"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

jueves, 5 de febrero de 2015

Camino Místico como destino hacia nuevas etapas evolutivas.



Quiero estar siempre pura, vida de mi vida,

Que has dejado tu huella viva sobre mí.

Siempre voy a tener mi pensamiento libre de falsía,

Pues tú eres la verdad que ha encendido la luz

De la razón en mi frente.

Voy a guardar mi corazón de todo mal

Y a tener siempre mi amor en flor,

Pues tú estas sentado en el sagrario más íntimo de mi alma.

Y será mi afán revelarte en mi canto

Pues tú eres la raíz que fortalece mis acciones.

R. Tagore


El que no naciere del agua y del espíritu, 
no puede nacer en el reino de Dios.

La energía sexual Transmutada 
se convierte en el fuego del espíritu santo o kundalini. 

En su desarrollo, dicho Fuego Creador
 dará nacimiento al Cristo: 

Todo aquel que nace en las dimensiones superiores, 
encarna al Cristo.
(Cristo - Crestos = Ungido con Fuego)

INRI (Ignis Natura Renovatur Integran)

El Fuego renueva incesantemente la Naturaleza

Cruz Símbolo sagrado que contiene 
los dos principios Masculino y Femenino.

Me aferro al Árbol de la Vida. 
La felicidad me encuentra ahora que mi ego 
está fuera de mi atención. 
Puedo salir fuera de mi propio camino, dejándome ir.

EL CAMINO SIN CAMINO



"El Árbol de la Vida se extiende desde lo alto 
y hacia lo bajo 
y el sol lo ilumina enteramente”

El Árbol de la Vida como representación del hombre 
“Lo que está arriba es igual a lo que está abajo”. 

El Zohar.


En el simbolismo hindú existen 7 regiones espaciales: los 4 puntos cardinales más el Cénit (punto más alto) y el Nadir (punto más bajo), y como séptima región el Centro, es decir; una cruz tridimensional con un punto central . El Árbol representaría el Axis Mundi, presente en casi todas las Tradiciones, y la polaridad Cénit-Nadir equivaldría al espíritu y la materia.


El hinduismo lo expresa como Purusha y Prakritti, el Budismo como vacuidad y fenómenos, el taoismo como Cielo y Tierra, dos polos entre los cuales se extiende todo el cosmos. Este eje básico Arriba (Cielo) Abajo (Tierra) estaría representado en el Arbol de la Vida por las sefirot de Kether y Malkut, unidas por el llamado Sendero de la Flecha en el Pilar Central del Árbol.


En todas las tradiciones se considera este eje Cielo-Tierra, y en muchas se representa como un árbol. Desde el árbol Yggdrasil de la mitología escandinava, hasta el árbol navideño, pasando por el “Arbol de la Iluminación” bajo el que Siddartha se convirtió en Buda, la simbología no se agota con el eje vertical que conecta cénit y nadir.


Pues además los árboles celestes o míticos aparecen invertidos. En los Upanishads da cuenta de un árbol cósmico llamado Ashvattha cuyas raíces están en el cielo y cuya copa frota la tierra.








Ejes horizontales

Eje  Jokmah-Binah: Polaridad Yin-Yang, Pasado-Futuro, Espacio-Tiempo, Energía-Materia.

Eje Jesed -Gevurah: Polaridad Bien-Mal, Expansión-Restricción.

Eje Netzaj-Hod: Polaridad aspecto emocional-aspecto mental.

Ejes verticales

Eje Kether-Malkut: Cielo-Tierra, Espíritu-Materia.

Eje Tiferet-Yesod: Individualidad-Personalidad, Yo Superior-Ego.


El Centro del Arbol corresponde a la sefirá de Tiferet, el “sol de 8 rayos”, por los 8 senderos que confluyen en ella.


El simbolismo del Centro es también común a todas las tradiciones. Por ser el punto de equilibrio, el Centro tiende a  permanecer estable, equilibrado e inmutable, representando realidades tanto internas como externas, macrocósmicas y microcósmicas a la vez.



El Centro aparece entonces como el punto donde 
los pares de opuestos son trascendidos y surge la armonía del equilibrio.



No en vano Tiferet significa Belleza, y los conceptos de belleza y armonía van estrechamente ligados. Así, y en virtud de su universalidad, el simbolismo del Centro es de vasta profusión y aparece necesariamente en las alegorías iniciáticas de todas las épocas y culturas. Símbolos del Centro son la Rueda-los radios confluyendo en un eje fijo-, el propio Sol, la Rosa, el Laberinto y, por supuesto, el Corazón. Y en muy diversas corrientes espirituales se halla reflejado este axioma:

"Si encuentras tu centro, encuentras el Centro"

¿A qué si no se refería Jesús cuando decía que no buscáramos el Reino de los Cielos aquí o allí,
“porque el Reino de los Cielos está dentro de vosotros”?
.


Necesidad de las polaridades



“Cuando los pares de opuestos se unen, 
algo divino sucede.” 

Carl G. Jung 
(Psicología Analítica - 1925) 

Sandro Botticelli - Detail of The Birth of Venus at Uffizi Gallery Florence, Italy.



