¿Qué pasó realmente el 21 de diciembre del 2012?
Como el 21 de diciembre de 2012 el mundo no se acabó, muchas personas creen que nada
importante sucedió el pasado solsticio de invierno. Sin embargo, para quienes aún permanecemos en
este Planeta, el 21 de diciembre,
nuestra galaxia y con ella tod@s nosotros entramos a una nueva era de luz y
oportunidades que no deberíamos ignorar y que algunos ya estamos sintiendo.
Todos sabemos que la Tierra
da vueltas alrededor del Sol cada
24 horas, lo que determina que durante 12 horas haya luz y oscuridad las otras
12 horas. Este fenómeno natural nos
permite ver durante el día el mundo que nos rodea: descubrir lo bello, evitar
los peligros, abrigarnos de la lluvia, disfrutar del sol, etc. Durante la noche, a no ser por la ayuda de la
electricidad, un foco o una candela, el mundo parece totalmente distinto, nos
resulta imposible ver formas ni colores.
Algo similar, y siguiendo una regla universal, ocurre con el Sol y todos sus Planetas dando vueltas
alrededor del Sol Central de la Vía
Láctea, a la cual pertenece nuestro sistema planetario.
Según los cálculos astronómicos ese recorrido dura aproximadamente 26.000
anos, los cuales están divididos en un largo periodo de 13.000 anos de luz y
13.000 anos de oscuridad. Pues
bien, en el último solsticio (21 de
diciembre) nuestro Sol completó el
recorrido de los años de oscuridad e inicio la nueva ruta de luz.
A nivel energético-espiritual eso significa que a partir de
ese momento, los habitantes de la Tierra
podemos empezar a abrir nuestros ojos espirituales lo que nos permite descubrir un universo de
posibilidades dentro de cada uno de nosotro@s , así como en el mundo exterior.
En el largo periodo de
oscuridad espiritual, l@s humanos nos hemos visto atrapados por los
fantasmas que nos hacían creer que el dinero, la fama y el poder a costa de lo
que fuera, era el factor de felicidad. Así nos volvimos unos contra otros y
contra nuestra Madre Tierra.
Afortunadamente con los primeros rayos de luz,
esos fantasmas irán desapareciendo y poco a poco iremos reconociendo
que la felicidad esta más en la solidaridad, en el compartir generosamente
unos con otros, en hacer liviano ese equipaje cargado de cosas, ideas,
prejuicios…que pesa tanto…
Por eso, con frecuencia hemos escuchado que la nueva era galáctica será de paz y
armonía y que pronto empezaremos a vibrar en una nueva dimensión. En este contexto no nos referimos a las dimensiones
espaciales, sino a las dimensiones
como estados de conciencia.
Einstein nos había
revelado que todo cuanto existe en el
Universo es energía. Lo que creemos
objetos y materia, no es otra cosa que energía en una frecuencia más
lenta. La razón es que
las partículas que constituyen el átomo no están nunca en reposo,
sino en constante movimiento generando
energía, la cual se va condensando, por decirlo así, hasta parecernos la ilusión de
que hay objetos sólidos.
Para entender de manera muy sencilla ese fenómeno,
imaginemos una hélice, la cual al
girar a gran velocidad desaparece de
nuestro campo de visión, en cambio a medida que pierde velocidad, se va
haciendo visible hasta llegar el momento
en que deja de girar y convirtiéndose en un objeto solido que podemos ver y tocar.
Lo que Einstein nos demostró con su fórmula famosa E=MC
(Energía es igual a Masa por velocidad de la Luz © al cuadrado) es que la masa a altísima velocidad
(velocidad de la luz al cuadrado) se convierte en energía y viceversa. Lo que significa que lo único real que existe en todos los planos es la energía
en diferentes manifestaciones.
Ahora bien, como la energía es vibración, y todo está vibrando permanentemente: nuestro cuerpo, el planeta que habitamos, la
galaxia…el universo… para que
exista el Cosmos (cosmos quiere decir
armonía vs. caos que es desorden), estas
vibraciones están sincronizadas, o sea, mantienen un mismo nivel vibratorio.
Con el cambio planetario que se está produciendo la
vibración cósmica se ha acelerado, pasando de una tercera dimensión a una
cuarta dimensión, por lo que para mantenernos sincronizados con el universo,
nuestra vibración también se está acelerando.
