"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

lunes, 7 de octubre de 2013

Un lugar en el mundo




"El Cielo y la Tierra no hacen nada, 
y aun así no hay nada que no hagan."

¿Dónde estará el hombre capaz de alcanzar este no-hacer?


Plenitud

"¿Cómo puede el verdadero hombre de Tao atravesar paredes sin obstáculos,
mantenerse en medio del fuego sin quemarse?"

No a causa de su astucia o su audacia;
no porque haya aprendido, sino porque ha desaprendido.

Todo aquello que está limitado por medio de la forma,
aspecto, color, sonido, es llamado objeto.

De entre todos ellos, tan sólo el hombre es más que un objeto.
Aunque, como los objetos, tiene forma y aspecto,
no se ve limitado a la forma. Es más. Puede lograr ser sin-forma.

Cuando está más allá de la forma y el aspecto,
más allá de "esto" y de "aquello",
¿cómo se lo puede comparar con otros objetos?
¿Dónde está el conflicto? ¿Qué puede obstruir su camino?

Reposará en su lugar eterno, que es el no-lugar.
Estará escondido en su propio e insondable secreto.
Su naturaleza profundiza hasta la raíz en el Uno.
Su vitalidad, su poder se esconden en el Tao secreto.
Cuando es todo uno, no hay falla en él
por la cual pueda entrar una cuña.

Igualmente un hombre borracho, al caer de un carro,
queda contusionado pero no destruido.
Sus huesos son como los huesos de los demás hombres,
pero su caída es diferente.

Su espíritu es completo. 

No es consciente de haber subido a un carro,
ni de haberse caído de él.

La vida y la muerte no significan nada para él.

Desconoce la alarma, se encuentra con los obstáculos
sin pensar, sin preocupaciones, los enfrenta sin saber que están ahí.
Si existe tal seguridad en el vino, cuánta más habrá en el Tao.

El hombre sabio está escondido en el Tao, nada puede tocarlo.

¿Dónde está el Tao?

El Maestro Tung le preguntó a Chuang: "Muéstrame dónde se encuentra el 'Tao'."

Chuang Tzu replicó: "No hay lugar alguno donde no se encuentre."


"El límite de lo ilimitado se llama 'plenitud'. La carencia de límites de lo limitado se llama 'vacío'. El Tao es el origen de ambos. Pero él mismo no es ni la plenitud ni el vacío. El Tao produce tanto la renovación como la descomposición, pero no es ni renovación ni descomposición.Causa el ser y el no-ser, pero no es ni ser ni no-ser. Tao une y destruye, pero no es ni la Totalidad ni el Vacío."




El zen huye del artificio y de la intencionalidad. Lo "perfectamente natural", "lo no afectado" son muestras de la liberación. El espíritu ahora universalista , integrado en el cosmos, ya no se siente comprometido por y con nada y sin apegarse a nada se coloca libremente en una omnipresencia perfecta que equivale a una especie de perfecta inmovilidad.

"Aplacad todas vuestras ansias, sed como ceniza fría y plantas marchitas; mantened la boca estrechamente cerrada, hasta que crezca en ella el musgo, sed inmaculados como puro lienzo blanco. Sed fríos e inanimados como un incensario en un santuario abandonado. Símbolo del estado de la nada absoluta."

El "satori" es, pues el estado donde cada uno encuentra el lugar que le corresponde en el flujo de la vida, identificándose con todo lo existente y amado. Alcanzar el "satori" equivale a descubrir el significado de la propia existencia. Experimentar el estado natural de la mente, del que emanan todas las buenas acciones y la armonía. Llegar a ser verdaderamente "humano", relacionándose con los demás con una conciencia y comprensión intuitiva totalmente desinteresadas. 

El "satori" es un estado interno, lleno de claridad y paz en el que logra en cada persona identificarse con todo lo que a uno le rodea y contemplar a la gente sin juzgarla. Para el hombre "iluminado" el "yo" pasa a no existir, alcanzando un estado de "pobreza" y "vacuidad" equiparable a una experiencia mística (el satori).



"El Cielo y la Tierra no hacen nada, 
y aun así no hay nada que no hagan."


El Cielo no hace nada: su no-hacer es su serenidad.
La Tierra no hace nada: su no-hacer es su reposo.
De la unión de estos dos no-haceres, 
proceden todos los actos,
se componen todas las cosas.

¡Cuán vasto, qué invisible este llegar-a-ser!
¡Todas las cosas vienen a ninguna parte!
¡Cuán vasto, qué invisible, no hay forma de explicarlo!

Todos los seres en su perfección nacen del no-hacer.
Es por esto por lo que se dice: 

"El Cielo y la Tierra no hacen nada, 
y aun así no hay nada que no hagan."

¿Dónde estará el hombre capaz de alcanzar este no-hacer?


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