"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

jueves, 5 de febrero de 2015

11.11 Portales: Detonadores y Armonizadores.



11.11 
Detonador de memoria para armonizar polaridades 

y unificar conciencias.

(....) en Occidente se ha contemplado al 10 como una completitud equilibrada en el Universo, y al once como el exceso peligroso capaz de descontrolarse con facilidad (no deja de ser interesante en este sentido que el 10 sea número par). 

Tenemos a San Agustín, que afirmó que el once es el "Escudo de Armas del Pecado", y el estudioso Schneider habla de un "carácter infernal" del once, pues en el sentido de exceso y consecuente deterioro, nos lo relaciona lógicamente con la rebelión angélica que según la tradición da lugar a la caída de una parte de los ángeles que niegan a Dios.

En otras culturas el once y/o su "hermano" simbólico, el dos, no siempre han sido considerados nefastos. En el Taoísmo, el Yin y el Yang representan la dualidad, un equilibrio dinámico donde los opuestos se "dan vida mutuamente", formando parte del orden natural de las cosas, lo cual difiere, con sus matices, de la concepción occidental cristiana según la cual el mal no tiene existencia propia, siendo nada más que la ausencia de bien;

En el esoterismo africano, al once se le relaciona con la fecundad, interesante mencionarla en relación a la "vibración perturbación" que se atribuye al once, una alteración (exceso) al orden establecido, alcanzado y representado por el diez. Interesante porque la ciencia conoce que las transiciones en los sistemas físicos se desencadenan por "perturbaciones", a veces muy pequeños excesos (o defectos) de alguna cantidad material o variable numérica, lo que se llama en ciencia "Fluctuación" o incluso perturbación. Es una conexión sutil pero quizás interesante.

Según Borges, el Aleph es el punto mítico del universo donde todos los actos, todos los tiempos (presente, pasado y futuro), ocupan “el mismo punto, sin superposición y transparencia”. De lo cual se desprende que el Aleph representa, tal como en Matemáticas, el infinito y, por extensión, el universo.

Es una letra que tiene gran poder místico y "virtud mágica" entre quienes la han adoptado, y para los cuales su poder numérico es uno.





Es el Aleph de los hebreos, simbolizado por el Buey o Toro; el Alpha de los griegos, el uno y el primero; el Az de los eslavos, que significa el pronombre "yo" (refiriéndose a "Yo soy el que soy"). También en Astrología, Taurus (el Buey, Toro o Aleph) es el primer signo del Zodíaco, siendo su color blanco y amarillo.

El sagrado Aleph, adquiere carácter aun más señalado de santidad entre los cabalistas cristianos, pues saben que esta letra representa la Trinidad en la Unidad, por estar compuesta de dos Yods, uno hacia arriba y otro invertido, con una raya o nexo oblicuo en esta forma Ν.





En su sentido esotérico cada letra posee en si una potencia creadora, y en el caso de Aleph o A, esta relacionada a la protección de la unidad y de la infinitud, la armonía que se puede ver en toda la naturaleza y en el hombre mismo, ya que encierra en sí el arcano de la divinidad.

En el estudio del tarot, Aleph es el Mago, el creador, quien por sus facultades posee las llaves del conocimiento de los secretos del cielo y la tierra, al ejercer el símbolo de la unidad entre ambas esferas.

En el libro de los salmos, encontramos la letra hebrea Yod (Salmo 119:73) “Tus manos me hicieron y me formaron; instrúyeme, para así poder aprender”.


Esta letra Yod representa el número 10


El Arcángel Raziel nos impulsa y purifica para el despertar de nuestra conciencia, para nuestro desarrollo integral. Es sin duda, la fuerza regeneradora de vida. Es esa emanación divina que da la fuerza creadora del sol y nos envuelve de vitalidad. Este arcángel nos protege y otorga el conocimiento de nuestro propio poder, mediante el cual podremos poner en marcha nuestros planes y objetivos. Siempre con esa sensación de libertad y seguridad en nosotros mismos.

El Arcángel Raziel es mas conocido en el misticismo judío y dentro de la filosofía de la Cábala como el guardador de los secretos y su nombre significa “Secreto de Dios” y el “Arcángel de los misterios”, Se le conoce además como el autor del libro El Séfer Raziel Hamalach o el Libro del Arcángel Raziel, conteniendo claves del universo sobre el conocimiento celestial y terrestre pudiendo explicar muchas verdades ocultas del universo.

Sus fuerzas operantes en el conocimiento del universo dan al hombre correcto y honesto revelaciones sin necesidad de estudios, enseñando la sabiduría que conduce al conocimiento de la verdad.

Para los cabalistas, el arcángel Raziel es conocedor de todos los misterios. Como el jefe de los ofaním, es un misterioso ángel que parece una rueda luminosa y gira continuamente. Está cubierto de ojos. De acuerdo con Ezequiel 1:15-21, la misión de los ofanín es mover el carro que transporta a Dios a las fronteras entre el mundo material y espiritual.

Ofaním, el misterioso ángel que parece una rueda luminosa, que recuerda al arcano diez del Tarot “La Rueda de la Fortuna”, y el mensaje que bellamente nos trae este arcano que nos dice: 




“No hay nada estable, nada permanente y duradero en la vida. Estamos en continuo movimiento y cambio. De nada sirve aferrarse a la cosas porque estas cambian, incluso las personas aunque parezcan las mismas, han cambiado, se han convertido en otras, por lo que es importante no dar nada por sentado, aunque en esencia, siempre somos los mismos. Avanzar con la vida y su movimiento dejándonos sorprender por los cambios que se producen en nuestro diario vivir y en nosotros mismos como seres en su totalidad."


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