Esa es la razón de muchos cambios que estamos experimentando; algunos de ellos dolorosos y traumáticos:
guerras, explotación a todos los niveles, agresión a mujeres, niños, ancianos,
corrupción, hambrunas…Y, a nivel personal, lapsos de memoria, dolores persistentes principalmente en la
espalda y las articulaciones, jaquecas, calambres raros, gripes larguísimas, mareos frecuentes…. Pero, para nuestro consuelo recordemos aquella frase de que "nunca es nada antes es más oscuro que
cuando va a amanecer". Y… ya esta amaneciendo!
La Tercera Dimensión (3D)
El estado de conciencia en esa noche galáctica, está
determinado por el predomino del
hemisferio izquierdo del cerebro, sede de
la mente racional y la vibración resultante es la Tercera Dimensión 3D. La 3D es
como una caja de creencias rígidas con un conjunto de reglas y
limitaciones relativamente inflexibles.
Una de las características de la 3D es
la dualidad: derecha/izquierda; alto/bajo;
bueno/malo; feo/bonito;
gordo/flaco; cielo/infierno. Otra
característica es el tiempo lineal: pasado-presente-futuro. Como hemos estado
sumergid@s en este patrón desde que nacimos, una de las limitaciones
precisamente de la 3D es creer que “así es y punto”. Además, debido a que estas creencias son compartidas por toda la gente y, los eventos
parecen confirmarlas, resulta muy
difícil salirnos de esa caja y aceptar
que existen otras alternativas.
La 3D no ofrece posibilidad de elección. Nosotros no
elegimos nuestros pensamientos y acciones, sino que reaccionamos a partir de
creencias y condicionamientos pre-existentes,
en relación a las personas y situaciones que aparecen en nuestro
espacio-tiempo.
Todo en la 3D está
condicionado. El amor verdadero o el concepto de paz incondicional, por
ejemplo no existen en la 3D. Si usted experimenta esos sentimientos es porque
está vibrando en la 4D. En la experiencia terrenal actual, tenemos acceso a la
conciencia tanto de 3D como de 4D, pero la mayoría de nosotros rara vez nos
salimos de los hábitos rutinarios de pensamiento y sentimiento de 3D. Sin
embargo las crecientes energías de luz y
frecuencias del cambio están "recableando" nuestros cerebros para permitirnos
acceder a una gama mucho más amplia de información y posibilidades que nos
permitan asumir e integrar en nuestras vidas la frecuencia más armónica de la
4D.
La Cuarta Dimensión (4D)
En la 4D
desarrollamos las facultades del
hemisferio derecho, activando la intuición y el sentimiento. Por eso se habla también de que es una era
donde las mujeres serán visibles. Realmente
es la energía femenina (yin), de la cual
también participan los hombres, la que volverá a brillar.
En la 4D
se fortalece la confianza en nosotr@s
mism@s y en el mundo. Los
miedos, al igual que los fantasmas empiezan a esfumarse. Las reglas de la
conciencia de 4D proporcionan una mayor sensación de facilidad, posibilidades y
capacidades diferentes a las rígidas
estructuras de la 3D. El tiempo en la 4D es siempre tiempo presente. La
conciencia está en lo que está
sucediendo ahora mismo. Podemos observar cualquier evento del pasado o futuro
simplemente como información a tener en cuenta, pero desapegad@s de esos
momentos.
En lugar de reaccionar con definiciones rígidas y
pre-establecidas (por otros) a cualquier experiencia, en la 4D podemos elegir
nuestra versión y nuestras respuestas.
Así pues, en la medida que nos adentremos en la conciencia
4D, en tiempo presente, con el poder de elección y la capacidad de respuestas,
adquirimos la posibilidad de realzar nuestra felicidad y bienestar e ir
deshaciéndonos de todo lo que “no somos”.
"Todas las heridas abiertas al olvido."