El mundo emanado de la sefirá Kether se inicia con una dualidad básica:


Yin (Binah) y Yang (Jokmah), constituyendo un eje de polaridad de importancia fundamental pues manifiesta el género en todo lo creado, no únicamente en los seres vivos. Dios Padre (Jokmáh) y Dios Madre (Bináh) están más allá del Bien y del Mal, la siguiente polaridad del Arbol: las sefirot de Jesed como “bien” y  Gevurah como “mal”.


La identificación de estos principios opuestos con Dios y Diablo es frecuente en no pocas tradiciones y adolece de un maniqueísmo que ignora la Unidad como principio fundamental de la divinidad.


El mismo Jung había hablado, en “Psicología y religión”, de la actualidad del gnóstico Carpócrates, que sostenía que “bien y mal son solamente opiniones, no son más que aspectos éticos de estas antítesis naturales”. Para conciliar estos opuestos y restaurar la Unidad original Jung y Herman Hesse introducen a Abraxas como un dios que une simbólicamente lo divino con lo demoníaco, lo bueno con lo malo, la vida con la muerte. Pero ya el monoteísmo judaico e islámico presentaba como declaración de fe que Dios es UNIDAD.

La polaridad manifestada en cada eje es necesaria para que exista cualquier manifestación fenoménica, comenzando por la vida, que requiere macho y hembra. En “El Kybalión” hermético se representa como la Ley de Polaridad:


“Todo en la Creación es dual, todo tiene dos polos, 
todo tiene su par opuesto”


Los opuestos no son sino la cara y la cruz de una misma moneda, y la diferencia entre ambos es solo de grado.

El movimiento de ascenso en el eje vertical Cielo-Tierra vendría representado por kundalini Shakti subiendo por el canal central Sushuma hasta alcanzar el “Loto de los Mil Pétalos”, para fundirse con Shiva. 

Mientras que el movimiento de descenso sería llevar el Cielo a la Tierra, o Kether a Malkuth, como todas las utopías sacras y profanas han anhelado y visionado para un futuro, recordando una antigua Edad de Oro perdida (El Paraiso-El Edén).



En el Árbol de la Vida la sefirá de Malkut es la morada de la Shekináh, la Presencia Divina de Dios en su aspecto femenino. 


El paralelismo incluso lingüístico con la Shakti hindú es evidente. La Shekináh, también conocida como “La Divina Presencia”, sufre el exilio en la materia, y duerme esperando ser rescatada igual que kundalini duerme enrollada en el chakra Muladhara.








En el eje horizontal Bien-Mal el movimiento entre ambos polos requiere un Centro en el cual pivotar y que sirva como  punto de referencia. 


La imagen de un balancín es aquí adecuada, y una excesiva inclinación hacia un extremo se traduciría en una pérdida de equilibrio. Del mismo modo que resulta que un exceso de bueno es malo. Y no por bueno, sino por exceso.


En el Arbol de la Vida el “balancín” entre las sefirot de Jesed  o Misericordia y Gevurah o Rigor es el sendero VIII “La Justicia”. Y esta Justicia es Divina pues se rige por las Leyes Universales, las 7 Leyes recogidas en “El Kybalión”. El centro sobre el que pivota este eje es naturalmente Tiferet, y el pie del balancín es el sendero XIV “La Templanza”, cuyo nombre ya sugiere el evitar los extremos.







La necesidad de polaridades para que exista manifestación fenoménica se encuentra también en el hinduísmo. 

El Pralaya o "Noche Cósmica" es el tiempo fuera del tiempo en que existe un perfecto equilibrio, y por tanto, ninguna manifestación, porque ésta requiere siempre de dos fuerzas opuestas.

El crecimiento y la evolución se  producen por la dinámica de estas fuerzas opuestas, que funciona siempre siguiendo la Ley del Péndulo o Ley de Polaridad. 

Cuando hay una inclinación excesiva hacia un polo, en el Árbol de la Vida una sefirá de un eje determinado, se producirá un desequilibrio que liberará el aspecto negativo de esa sefirá. A este aspecto negativo Dion Fortune lo denomina Qlifot o Qliphoth. Los qlifot son los lados sombríos de los sefirot y manifiestan estados de caos y desorden.

El otro vehículo evolutivo del sexo opuesto destinado a facilitar la próxima etapa de evolución; corresponde a las entidades gemelas originales quinta dimensionales liberadas desde la séptima dimensión; la unión de almas gemelas primordiales reencarnadas da lugar a la noogénesis.

En esta definición de la Ciencia Cósmica hay tres niveles de información que iremos desarrollando como un proceso de evolución del humano planetario actual al super humano.

Es preciso entender que la inteligencia cósmica es sincronicidad, simultaneidad  perfecta, energía complementaria, hombre y mujer son almas espejo, se reflejan una a la otra, reflejando esa cualidad universal dual, bipolar, donde cada unidad contiene dos polos, masculino y femenino que corresponden a los dos principios creadores cósmicos en las cosmovisiones ancestrales.




Podemos contemplar  la existencia de Almas Gemelas como un principio galáctico de evolución que tiene su origen en el  Amor 
(segundo rayo de la creación cósmica) y en la segunda Ley de la Naturaleza (7 Leyes de la Naturaleza).

Masculino y femenino, forman el principio generador dual, la simetría dual de los seres. Son los extremos de un mismo fenómeno, opuestos idénticos en su naturaleza: espíritu y materia, luz y oscuridad, ying y yang.

Encontrar a otra persona de sexo opuesto con quien complementarse y evolucionar hacia la unidad es un sueño elevado, una manifestación espiritual que entra en resonancia con el cuerpo místico de la tierra.



