"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

sábado, 4 de mayo de 2013

Entre mis manos tus pequeños puños


En el silencio del Amor, encontrarás la chispa de la Vida. Rumi.



El servidor: —¡Oh, Reina, ten piedad de tu servidor!

La Reina: —Terminó ya la asamblea, y todos mis servidores se han ido. 
¿Por qué vienes tan tarde?

El servidor: —Mi hora llega cuando la de los demás ha pasado. 

Dime qué trabajo ordenas al último de tus servidores.

La Reina: —¿Qué puedo ordenarte, si es tan tarde?

El servidor: —Hazme jardinero de tu jardín.

La Reina: —¿Qué locura es ésta?

El servidor: —Renunciaré a cualquier otra tarea, 
abandonaré al polvo mis lanzas y mis espadas. No me envíes a lejanas cortes. 
No me pidas nuevas conquistas: 

hazme jardinero de tu jardín.

La Reina: —¿Y en qué consistirá tu servicio?

El servidor: —En llenar tus ocios. Conservaré fresca la hierba del sendero 
por donde vas cada mañana y donde, a cada paso tuyo, 
las flores deseosas de morir bendicen el pie que las pisa. 

Te meceré entre las ramas del septaparna 
mientras la luna, apenas levantada en la noche, 
intentará besar tu vestido a través de las hojas. 
Llenaré con aceite perfumado la lámpara que arde junto a tu lecho 
y adornaré tu escabel con maravillosas 
pinturas de azafrán y sándalo.





La Reina: —¿Y cuál será tu recompensa?

El servidor: —Que me des permiso para tener entre mis manos tus pequeños puños, 
que parecen capullos de loto, y para rodear tus brazos con cadenas de flores; 
que pueda teñir las plantas de tus pies 
con el zumo encarnado de los pétalos de ashoka, 
y recoger, con un beso, la mota de polvo 
que pueda posarse en ellos.



La Reina: —Tus ruegos han sido escuchados.
Serás el jardinero de mi jardín.

R.Tagore


El noble oficio.


Sembrador de semillas cuya sombra dará descanso a amores venideros.
Jardinero que siembra, poda, riega, arranca, quema o barre según toque.
Que danza la impermanencia entre flores y crudos inviernos.

No dejó de sorprenderme, la sincrónica puntualidad del Universo 
para soplarle al aire la señal de su propia creación: 

Sea cuál sea, ésta Es La Senda.

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