Subimos cumbres en nuestras vidas,
en nuestros corazones,
Este amor infinito mezcla de dolor,
el reparto y el instante de la felicidad,
Que se guarde anclado en sí mismo
como para devolverle su honor.
Subo la montaña, como subo mi vida,
Todas estas miradas cruzadas, si las comprendí
Vi sin embargo mil veces, y estoy todavía sorprendida
de la belleza de los seres que me hicieron soltar la presa.
Es la belleza sin palabra que transforma un instante,
De rodillas en el hielo, dejando hacer lo que se debe,
Guardo en mí el calor, el sabor del obsequio
De estos momentos de gracia que fueron vuestros
que fue mío.
Viven su ascensión, escalan y desafían su miedo,
No hay más prisión que la que se crea en el corazón,
Tomo nota y lecciones de los brillantes resplandores
La luna, sus miradas, no morir antes de la hora.
Guardo cuidadosamente la experiencia en mi carne,
Volver al diario, él tampoco ordinario,
En las páginas de un libro, estas frases que me describen
Todo se acaba y termina después del éxtasis de alcanzar la cima.
Es la belleza sin palabra que transforma un instante,
De rodillas en el hielo, dejando hacer lo que se debe,
Guardo en mí el calor, el sabor del obsequio
De estos momentos de gracia que fueron vuestros
que fue mío.
Acordonada a mi cabeza hasta mi mochila
Pequeñas tempestades me empujan hacia arriba,
El frío que respiro, siento que soy más ligero,
No vi nada venir con los dos pies en la nieve.
Después es más fácil, un paso tras el otro.
Tendré toda mi vida para dejar de hacer lo que se debe,
Es lo que he subido
que fuiste tú, que fuí yo.
Es la belleza sin palabra que transforma un instante,
De rodillas en el hielo, dejando hacer lo que se debe,
Guardo en mí el calor, el sabor del obsequio
De estos momentos de gracia
que fueron vuestros que fue mío.
La Lessive
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