Del placer de la unión hombre y mujer nace la vida y un entorno hermoso donde la nueva criatura es cuidada hasta florecer, una obra de arte la vida al crecer, un proceso creativo continuo que replica el patrón Cósmico de la Creación.


¿Los mitos intentando explicar lo inexplicable? Explicar el amor supremo en el proceso de creación cósmica a través del placer amoroso cotidiano y los detalles de cuidar la alegría y felicidad de la vida en comunidad.

Noogénesis es la aparición de formas de vida inteligentes según Teilhard de Chardin. En la Ciencia Cósmica Noogénesis es también el nacimiento a través de la mente; el medio para dar origen a la siguiente etapa evolutiva de la humanidad, etapa que es la escena de la activación supermental y el descenso supramental. 

La activación  supermental es la evolución de la mente actual, transcendiendo la mente primitiva actual dualista y separatista . Y el descenso supramental se refiere a la revelación del conocimiento o información más allá de la capacidad mental humana. 

El Humano es un elemento pensante intencional en el universo y en la Historia Cósmica pivote o punto de apoyo del ciclo del devenir universal al ciclo del retorno universal.





Sobre los 72 nombres de Dios: Y los misterios que se expresan en estas combinaciones reconfortan el corazón de quién conoce su Dios y es colmado de una alegría siempre renovada.

La kabaláh, es el sistema místico de los Judios, un sistema de guía espiritual para llegar a otras instancias dimensionales, llegar al otro mundo y el Árbol de la Vida es un sistema gráfico de clasificación utilizado en conjunción con él.

Kabaláh, del vocablo Kiber: ‘recibir’, como filosofía originada en Mesopotamia, nadie conoce su origen concreto, pero podríamos intuir sus orígenes los podríamos rastrear en alguna tribu del pueblo Sumerio que luego evolucionó hacía el pueblo hebreo. En  el mundo occidental la Cábala llega a nosotros por su variante hebrea.

La pieza principal de este estudio se basa en la comprensión del árbol de la vida, compuesto por las coronas y los sefirot. 



Cada sefirot está vinculado a los otros mediante senderos organizados y dependen de las emanaciones divinas. Según el grado de espiritualidad va desde el árbol, desde el vacío, hasta el mundo de las formas.

Para Abulafía, la Kabaláh es considerada un camino místico: Como un recorrido en el sentido inverso al rayo de Dios: se empieza por maljut (la corona de las formas) para acabar en keter.



Es pues una dinámica de correspondencia entre el Creador y su criatura en el que Dios desciende al hombre y este a su vez asciende hacia lo inefable del Ser. 


Para este logro, Abulafía plantea la existencia de lo que él llama: 

Los Nudos del Alma.





Es entonces en el evento que se produce ante el entendimiento de esta verdad a (través de ese éxtasis en estado de vigilia) que se logrará la unión mística, lo inefable. 

Esta revelación hará que el alma pierda todos los sellos que la sujetan…lo que Abulafía llama desellar el alma… llevarla al punto de libertad para ser penetrada por la emanación divina, cuya correspondencia se manifiesta a través de la palabra del hombre, su clamor, su canto.


El diagrama se compone de diez sephirot sagradas («diez emanaciones sagradas») y 22 líneas que las interconectan entre sí. Cada uno de estos círculos representa un paso a la evolución de la consciencia:


Kéter (‘corona’; כתר)
Jojmá (‘sabiduría’; חכמה)
Biná (‘entendimiento’; בינה)
Jesed (‘compasión’; חסד)
Gevurá (‘valentía’; גבורה)
Tiféret (‘esplendor/belleza’; תפארת)
Netsaj (‘eternidad’; נצח)
Hod (‘majestuosidad’; הוד)
Yesod (‘fundación’; יסוד)
Maljut (‘realeza’; מלכות)

El Zohar es el manuscrito más venerado de esta filosofía, considerado La Biblia de la Cábala, se cree que este texto, al igual que el Tarot, está codificado y encriptado y quien lo pueda descifrar tendrá las pistas para llegar al conocimiento de la esencia misma de la divinidad.

Este texto posiblemente escrito o recopilado por el rabino español Mosé ben Sem Tob de León en el siglo XI, narra las aventuras del rabino Shimon bar Yojai por el Israel del siglo II.  De acuerdo a la leyenda Shimon fue asistido por el profeta Elías para la creación del mismo. Los cabalistas piensan que descifrando este documento se llega a los significados ocultos en el Torá y la Biblia.


El Zohar cuenta con la particularidad que, a diferencia de otros textos bíblicos o judáicos, nos narra los hechos bíblicos desde el punto de vista de Dios, y cada personaje bíblico es una metáfora para las acciones de éste.


Cuenta también que fue  el hombre quien expulsó a dios del paraíso y no al contrario, es decir, expulsamos nuestra divinidad y el Zohar nos da los pasos para volver a encontrarnos con esa divinidad interna.


Quizá el código o diagrama simbólico más popular y conocido de este texto es el 10 Sephirot (sephirot = numeraciones); los 10 aspectos de la personalidad de Dios, un mapa del cuerpo de dios. Para algunos representa a la totalidad e integridad del cosmos.






Alrededor de este diagrama existen infinitas teorías, pero la más aceptada, por increíble que parezca, es que éste es un mapa que muestra cómo está conformado el universo; el macrocosmos, y también cómo está conformado el hombre; el microcosmos.

