“Amar no es un querer entregarse,
es un entregarse sin querer”
“Una cosa es enamoramiento sin amor, otra cosa es enamoramiento con amor, otra cosa es amor sin enamoramiento, otra cosa es dependencia mórbida, simbiosis neurótica con la persona que decimos amar, otra cosa es el amor mecánico maquinal, que nos toma, nos arrebata y nos hace perder la lucidez y el equilibrio….
Y otra cosa muy diferente es el amor consciente vivido a la luz del entendimiento claro y de la sabiduría y otra cosa...es el amor incondicional, es el amor más alto, no es una transacción, te entrego algo para que me devuelvas algo, no…, no comercia, no negocia.
Es un amor que se expande como el sol sin ni siquiera pretender que nadie lo tome, porque el amor incondicional no es imponible, ni exigible. Aunque tu consideres que tu amor es maravilloso, es como el cocinero que porque considere que es el mejor cocinero quiere imponerte sus platos y tú prefieres comer uno peor. Nadie puede imponer amor. Puedes exhalarlo con la espontaneidad que la luna se refleja en un lago o una rosa en el desierto exhala su aroma.
El amor consciente es el que comienza por darse afecto a uno mismo, que está amando, y desde ahí vas enviando tu afecto en todas las direcciones.
Nunca es un amor exclusivista es un amor inclusivista. Porque amo a ésta persona, a través de ella amo a todas las criaturas, porque amo a esta persona veo en su rostro a todas las criaturas vivientes.
No es un amor de locura en el sentido de la llamada “folía de” la locura de dos, que excluye a las otras criaturas, y que se vuelve muchas veces un amor que conduce a una atmósfera enquistada o enrarecida…de miedos, exigencias, paranoias…o de extorsiones o chantajes emocionales.
El amor es una fuerza muy poderosa, como tal fuerza poderosa hay que vivirla a la luz de la sabiduría. Si no, “el amor” (entre comillas), puede ser muy peligroso. Cuantas personas dicen “daría la vida por ti” y esa misma persona que hoy daría la vida por ti, mañana te la quita.
O cuando el amor lo único que desencadena es una pasión ciega, basada en reproches en ponerle murallas y encadenar a las otras personas, en lugar de poner alas de libertad a los seres queridos.
Por eso, el antiguo Adagio:
Los dioses aman conscientemente y el que ama conscientemente se convierte en un Dios. Porque no es un amor de dependencia, ni de afán de dominio, no es un amor simbiótico, ni de obediencia abyecta, como el que tienen muchos discípulos inmaduros o seudogurús, o los falsos gurús.
El verdadero amor es un amor que integra, y que pone los medios para que los demás sean felices pero también implicando a uno mismo en ese estado de felicidad.
Se puede amar conscientemente sin afán de reciprocidad, y es un verdadero bálsamo, una verdadera medicina.
Curiosamente hay personas que sufren más por rupturas sentimentales que por graves enfermedades, porque no practican el amor consciente. Practicar el amor consciente, aunque sea por inteligencia, para ahorrarse sufrimiento.
Porque el amor consciente es el que pone los medios, para que la criatura amada sea feliz incluso con otras personas…Incluso aunque no quiera volver a saber de nosotros.
Ese es el amor consciente, ese es el amor creativo, fecundo, pleno, que procura salud, en el sentido más amplio de la palabra.
Cuando el amor es una energía aferrante, apegante, esclavizante…Entonces hay que preguntarse ¿es que acaso esto esto es amor…?
Puede ser aferramiento, atracción, dependencia, bioquímica, pero desde luego no es AMOR”.
Enseñanzas del Tantra-Ramiro Calle.
Un hombre sencillo, hablando en sencillos términos sobre el GRAN AMOR, el amor incondicional, el más alto nivel, una manera única de conjugar el verbo Amar…
Sublimación del Amor Consciente.
Verbo: Siendo.
Lo que uno Es.
A-roM-A
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