).


- Mach cualica mocenyeliztzin? → Esta bien su apreciable familia?

- Cualli cualli tlazohcamati, huan moaxca tlacatzintli? → Muy buen gracias y la suya señor?

- Nohiqui cenca cualli tlazohcamati → También muy bien gracias.

- Canin tichanti? → Dónde vives?

- Nehuatl nichanti nican Tlalnepantla → Yo vivo aqui en Tlalnepantla

- Campa in timohuica? → A donde te diriges?

- Nehuatl altepepantla niyauh → Voy al centro

- Ximocehuitzino tehuatzin → Pase siéntese

- Tlazohcamati huel miac → Gracias

- Tlen motocatzin? → Como se llama?

- Nehuatl notoca ;Amatzin" huan tehuatzin? → Me llamo Amatzin y usted?

- Nehuatl notoca ;Cuauhtli ; → Me llamo Cuauhtli

- Canin tichanti? → Donde vives?

- Nehuatl nichanti ompa Tepoztlan → Yo vivo allá en Tepoztlan

- Nehuatl ompa onitlacat. → Allá nací.


Allí jugué....

El juego de pelota es uno de los rituales religiosos más importantes de la cultura mesoamericana. En el Popol Vuh o Libro del Consejo maya se describe un juego de pelota donde los gemelos divinos se enfrentan y vencen a los Ajawab del Xibalbá, los señores del inframundo.

Los Señores de Toniná, emulando a los gemelos divinos, escenifican la creación mediante un juego de pelota. ¿Serían estos personajes Xpiyacoc e Xmucané, o sea "el amanecer" y "la ocultación del sol" que menciona el Popol Vuh? Si esto es así, podríamos pensar que este juego escenificaba la dualidad, el dia y la noche, la vida y la muerte, la luz y la oscuridad.

En el Popol Vuh, en el capítulo El Nacimiento del Sol leemos: 

"Ahora vamos a narrar cuando se establecieron nuestros abuelos y padres al tener la claridad y cómo se le vió la cara al sol a la luna y a las estrellas. Y así fue como se aclaró y se manifestaron el Sol, la Luna y las estrellas."

El libro maya de profecías Chilám Balám de Chumayel dice: 

"Los ángeles, los espíritus se alzaron mientras eran creadas las estrellas. No se había alumbrado la tierra, no había cielo ni tierra..."

¿Representaba este juego el momento del alumbramiento, el momento de la llegada de la claridad que mencionan los libros mayas? ¿Simbolizaba la pelota a los recién creados astros y cuerpos celestes?

En el mencionado Chilam Balam dice: "Los ángeles, los espíritus se alzaron mientras eran creadas las estrellas. No se había alumbrado la tierra, no había cielo ni tierra.

Eran:

El pauah rojo. 
El pauah blanco
El pauah negro
El pauah amarillo." 
(Pauah aquí significa ángel o espíritu)

Al igual que en los templos en los extremos de la cancha del juego de pelota se colocaban ofrendas. ¿Eran estas ofrendas dedicadas a los pauah en agradecimiento por la claridad que alumbró el mundo que estaba en completa oscuridad? Si fuera así podemos pensar que el juego también era una ofrenda en agradecimiento a los dioses por la creación.

Sobre el atuendo de estos jugadores el Popol Vuh dice: "Los jugadores usaban una rodela de cuero, o escudo redondo con que detenían la pelota de hule macizo; la pala que ponían sobre el brazo derecho para rebotar en el suelo la pelota; la argolla que colocaban en la pared del atrio; el hule o pelota; la corona o yagual de los jugadores y el cerco protector de la cara, especialmente de la frente y la nariz."

Dentro de Mesoamérica cada cultura tenía diferentes formas de practicar el juego de pelota y por lo tanto sus atuendos variaban según la región.

En una representación poco común de este juego se muestra una cancha pequeña con pocos espectadores donde los jugadores no llevan protecciones, probablemente el artista no las recreó por tratarse de miniaturas o porque quizá se tratara un juego informal organizado por alguna comunidad.

*Aro del juego de pelota

La versión más aceptada es que la pelota es una representación del sol y las fases del juego los movimientos solares en el firmamento. Sin embargo la luna también podría estar participando en este juego. La victoria la obtenía el equipo que pasaba la pelota por un aro. Si buscamos una imagen similar en el firmamento nos encontramos con el eclipse solar. Al observarlo, la luna se ve rodeada por un halo de luz. ¿Representaría la pelota pasando por el aro, momento cumbre del juego, un eclipse solar? ¿Incluía el juego, además, diversas fases de los astros en el firmamento?

*Jugando a la pelota

Existe la creencia de que este juego se practicaba principalmente con las caderas. Sin embargo, en el juego se usaban otras partes del cuerpo y algunos instrumentos como eran la manopla o el bate. En los murales de Tepantitla, Teotihuacan, hay una representación del Tlalocan, el lugar a donde van los muertos, el supramundo, equivalente al cielo. 

En estas pinturas aparece un hombre jugando a la pelota con el pié acompañado de otro que pareciera estár llevando una cuenta del juego.


Lo que hace a esta práctica más interesante y misteriosa es que, a diferencia de los juegos actuales, este juego sagrado no se limitaba simplemente a contar puntos y elegir un ganador, sino que tenía un transfondo astronómico, mitológico y ritual.

El juego de pelota llegó a ser muy importante para los pueblos mesoamericanos. En el códice Selden de la cultura mixteca aparece un personaje con el nombre calendárico de Lluvia y cuyo nombre personal está representado con la "I" o "Doble T", símbolo con el que se representaba el juego de pelota.


Fotografía: Marcador del juego de pelota encontrado en Chiapas. Sala Maya del Museo Nacional de Antropología de México.

- Popol Vuh. Versión de Agustín Estrada Monroy. Ed. Editores Mexicanos Unidos
- Chilam Balam de Chumayel. Traducción: Antonio Mediz Bolio. Editorial Dante.
By: pLanet of the azTecs



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