El Árbol de la vida consiste de 10 círculos ubicados en 3 columnas verticales y conectadas mediante 22 líneas o senderos.


Los 10 círculos son llamados Sephiroths (palabra que proviene de Sapphire [Zafiro]) y cada círculo está numerado del 1 al 10.


Las 3 columnas verticales son llamadas Piedad (columna de la derecha), Severidad (columna de la izquierda), y, entre ellas, Mildness. También se dice que las columnas representan la Sabiduría, la Fuerza, y la Belleza, que forman la trinidad que conforma el universo. Las 22 líneas o senderos son las 22 letras del alfabeto hebreo.


Sumando las 10 esferas Sephirot y los 22 senderos, veremos que nos da resultado 32, el mismo número de los 32 caminos a la sabiduría mencionados en el Sepher Yetzirah. Y, de acuerdo con Manly P. Hall, estos 32 senderos representan los 32 dientes en la boca del Vasto Semblante o los 32 nervios que se ramifican desde el Cerebro Divino, también son una analogía de los primeros 32 grados de la masonería, que elevan al candidato a la dignidad de Príncipe del Secreto Real. De acuerdo con los Cabalistas el nombre de Dios aparece 32 veces en el primer capítulo del Génesis. En el análisis místico del cuerpo humano, de acuerdo a los rabinos, 32 segmentos espinales conducen hasta el Templo de la Sabiduría; el cráneo.


De acuerdo con la tradición cabalística este diagrama representa como hemos dicho al universo y al hombre, pero no cualquier hombre, sino el primero, el Adán Celestial, la primera creación de Dios, Adán Kadmón. No confundir con el Adán terrenal, pareja de Eva. Podríamos identificar a Adán Kadmón con el Púrusha hindú, aquel ser primordial que fue desmembrado por los dioses védicos y que de su cuerpo y esencia nacería todo el mundo y la realidad. 


En este caso, las 10 Sephirot del Árbol de la Vida son las partes esenciales de Adán Kadmón o las emanaciones del dios anterior a la creación del universo, llamado Ain Soph:



Kéter (La Corona. Providencia equilibrante).
Jojmá (La Sabiduría).
Biná (La Inteligencia siempre Activa).
Jesed (La Misericordia. Grandeza).
Gevurá (La Justicia. Fuerza).
Tiféret (La Belleza).
Netsaj (La Victoria de la Vida sobre la Muerte).
Hod (La Eternidad del Ser. Gloria).
Yesod (El Fundamento. La Generación o piedra angular de la Estabilidad).
Maljut (El Reino. Principio de las Formas).


Kéter es la corona de la cabeza prototípicos y tal vez se refiere a la glándula pineal, Jojmá y Biná son los hemisferios derecho e izquierdo del Gran Cerebro, Jesed y Gevurá son los brazos derecho e izquierdo, lo que significa los miembros creativos activos del Gran Hombre; Tiféret es el corazón, o, según algunos, la totalidad de las vísceras; Netsaj y Hod son las piernas derecha e izquierda respectivamente, o los apoyos del mundo, Yesod es el sistema generativo, o la fundación de la forma; y Maljut representa los dos pies, o en la base del ser. Ocasionalmente se considera a Yesod como el macho y Maljut como el poder generativo femenino.



El Árbol está dividido en cuatro niveles conocidos como los Cuatro Mundos estos son:


El Mundo Arquetípico llamado Atziluth,

el Mundo Creativo llamado Briah,
el Mundo Formativo llamado Yetsirah,
y el Mundo Material llamado Assiah.



Madame Blavatsky nos dice sobre este Árbol:

“Kether fue la primera Sephiroth que contiene en sí los otros nueve ספּירות Sephiroth o inteligencias en su totalidad y unidad que representan el arquetipo del hombre, Adam Kadmon, el πρωτόγονος, que en su individualidad o unidad es bisexual, porque él es el prototipo de toda la humanidad.



Así obtenemos tres trinidades, cada una contenida en un ‘cabeza’.


En el primero encontramos la Sephira [Kether], el primer andrógino, en el vértice del triángulo superior, que emite Hachama [Jojmá], o Sabiduría, una potencia masculina y activa – también llamado Jah, יה – y Binah, בינה, o Inteligencia, una potencia femenina y pasiva, también representado por el nombre Jehová יהוה.







Estos tres forman la primera trinidad o “cara” del Sephiroth. 


Esta tríada emana a Jesed, הסד o Misericordia, una potencia activa masculina, también llamado Él, de la que emana Geburah גבורה, o la justicia, también llamado Eloha, una potencia pasiva femenina, a partir de la unión de estos dos fue producido Tiphereth טפּארת, Belleza, Clemencia, el Sol Espiritual, conocido por el nombre divino Elohim; formando la segunda tríada, “rostro”, o “cabeza”.


Estos emanan, a su vez, la potencia masculina Netzaj, נצה, Firmeza, o Jehová Sabaoth, que emite la Hod potencia pasiva femenina, הוד, Splendor, o Elohim Sabaoth, los dos produjeron a Jesod, יסוד; La Fundación, que es el que da vida a El-Chai, dando así forma a la tercera trinidad o ‘cabeza’.


El décimo Sephiroth es más bien una díada, y está representada en los diagramas como el círculo más bajo.


