No hay sendero hacia la verdad, 
ella debe llegar a uno. 
La verdad puede llegar a nosotros 
sólo cuando la mente y el corazón 
son sencillos, claros, 
y en nuestro corazón hay amor; 
no si nuestro corazón está lleno 
con las cosas de la mente. 
Cuando en el corazón hay amor, 
no hablamos de organizar la fraternidad; 
no hablamos de creencias, 
de división o de poderes que crean división, 
no necesitamos reconciliarnos. 
Entonces somos, 
cada uno de nosotros, simplemente un ser humano, 
sin rótulo alguno, sin nacionalidad. 
Esto significa que usted debe despojarse
de todas esas cosas 
y permitirle a la verdad
que se manifieste; 
y la verdad puede manifestarse 
sólo cuando la mente está vacía, 
cuando cesa en sus creaciones. 
Entonces la verdad vendrá
sin que la inviten. 
Llegará tan rápida y sorpresivamente como el viento. 
Llega en secreto, 
no cuando la aguardamos, 
cuando la deseamos. 
Está ahí, tan súbita como la luz del sol, 
tan pura como la noche. 
Pero para recibirla, 
el corazón debe estar lleno y la mente vacía. 
Ahora tiene usted la mente llena y su corazón está vacío.
Extracto de: El Libro de la Vida
 -meditaciones diarias con Krishnamurti-

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