Por que hay que buscar para encontrar,
perderse para avanzar
y Morir para VIV-IR.
Comprendo hoy que el cielo y la tierra son incompatibles si ambos no son en el corazón de Dios, solo en Dios es posible la Unión.
Nuestra alma debe entonces hallarse desapegada de todas las cosas terrestres. Es preciso amar a los amigos como se quiere a los hijos no por nosotros mismos, sino por sí mismos.
Mi Corazón Volará más arriba que el Águila; Allí está el Amor Puro, el Amor que nunca engaña.
En cuanto al ViVir de la vida terrena, ella nos rebaja demasiado, haciendo que el egoísmo de los sentidos domine la espiritualidad del ángel que hay en nosotros.
Los goces que procura la pasión son horriblemente tormentosos, pagados por enervantes inquietudes, que destrozan los resortes del alma. Yo he venido a la orilla del mar dónde se agitan esas tempestades y las he visto demasiado cerca; a menudo me han envuelto con sus nubes, la ola no se ha roto siempre a mis pies, y he sentido su rudo abrazo que enfría el corazón; debo retirarme a las alturas o perecería al borde de esa mar inmensa.
Veo en usted, como en todos los que me han afligido, los guardianes de mi virtud. Mi vida ha estado mezclada de angustias, por fortuna proporcionadas a mis fuerzas, y se ha mantenido así pura de las malas pasiones, sin reposo seductor y siempre presta a Dios. Nuestro afecto fue la tentativa insensata, el esfuerzo de dos cándidas criaturas intentando satisfacer a sus corazones, a los hombres y a Dios…¡Locura, Félix…¡ ¡Ah¡- dijo tras una pausa-,
¿cómo lo llama esa mujer?
Amadeo-respondí.
Félix es un ser aparte, que no pertenecerá nunca sino a usted.
***** Por Honoré de Balzac*****
No tenemos que comprometernos a un futuro juntos. El futuro es tan desconocido, y somos tan fluidos, y estamos tan cansados de pretender que sabemos.
Nuestros pensamientos y sentimientos están en constante cambio, son incontrolables, como un océano salvaje de amor.
Nuestros deseos crecen y menguan; nuestros sueños nacen y mueren a cada momento.
No tenemos que comprometernos a una cierta forma de amor. Las formas están cambiando siempre, como las mareas.
No necesitamos seguridad aquí. No estamos buscando comodidad, sino la Verdad.
Hagamos un compromiso más profundo; uno que no pueda romperse o perderse.
Con la presencia. Para estar en el aquí y ahora.
Para dar todo de nosotros mismos. Para conocer, y dejarnos conocer.
Para decir la verdad, hoy; sabiendo que nuestra verdad podría cambiar mañana.
Para inclinarnos ante el otro, incluso si nuestros corazones están rotos o sensibles.
Sin promesas, sin garantías.
¡El amor requiere de coraje! ¡Sí!
Porque el amor es un campo, no una forma. Comprometámonos con el campo, recordemos el campo en cada momento de nuestros preciosos días en esta Tierra.
En diez años, podríamos seguir juntos. Podríamos tener hijos. Podríamos vivir juntos, o separados.
Podríamos no volver a vernos nunca más. Este podría ser nuestro último día.
Si somos honestos, en realidad no lo sabemos; el no saber es nuestro Hogar.
Podríamos ser amigos, o amantes, o extraños, o familia, o podríamos seguir siendo algo indefinido, más allá de la narrativa, nuestro amor no puede ser capturado en palabras.
Aquí, al borde de lo conocido, en la línea que algún día dividió la cordura de la locura, y la duda de la certeza, jugamos, bailamos, bebemos té, nos acariciamos, lloramos, nos encontramos.
Sacrificamos la comodidad y la previsibilidad. Pero lo que ganamos es asombroso: Este tremendo sentido de estar vivos. Completamente abiertos a los misterios del amor, a los misterios de nuestros cuerpos.
Un poco en carne viva, tal vez. Un poco temblorosos. Quizás un poco desorientados, pero tal vez este sea el precio de ser absolutamente libres.
Tal vez una antigua parte de nosotros siga aún buscando a mamá o papá, a esa Persona Mágica que jamás ha de irse, que siempre estará allí, que se lleve la soledad reprimida que vive en nuestras entrañas. Amando esa parte asustada, también; inclinándonos ante esa parte, también, pero sin ser controlados por ello.
Y los demás les preguntarán:
¿Qué hay de su futuro?
¿Qué pasará si tienen hijos?
¿Cómo diablos se definen ustedes?
¿Por qué le temen al compromiso?
¿Por qué huyen de la seguridad? ¿De la comodidad? ¿Del futuro?
Los llamarán locos, o dirán que no conocen el amor, o que están perdidos, o que son poco amorosos y egoístas, y ustedes sonreirán, y entenderán su miedo, porque ese miedo fue alguna vez el de ustedes, y ahora ya no pueden abandonar su camino.
Y nadie tiene que caminar con ustedes. Nunca.
En determinado momento, sólo la Verdad los hará sentir satisfechos. Una verdad viviente, renovándose a sí misma en cada momento, la Verdad salvaje del corazón abierto.
Cuando el Amor y la Verdad son Uno, cuando el Compromiso está profundamente enraizado en el aliento, podemos finalmente pararnos frente a frente sin resentimiento, y estallar en el más melancólico de los atardeceres, cobijados en la más profunda alegría.
Caminando solos, juntos, solos.
- Jeff Foster-
Comprendo hoy que el cielo y la tierra son incompatibles si ambos no son en el corazón de Dios, solo en Dios es posible la Unión.
Lirios del Valle
ღ•❥*⁀`•.¸¸.*
BaRaKa
Gracias a la página amiga: http://la-danza-de-la-nada.tumblr.com/
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