Es Maljut o Reino, מלכות y Shekinah, שכינה, también llamado Adonai y Querubines entre las huestes angélicas.



La primera “cabeza” se llama el mundo intelectual, la segunda ‘cabeza’ es el mundo de la percepción, y la tercera es el mundo material o físico”. (Isis Unveiled.)

La Shekinah de la Cábala y de los Sufíes, es la advocación de Sákti como manifestación femenina de la divinidad en la bondadosa Lakshmi, la generosa, la luminosa…la que escucha nuestros lamentos.


Shakti también es el Alma en el sentido místico-cristiano, cabalístico, sufí o los procesos de meditación Surat Shabd yoga: la experiencia y la vivencia de estar en contacto directo y sin intermediaciones con la totalidad, pues en todo caso es en el alma en donde se produce este encuentro.


Aquí la Shákti adquiere una hermosura extrema en la revelación de que la Divinidad para acercarse, para manifestarse a la conciencia espiritual del ser humano lo hace a través o mediante la intermediación de sus atributos o aspectos femeninos.


Shákti también tiene una enorme resonancia con los postulados de la psicología profunda de Jung que nos explica el simbolismo de esa Sakti en perfecta conjunción con la llamada Anima o energía femenina que da vida a todo. 


Es esa Ella intermediaria pues que nos permite la revelación del Ser, no solo para adquirir la conciencia de ese Ser en nuestro interior, si no para devolver La Gracia, a través de nuestros atributos del canto y la palabra.


“Uno se llena de admiración, al penetrar en el santuario de la Cábala, al ver que una doctrina tan lógica y tan simple, sea tan absoluta.

La necesaria unión de ideas y signos, la consagración de las realidades más fundamentales por los caracteres primitivos, la trinidad de palabras, letras y números, una filosofía simple como el alfabeto, profunda e infinita como la Palabra; teoremas más completos y  luminosos que los de Pitágoras; una teología tan resumida que se puede contar con los dedos, un Infinito que puede entrar en la mano de un niño; diez números y veintidós letras, un triángulo, un cuadrado y un círculo, – estos son todos los elementos de la Cábala. Estos son los primeros rudimentos de la Palabra escrita, ¡la reflexión de la Palabra hablada que creó el mundo!”  (Morals and Dogma, Albert Pike).



En hebreo, el nombre del objeto y el propio objeto designado son una misma cosa, de hecho se utiliza una misma palabra: דבר (dabar) para designarlos.

Partiendo de la vinculación entre las palabras y las cosas, la hermenéutica cabalística busca relaciones y significados ocultos en la Torah o, en un sentido profano, en cualquier otra manifestación escrita.

Las letras del alfabeto no son símbolos convencionales sino los “ladrillos” con que Dios ha creado el universo, tal y como manifiesta el Sepher Yetzirath (“Diez sefirot de la Nada y 22 letras fundamento”)




El poder creador de la palabra es una herencia divina que nos convierte en cocreadores de nuestra realidad. Es el sujeto, con su palabra creadora, quien da lugar a los objetos, tanto internos como externos.


Teniendo en cuenta que “cosa” u “objeto” es aquello de lo que podemos decir algo y a lo que podemos nombrar, el Sujeto, llámese Conciencia o Dios, no puede ser definido ni limitado, pues entonces sería un objeto. Tan solo podemos “apuntar” hacia Eso, pues ninguna palabra puede designarlo.


Aquí vemos la correspondencia con otras enseñanzas, como el Taoísmo (“El Tao que puede nombrarse no es el verdadero Tao…”)


Para poder pronunciar las palabras de uso común se inventaron los llamados puntos masoréticos. Una misma palabra puede tener distintas pronunciaciones, y con ellas, diferente significado.

El texto se escribe de derecha a izquierda, y cada palabra se forma en base a un conjunto de letras consonantes a las que se les llama Raíz. De una Raíz, que como mínimo cuenta con dos letras, pueden formarse varias y diversas palabras. Esta característica de derivar múltiples palabras de una misma raíz es básica para realizar permutaciones con significado.


El Alfabeto hebreo se conoce también como el “Alfabeto de Fuego”, por los bellos trazos de las letras y, quizás, porque la letra ש corresponde al 22 sendero del Arbol de la Vida, por donde entra el Rayo Relampagueante. Su significado es precisamente Fuego y Espíritu, y su forma recuerda a una triple llama.


Las tres letras Madres de la Creación: la Shin, el Aleph y la Mem - según el libro cabalístico Sefer Yetzirá- “Libro de la Formación” o “Libro de la Creación”.







Las 22 letras se complementan con 5 letras finales, que son una variación del símbolo que corresponde a  5 determinadas letras cuando se escriben al final de la palabra.

Existen 3 letras madres, llamadas los 3 orígenes, pues a partir de ellas se inicia el proceso de la creación. Cada una de ellas se asocia a un elemento:



ש
SHIN
  Elemento fuego
א
ALEF
Elemento aire
מ
MEM
 Elemento agua




"Un incendio es una catedral rezando;
                                              Toda llama es una oración encendida"


Hildegarda nos descubre y devela la correspondencia entre el hombre y toda la creación. Del libro Scivias: El hombre alberga tres senderos. ¿Cuáles son?

