"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

miércoles, 4 de enero de 2017

Empezaré Por Contarte que Todo Tu Ser Vibra


Fuego sobre Aire nos expresa el Humo, 
cuyo arquetipo principal es la paz.

Una anciana descalza y vistiendo ropas raídas por el tiempo le hablaba con la voz melodiosa de aquellos que comunican cantando.

(...) en una tierra que llaman México, hubo unos sabios conocidos como toltecas que hicieron de la ciudad de Tula su capital y cuyo territorio también fue dividido en cuatro cuartos. Incluso el alma humana fue analizada a partir del número cuatro.

―¿El alma humana?

―Sí. A la parte derecha la llamaron tonal, manifestación de lo perceptible. A la izquierda, nagual, expresión de lo imperceptible. A la superior, quetzal, vinculada al Ave y al Mundo de Arriba. Y a la inferior, coátl o Serpiente, símbolo del Mundo de Abajo.

 "A la vulnerabilidad no se la puede combatir incrementando la seguridad, sino afrontando nuestras debilidades"



"Cuando llega el momento oportuno se levanta el polvo que cubría lo que allí quedó oculto, permitiéndoNos volver a descubrir aquello que tal vez ya supisteis en un ciclo anterior, pero que la mayoría olvidó.

―¿Qué es aquello que vamos a redescubrir?

― Cómo estar en sincronía con el latido del Universo 
y con sus ritmos.

Son muchos los héroes que descendieron al inframundo para transformar su viaje en leyenda. Gilgamesh, quinto rey de Uruk. Eneas, héroe de la guerra de Troya. En el caso de Orfeo, músico, poeta y profeta, él descendió en busca de su mujer. Odin, dios nórdico, lo hizo para beber del pozo de Mimir. Tras la creación del quinto Sol, Quetzalcoatl (Serpiente Emplumada), descendió para recuperar los huesos de la raza humana y así repoblar de nuevo la Tierra. En los Vedas, la diosa Ushas (la Aurora) fue liberada de la cueva de Vala por el dios Indra.

Cuentan que para alcanzar el mundo de arriba uno debe primero zambullirse en el de abajo. Fue así como no por el miedo, pues este la hubiera atrapado en aquel lugar tan oscuro, sino por el sentimiento de compasión que sintió hacia esas almas en pena que logró salir. Un instante después ya no se encontraba en aquel rincón del interior de la montaña, sino en una especie de antesala entre mundos. Una catarata de luz amarillenta frente a ella la invitaba a cruzar. Y la cruzó...




Relatar lo que experimentó al otro lado de la cascada tal vez no pueda lograrse con palabras. Lo único capaz de comunicarlo es la idea de inefable, es decir, ʽaquello que no puede ser comunicado con meras palabrasʼ. 

Lo voy a intentar para que no se diga que me salté esa escena por ahorrarme el esfuerzo de describirla. Para ello voy a utilizar los sentidos, pero no los del cuerpo físico ni los del astral, sino aquellos que posee la expresión más sutil del alma: el cuerpo causal también llamado de gozo. Empecemos por el oído, de todos el más sutil y el único capaz de fundirse con la Totalidad como se funden las notas musicales cuando se unen en un solo acorde tocando al unísono.

Empezaré narrándote que todo tu ser vibraba al son de un tono parecido al «Oooooh» que hacía apenas unos instantes había estado entonando con la anciana. Pero ese «Oooh» lo permeaba todo. De hecho, tal vez este no sea el verbo correcto, pues una sustancia permea en otra sin que se conviertan en una sola cosa. Mejor sería decir que ella se convirtió en dicho sonido y que el sonido lo era todo. Era el Noccan Kani, el «Yo soy lo que soy».

Ella se había transformado en el tono primordial del cual emana la Creación.

Habrán aquellos que tal vez digan que tal afirmación es una hipótesis y que, por lo tanto, necesita ser probada. O que es un acto de fe, lo cual pide que sea creída. Para ella no fue ni lo uno ni lo otro. Fue una realización. 

Una realización es cuando sabemos que algo es cierto sin que tenga que ser demostrado ni mediar razonamiento alguno. 




Realizaciones son los peldaños en la escalera que nos conduce a la autorrealización. Mientras que autorrealizarse es cuando nos establecemos en esa realidad en la que ella se hallaba, cuando la vivimos no por un instante, sino de forma permanente. 

Sin embargo, aunque sea solo un instante en el que se gane acceso consciente a ella, la experiencia nos puede cambiar la vida.

Entre ambas no medió palabras. El silencio era absoluto, pues hablar hubiera ensombrecido la luz de ese instante. 


¿En qué consiste el Arte de Encontrarse? 


Es el Arte del redescubrir nuestra naturaleza divina. 

Somos músicos en la sinfonía de la vida. El universo es la sinfonía, el Alma el Instrumento y el Ser su Músico. 

El arte comunicado a través de la presente serie de libros trata de recuperar el conocimiento ancestral que nos permita afinar el alma como instrumento, para que nuestra melodía pueda volver a ser armoniosa.

¿De dónde procede el nombre de dicho Arte? 