Alejandro
Lanus
Las personas van a poder verse a sí
mismas, porque hasta eso les estaba vedado en la 3D. Desecharemos con facilidad las emociones y
pensamientos negativos, los cuales pertenecen al pasado o al futuro: miedos,
remordimientos, rencores, celos, desconfianza…
Comprobaremos con alegría que
nuestras intenciones empiezan a hacerse realidad casi de inmediato. Ya somos testigos de un sin número de
coincidencias que se suceden a cada momento, porque el tiempo y el espacio, no
nos condicionan. Las viejas amistades
están reapareciendo. Cada vez nos
importan menos las ofensas que en la 3D
constituían un motivo de rabia y resentimientos. Estamos aprendiendo a reírnos de nuestros
errores y meteduras de pata. Nuestro ego
está dejando espacio al "yo íntimo" y al nosotros.
En la noche galáctica, surgieron por doquier, doctrinas,
maestros, gurús, profetas, ayatolas…. quienes
cada uno con su propio foco trataron de
alumbrarnos el camino su camino, con la intención de ayudarnos a no tropezar
demasiado, pero fueron luces de poca intensidad y amplitud, que generaron una gran variedad de
enseñanzas, por lo que a pesar de buscar
un mismo objetivo se han tropezado continuamente. Pero ahora, con la nueva luz universal todos
tenemos la posibilidad de decidir la ruta que nos conviene seguir y sobretodo
descubrir que el Dios que tanto buscábamos afuera y arriba, está en nuestro
propio corazón.
Ahora bien, la conciencia de la 4D no será una opción a
largo plazo. La 4D es una especie de
trampolín de corta duración que nos permite armonizarnos con las nuevas vibraciones galácticas a fin de
poder acceder a la
Quinta Dimensión (5D), que es la meta para la Tierra y todos sus habitantes. En la 5D el hemisferio derecho y el
hemisferio izquierdo funcionaran armoniosamente. Pero ese es otro tema.
¿Catástrofes mundiales?
Ante la incógnita del 21/12/2012, muchas personas se
atrevieron a pronosticar grandes catástrofes, las cuales desde nuestra mente 3D
interpretamos como: cataclismos, terremotos, inundaciones, etc...de tal magnitud que
amenazaría e incluso podía acabar con la
vida en el planeta. Se llegó a hablar del fin del mundo.
El error estuvo en todo momento en la
interpretación, pues la realidad es que la luz que empieza a brillar (estamos
apenas en la aurora), y eso hará que colapsen
muchas instituciones que pertenecen a la 3D: iglesias, el FMI, la Bolsa de Valores, la industria bélica, la propaganda comercial,
el consumismo desenfrenado etc. Y esto,
serán verdaderas catástrofes para quienes su vida siga anclada a esas doctrinas
e intereses.
Pero quizá la mayor catástrofe para la humanidad es no
darnos cuenta que ya podemos ver y no tenemos por qué seguir a ciegas repitiendo nuestras reacciones, una y otra
vez, sin ninguna creatividad, por miedo
a tropezar y agarrad@s de la mano de
quienes nos han hecho creer que somos incapaces de caminar con nuestros propios
pies.
Es una verdadera tragedia no entender que el mayor tesoro
que tenemos somos nosotros mismos. Que
no es necesario seguir llenándonos de
cosas y marcas para ser aceptados-as. Esto no significa, renunciar a lo que
poseemos actualmente; podemos seguir disfrutando de esos bienes, pero de manera desapegada. O sea, que si en algún momento los perdemos, no por
eso seremos desgraciados. Es trágico no
darnos cuenta que para obtener respeto y cariño de los demás no es necesario mentir, fingir, o imitar a otros. Que nuestra singularidad es nuestro mayor
atractivo.
Es también una catástrofe no ser capaces de dejar atrás las
viejas doctrinas y las ideologías basadas en la competencia, las desigualdades,
la inequidad,… ahora que podemos discernir por nosotr@s mism@s y decidir sobre el mundo en el cual queremos vivir y heredar
a las futuras generaciones. No
sucumbamos a esa tragedia y empecemos a
unirnos libremente y con confianza con las personas que también están
interesadas en construir un país de oportunidades para tod@s, de
solidaridad, de bienestar y alegría.
La gran tragedia es seguir dormid@s
creyendo que todavía
es de noche.
Por Cristina Zeledón.
Nacida en Costa Rica autora de dos
fascinantes libros, los cuales se los recomiendo: De Einstein a Castañeda y La
trenza de Teresa. Si desean ponerse en contacto con la autora, pueden escribir a
zeledon.cristina@gmail.com
Gracias a la página amiga: http://devishak.blogspot.com.es
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