El alma, el cuerpo y los sentidos. Por ellos se realiza la vida humana. ¿Cómo? El alma vivifica el cuerpo y exhala los sentidos; el cuerpo atrae hacia sí el alma y abre los sentidos; y los sentidos tocan el alma y excitan al cuerpo. Pues el alma brinda la vida al cuerpo, igual que el fuego llena de luz las sombras, y posee dos fuerzas esenciales: el entendimiento y la voluntad, como dos brazos; pero no es que tenga el alma brazos para moverse, sino que, mediante estas energías, se manifiesta igual que el sol por el fulgor de sus rayos.

Oh hombre, no eres, pues, un mero fardo de huesos, así que presta oído a la ciencia de las Escrituras.


En el Sepher Yetzirath leemos: 


“Da a Shin el fuego, del cual se forman los cielos. Del agua, que es Mem, nace la tierra y entre esta y Shin, esta Alef, el aliento de la que nace el aire, que está entre el cielo y la tierra”. 


De lo más sutil a lo más denso se completan los 4 Niveles de Manifestación: el nivel espiritual (fuego), el mental (aire), el emocional (agua) hasta llegar al plano físico (tierra).

Y continúa atribuyendo a cada una de las tres letras madre una parte del cuerpo humano: A Shin le asigna la cabeza, el pecho a Alef y el vientre a Mem.


Gerard Encause, conocido como Papus, afirma que “Al ser cada letra un poder, está vinculada con las fuerzas creadoras del universo. Así, la combinación de palabras en el idioma hebreo viene a ser como una oración sobre el mismo universo.”


Y la Ciencia actual confirma el poder de estas letras: el investigador Dan Winter analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma, descubriendo que cada uno de los pictogramas que representa una letra hebrea se correspondía exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de esa letra.



SHIN: La Llama Eterna

La letra shin aparece en relieve en ambos lados del tefilín de la cabeza. En el lado derecho la shin aparece con tres cabezas, mientras que en el izquierdo lo hace con cuatro. En cabalá estudiamos que la shin de tres cabezas es la de este mundo, y la de cuatro es la del Mundo por Venir.


El secreto de la shin es "la llama [Revelación Divina] unida al carbón [Esencia Divina]". El carbón posee una llama invisible en su interior, que emerge y asciende desde su superficie cuando es encendido. Los tres niveles: carbón, llama interna y llama externa, corresponden al secreto de jash-mal-mal, como se explicará en la próxima letra, la tav.


Uno de los significados de la palabra shin en hebreo es shinui, "cambio". El carbón simboliza la esencia de lo cambiante, el secreto del versículo: "Yo soy Dios, Yo no he cambiado", denotando que en cuanto a la Esencia de Dios, no ocurrió ningún cambio en absoluto desde antes de la Creación hasta después de la Creación. La llama interna es la paradójica presencia latente del poder de cambio, dentro de lo inmutable. La llama exterior de la shin, está en un estado de movimiento y cambio continuos.






De acuerdo con el versículo antes citado, la esencia de lo inalterable es el secreto del Nombre Havaiá. El poder de cambio (como está presente de manera latente dentro de la Esencia de Dios antes de la Creación, y posteriormente revelado en lo infinitamente intrincado y bello de una llama en eterna danza, es el secreto del Nombre explícito de la Creación, Elokim, el único Nombre de Dios que aparece en plural.


El valor numérico de la letra shin, 300, une estos dos Nombres Divinos como "la llama se une al carbón". En at'bash, el Nombre Havaiá se transforma en las letras mem-tzadik-pei-tzadik, cuyo total es 300.


Las cinco letras de Elokim (alef-lamed-hei-iud-mem), cuando se escriben completas también dan un total de 300.


Las tres cabezas de la shin de este mundo se corresponden con tres niveles: lo inmutable, lo potencial y lo cambiante como se discutió arriba.


En este mundo, lo inmutable es simbolizado sólo por el negro y oscuro carbón, no por la luz revelada de la llama, sin embargo, la permanencia de la llama depende de la esencia inalterable del carbón. En el Mundo por Venir, esta esencia inalterable se revelará también dentro de la llama. Esta revelación del futuro es el secreto de las cuatro cabezas de la letra shin.






En la llama de la vela se observan tres niveles de luz: "la luz oscura" alrededor de la mecha, la llama blanca que la abarca, y un aura amorfa alrededor de la llama blanca misma. Cada uno de estos tres niveles de luz revelada, manifiestan una dimensión contenida dentro de la llama invisible presente en el carbón. En general, la llama simboliza amor, como está dicho: "tan poderoso como la muerte es el amor... la llama de Dios". La luz oscura, corresponde al amor de Israel, almas investidas en cuerpos físicos. La luz blanca es el amor de la Torá. El aura corresponde al amor de Dios. Estas son las tres manifestaciones elementales de amor que enseñó el Baal Shem Tov. La cuarta cabeza de la shin del futuro - la revelación de la esencia del carbón mismo - corresponde al amor de la Tierra de Israel y, como enseñan nuestros sabios: "la Tierra de Israel se extenderá en el futuro para incorporar a todas las tierras del mundo".