Durante la baja Edad Media Europea se desarrolló en Occitania y Cataluña el arte de trovar. 

De él nacieron los juegos florales, competiciones de poesía en las que el ganador recibía como premió una rosa. En dichas lenguas «trovar» (escrito trobar) originalmente significaba ‘componer’ pero con los trovadores adquirió el nuevo significado de encontrar. 

Pero ¿qué buscaban? Buscaban la perfección del alma y para ello le cantaban a la Dama. Eran como la flor y canto que el guerrero tolteca utiliza como arma en su lucha contra el pequeño yo. Con ese canto tanto el trovador como el sabio tolteca intentan trascender su ego para reintegrarse con el Espíritu.



¿Y quién es esa Dama de la que se enamoraron los trovadores, merecedora de tales elogios y cánticos? 

No era una mujer de carne y hueso. Era y es la encarnación femenina de la Divinidad como Madre de todos. 

Esa Dama ha recibido multitud de nombres a lo largo de la historia, siendo uno de ellos el de Pirene.

Cuenta la leyenda que la princesa Pirene, al ver su padre destronado por Gerión, el gigante de las tres cabezas, huyó para esconderse. Gerión, buscando la muerte de la princesa, caló fuego al bosque. El fuego llamó la atención de Hércules, quien se hallaba cerca de allí luchando contra los gigantes de Provenza y Rosellón. 

Cuando Hércules fue a contener el fuego, se encontró a la princesa agonizante. Se enamoró de ella, pero al verla morir su desespero fue tal que se puso a acumular grandes rocas y montañas de mar a mar para construirle un mausoleo, el cual dio nacimiento a los Pirineos.

Ello sucedía en un tiempo ya muy remoto, cuando los humanos aun convivíamos con razas de gigantes y otras, como las de los cabezudos. A todos ellos aun se los ve desfilar durante las fiestas mayores de Cataluña y el País Vasco, dos pueblos a ambos extremos de los Pirineos. También se conserva la memoria de ese tiempo en la toponimia del lugar. Por ejemplo el gigante Gerión dio nombre a la ciudad de Girona. 

Varios milenios después, ya en plena época de los trovadores, Girona se convertiría, junto con Provenza, en la cuna de la cábala judía. 

Mientras que entre ambos, en el Languedoc, se extendía el catarismo, doctrina muy influenciada tanto por el gnosticismo cristiano como por la cábala. 

Los cátaros renegaban del mundo material, eran vegetarianos, vivían en comunidad y sabían que el alma transmigraba tras la muerte, reencarnándose de cuerpo en cuerpo hasta el momento de su liberación total.

En el mediterráneo era muy usual las guerras entre herejes y la Iglesia católica. También era época de las cruzadas, aunque ya iban en declive, el fervor por servir a la Iglesia y luchar en contra del mal y ser perdonados por la eternidad a aquellos que acabaran con los sublevados, mantenían la fe, tal vez equivocadamente, a unos hombres cristianos con afán de seguir los pasos de Cristo. 

Los puntos de vista de los cátaros sobre los sacramentos, cuestionados y reinterpretados; su oposición a la jerarquía de la Iglesia y pensamiento de que Cristo dió por igual a todos sus apóstoles, sin afán de poder ni de economía; el cuestionamiento de los temas del bautismo, la eucaristía, la virginidad de María, la conversión del pan y del vino, en cuerpo y sangre de Cristo; o la aceptación de la idea de la reencarnación que muchos adoptaron así como una dieta baja en carnes llegando a rozar el vegetarismo. Trajo de la mano de los cátaros, una nueva filosofía socio-religiosa que no agradó a la Iglesia Católica, remarcándoles nuevamente de herejes. 

El pensamiento o filosofía cátara, divergente y chocante con el mundo cristiano de la época, plantearon una nueva forma de fe cristiana. “Katharos”, esta palabra de origen griego que significa “puros” o “bons homs” en lengua del Languedoc, madre del catalán actual y de las diferentes variantes lingüísticas de la misma lengua.

Hacia 1250 se escribió un documento- uno de los pocos habidos- que fue cuestionado ante el papado, “El Libre des dos principis” (El libro de los dos principios)

«L’Art de Trobarse» es pues el arte de encontrarse a uno mismo. 

Es un juego de palabras, dado que la lengua de los trovadores facilita ese juego semántico y fonético por el que cada vocablo adquiere como mínimo dos significados: uno evidente y el otro simbólico u oculto. Así es como se protegían de la Inquisición, cuando está fue creada en el año de 1184 con el expreso mandato de extirpar su herejía, su libre pensar.

La palabra hereje procede de «hairesis», vocablo griego que significa elegir. La Inquisición la utilizó para referirse a todos aquellos que se desviaban de la doctrina impuesta desde Roma, es decir, aquellos que osaban elegir. 

Mientras que en los Pirineos hereje es alguien que vive en las montañas, en estrecha relación con la naturaleza. 

Fue un estilo de vida al que se vieron forzados aquellos que huían de las persecuciones. Pero los locales no vieron en esas personas a heréticos blasfemos sino a refugiados de la intransigencia. Y es que RomA fue, para cátaros y trovadores, otro juego de palabras dado que la ciudad imperio se escribe como AmoR pero al revés.