La alef… primera letra del alfabeto, está formada por dos iud, una en la parte superior derecha, y la otra en la inferior izquierda, unidas por una vav en diagonal. Esto representa las aguas superiores e inferiores con el firmamento entre ellos… el mítico punto donde convergen todos los puntos del Universo… una sugerencia primaria del Axis Mundi… El Árbol de la vida…

Esta mística de la palabra, donde es ella quien provoca la sintonía de fuerzas unificadoras, no contempla sin embargo la disolución de YO, la inmersión de la conciencia en el todo, pues a pesar del éxtasis y del estado especial de conciencia que se debe alcanzar para lograr la Unión Mística, la criatura siente la distancia con el creador…mantiene su conciencia en una especia de trance de vigilia, que sin embargo lo lleva a consustanciarse con la essentia, la usia, transfigurándose en pura materia espiritual, y digo materia espiritual porque en el instante de contención, ya es imposible distinguir materia de espíritu.

Es el misterio del Atman hinduista o Espíritu, el Sanctus Spiritus, el pneuma griego, el ruh arábigo, el ruah hebreo, el Amon egipcio, el ch’i chino: es la esencia espiritual, indivisa



La letra Tau… última letra del alfabeto hebreo. Resonancia y eco formidable de la cruz, símbolo de la convergencia y del centro como séptimo punto espacial y punto de unión de todos los opuestos…

Que evoca también nuevamente el eje del mundo, Axis Mundi, y que en impronta irrevocable, llevará hombre devenido en su si mismo (Caín) en la frente como símbolo de la consciencia: centro por donde también pasa el Axis Mundi, punto de unión de todos los contrarios, uniendo lo de arriba y lo de abajo… ese lugar donde la luz ya no nos hace sombra…

22 letras del alfabeto hebreo con sus correspondientes valores numéricos, se recomienda contemplarlas y dibujarlas con paciencia, no sólo como un ejercicio mnemotécnico, sino para que las ideas de las que están cargadas se vayan revelando en nuestra conciencia, y establezcamos armonías entre los diversos órdenes de la realidad que ellas concatenan, como si se tratara de llamas de fuego que unen el cielo y la tierra y en cuya danza trazan rectas, círculos, escuadras o espirales, figuras todas ellas emanadas de un solo punto invisible.

22 letras hebreas y sus valores numéricos, se dividen, según aparece ya en el Sefer Yetsirah, en:


tres letras madre: alef, mem y shin;

siete letras dobles, a saber beth, guimel, daleth, kaf, fe, resh y taw,
y doce letras simples: he, vav, zayin, heth, teth, iod, lamed, nun, samekh, ayin, tsade y qof.

Las tres primeras se relacionan con la triunidad de los principios universales, representando la shin el principio masculino del ser, mem el femenino y alef el punto neutro que los conjuga, lo que además está en perfecta correspondencia con los tres principios de la Alquimia, 249 el azufre, el mercurio y la sal respectivamente; además, estas tres sumadas a las siete dobles dan 10, que como veremos es el número con el que se expresa todo el orden arquetípico de la Creación, vinculándose también cada una de las dobles con los siete planetas de la antigüedad y las siete sefiroth de construcción cósmica, y las doce simples con los signos del zodíaco, rueda de la vida que es expresión del despliegue espacio-temporal del Cosmos. Todo lo cual nos hace ver el alefato como las piezas justas de un juego que se llama universo, escrito y reescrito permanentemente por esa mano invisible, que las combina y permuta, enlaza, borra, alarga y encoge, en la vertical y en la horizontal, labrando todo un entrecruzamiento de posibilidades insospechadas y siempre insinuadoras de lo metafísico.







Las técnicas hermenéuticas


El conocido dicho de “hacerse cábalas” alude sin duda a las técnicas hermenéuticas que permiten encontrar significados ocultos en las palabras de textos sagrados, como la Toráh, si bien pueden utilizarse para cualquier otro texto escrito. Cada letra puede tomarse como: un grafema (la letra como tal), un número (su valor numérico) o una idea (su-s significado-s).


Existen tres técnicas hermenéuticas básicas: Guematria, Temurá y Notarikón.


Guematria


Una cualidad única del hebreo es que cada una de las veintidós letras tiene un valor numérico, por medio del cual puede ser calculado el valor numérico de cualquier palabra. El uso hermenéutico de este valor numérico se basa en la creencia de que dos o más palabras con la misma guematria deben tener una relación entre sí.


Veamos algunos de los ejemplos más significativos:


Nada, ain ( אין ) y yo, aní ( אני ) tienen el mismo valor: 61. Esto es justamente lo que podemos encontrar en distintas enseñanzas, como el budismo o el vedanta advaita: el “yo”, el ego, no es nada, no tiene una existencia real.


Amor, ahaváh  ( אהבה ), uno, ejad (אהד )  y vacío, bohú ( בהו ) suman 13. La identidad entre el Uno o Dios y el Amor es evidente. Más allá de la dualidad de la manifestación existe la unidad de la divinidad, llámese Dios, Conciencia, Noúmeno, Fuente o el nombre que queramos darle. Y el vacío puede hacer referencia a dos cosas: a lo inmanifestado, que es el origen de toda la manifestación fenoménica, y a la necesidad de “vaciarnos de nosotros mismos”, de nuestro ego, para poder llenarnos con el amor. El número 13 por otra parte es muy significativo, pues podemos asociarlo al Cristo, en medio de los 12 apóstoles.