A ese arte del trovar también se lo llamó Gaya Ciencia, otro juego de palabras. La palabra Gaya significa «alegre», por lo que quienes se quedaron con su significado más superficial pensaron que se trataba del amor cortés. Pero la alegría que nos trae esa Ciencia o 
Saber no es efímera y pasajera, como pueda parecer, sino que se refiere a la felicidad alcanzada con el gozo supremo. 

Es para no olvidar ese gozo que la protagonista del relato que aquí os traigo se llama Kusi, que en la lengua quechua justamente significa alegre. Sin embargo Gaya también posee un tercer significado. En la Grecia Antigua era la Madre Tierra, la Pirene de los druidas íberos, la Dea Natura. 

El arte de trovar fue aquel que permitió a los iniciados alabar a la Diosa Madre sin levantar las sospechas de la Inquisición. 

¿Cómo llama el mundo andino a esa dama a quien los trovadores cantaban secretamente sus alabanzas? ¿Cómo llaman a esa Diosa femenina por la que tantas mujeres europeas ardieron en las hogueras de la intransigencia? 

A la Divinidad como diosa y madre de todos el andino la llama Pachamama. Pacha significa el cosmos o espacio, pero también el tiempo, mientras que mama es el nombre de la madre en el lenguaje universal de los niños, por ser el primer sonido que aprendemos a emitir. Nuestra boquita de bebé fue entrenada para poder pronunciarlo en el acto de mamar, de extraer la leche del pecho materno. 

Es por ello que el segundo personaje de este relato es la mismísima Pachamama, Gaia o Pirene. 

Ella es quien nos trae ese saber, 
ese arte de encontrarse a uno mismo.

Al igual como hizo con el trovador, la Inquisición también obligó a los pueblos oriundos de America a camuflar a la Diosa bajo otros ropajes. El mundo andino escondió a su Pachamama bajo los ropajes de una virgen María amamantando al niño Jesus. 

En México a la Madre Tierra se la llama Tonantzin y ella fue camuflada como Virgen de Guadalupe. 

Mientras que Pirene se convirtió en «la moreneta» (morenita), virgen de la montaña sagrada de Montserrat y patrona de Cataluña. 

Se la llama moreneta por su tez morena como la tierra. 

En su regazo lleva al niño Jesús y en su mano sostiene una esfera, indicando su condición de señora del mundo. 

Mientras que el niño Jesús sostiene una piña, símbolo de la glándula pineal, del puente entre el mundo de la materia y la dimensión espiritual.




«La Moreneta» foto de Jose Luis Bernardes Ribeiro. Creative Commons

El Arte que os traigo busca recuperar la conexión con esa piña que es la glándula pineal. 

Así, mientras la Inquisición perseguía a cátaros y trovadores por tierras Occitanas, vivió en Mallorca un filósofo y alquimista llamado Ramon Llull quien les dio cobijo. Él también desarrolló un arte. Al principio lo llamó Art Abreujada d’Atrobar Veritat 

(Arte resumido de encontrar la verdad). 

Más tarde lo rebautizaría bajo el nombre de Ars Magna (el Gran Arte). En su arte Llull identificó dieciséis principios que en grupos de cuatro vinculó a cada elemento de la antigüedad: 

Tierra, Agua, Fuego y Aire. 

Con ello intentó crear un procedimiento que le permitiera encontrar la verdad. 

El arte que aquí os traigo tiene muchos paralelismos con ese otro arte llulliano ya que también se basa en dieciséis principios, agrupados en grupos de cuatro y vinculados a los cuatro elementos. 

Pero tal como se irá exponiendo a lo largo de la presente obra, también tiene que ver con la tradición del fardo sagrado, conocimiento ancestral del continente Americano. 

Ello le permite transformarse en un puente entre los dos.

Mi puente busca ayudar a recuperar la sabiduría ancestral de los pueblos americanos para lograr que Europa finalmente descubra América, pues lo que sucedió hace cinco siglos no fue un descubrimiento sino una ‘invasión’. 

También busco que la América de los pueblos originarios redescubra Europa, no aquella que le invadió, sino la Europa de aquellos que presumiblemente arribaron a sus tierras unos siglos antes de Colón, la de los verdaderos Wiracochas, Pahanas, Bochicas o Quetzalcoatles  (hombres barbudos de tez pálida y gran sabiduría).


Es por ello que el presente relato no se ubica en los Pirineos, en la tierra del Dragón, como se la llamó en la antigüedad. 

Se ubica en los Andes, en la columna vertebral de la Madre Tierra. 


Así busco acercarme a una tierra en la que si bien no nací, también siento como propia. 

En el idioma quechua a aquellos que construyen tales puentes se los llama chaka runas (hombres y mujeres puente). 

Son puentes que cruzan el espacio, para unir culturas, pero también el tiempo, para conectarnos con un pasado que tuvimos y aquel futuro que queremos.


El Arte de Encontrarse con Marc Torra
https://es-imaginal.atavist.com/el-arte-de-encontrarse-libro1



B a R a K a








No hay comentarios:

Publicar un comentario