Serpiente, najas ( נּחשׁ ) y Mesías, mesiaj (מּשׁיּח) comparten el mismo valor numérico: 358. La serpiente es un símbolo de Kundalini, la fuerza creativa espiritual que hay en cada hombre. Su despertar completo se relaciona con la iluminación. La “venida del Mesías” se entiende así, no como la llegada de un hombre concreto para salvarnos, sino como una metáfora de nuestra propia evolución hasta alcanzar la divinidad, tal y como se ilustra en el Arbol de la Vida con la ascensión de la serpiente Najustán desde Malkut hasta Kether.


Naturalmente, para poder trabajar con esta técnica necesitamos un diccionario hebreo español y un diccionario de guematria, en el que aparecen las palabras agrupadas por su valor numérico de modo ordenado. Ambas cosas podemos obtenerlas en el excelente Diccionario Numérico Cabalístico de Jaime Villarrubia.


Temurá


Si en la guematria atendemos al valor numérico de cada letra, en la temurá utilizamos las letras en sí, haciendo permutaciones con ellas dentro de una misma palabra, dividiendo ésta en grupos de letras que formen palabras o transponiendo el orden de las letras para formar una palabra diferente. Una modalidad, llamada atbash consiste en sustituir cada letra por la correspondiente a su opuesta en el orden alfabético del alefato, es decir; la primera por la última, la segunda por la penúltima etc…


Algunos ejemplos de temurá:


Mesías, Mesiaj ( משיח )  podemos descomponer esta palabra en dos: moaj ( מח )  cerebro, y iesh ( יש ) realidad, lo que nos habla de un cerebro que puede percibir la realidad tal y como es, es decir; ha transcendido la ilusión, que es lo que consiguen todos los hombres “despiertos”.




Yo dije: “Muéstrame la escalera que pueda subir hasta el Cielo”

El dijo: “Tu cabeza es la escalera, 
pon tu cabeza bajo tus piés”


(Rumi) 


El Árbol de la Vida es también la Escalera de Jacob, que conecta el cielo con la tierra. Cada Nivel de Manifestación tiene su propio Árbol, que se encadena al siguiente. El Árbol de cada mundo crece a partir de la estructura del anterior, de tal manera que el flujo que conecta todo lo que existe, está presente en todo lo manifestado. Tal y como se dice: “la cabeza en el cielo y los pies en el suelo”, el trabajo del alma requiere estar conectada a todos los niveles. Y existen 4 niveles de manifestación: físico o material, emocional, mental y espiritual. Los distintos árboles que se corresponden a estos niveles se unen desde dos sefirot: Kether y Tiferet, de modo que el Kether del nivel físico es el Tiferet del nivel emocional, y el Kether de esta nivel es el Tiferet del nivel mental, y el Kether de dicho nivel es el Tiferet del espiritual.Tiferet es siempre el Centro del Árbol, mientras que Kether es su Corona. La estrecha relación entre estas dos esferas puede ilustrarse con la frase de Jesús: “El Padre y Yo somos Uno”.


Por otra parte, los “Ángeles subiendo y bajando por esta escalera” representan el movimiento continuo en ambas direcciones, que podríamos decir de involución, hacia abajo y evolución, hacia arriba.Es interesante reseñar que el Árbol sefirótico está “invertido”, pues sus raíces se encuentran en el cielo, y sus ramas en la tierra. La última esfera o sefirah es Malkut, que representa el “Fruto” del Árbol, mientras que la primera de las esferas Kether sería la “Fuente” que, como un surtidor, llena su recipiente, y una vez lleno, se derrama sobre otro inferior, el cual, al llenarse a su vez se desborda sobre un tercero más abajo y así sucesivamente en cada una de las esferas. 




Este derramarse constante de la fuente nos recuerda que la Creación sucede a cada instante.


"EL TIEMPO DE LA SEGUNDA CREACIÓN HA LLEGADO, NADA ES INIGUALABLE A LAS GLORIAS QUE GAIA CONSTRUIRÁ SOBRE SU SER, EN EL INTERIOR DE SU CORAZÓN YACEN LOS PLANOS MAS PRECISOS PARA LA RECONSTRUCCIÓN TOTAL, ELLA NOS TRANSMITE EN LUZ Y AMOR SUS MAS ALTAS FRECUENCIAS PARA SER CO-CREADORES DE SU REALIDAD SOSTENIDA EN LUZ Y FUEGO SAGRADO.

NO DEJEMOS SOLA A GAIA EN ESTE NUEVO INTENTO DE CREACIÓN, NUESTROS CORAZONES HAN MADURADO Y NUESTRO SER CRISTICO ESTÁ MAS DISPUESTO A CONECTAR SUS MAS ALTAS FRECUENCIAS CON EL BRINDAR DE SU LUZ.

CADA MILENIO GAYA RECIBE NUEVOS NÉCTARES PARA CONTINUAR SU MISIÓN, AHORA NOS TOCÓ COLABORAR CON SU SER SAGRADO Y SU RESTITUCIÓN ETÉRICA COMPLETA, ELLA ESTÁ LLENA DE LUZ NUEVAMENTE Y LISTA PARA ABRIR CAMINO A TRAVÉS DEL PUENTE DE LA CONSCIENCIA.

NO DESCUIDES POR UN SEGUNDO TU MISIÓN CON GAIA, QUE NO ES OTRA QUE CONTIGO MISMO, EN UNIDAD, ELLA HA PUESTO EN TI SU FE Y SU ESPERANZA, CONFÍA EN QUE ESTAS LISTO Y QUE LOS RECURSOS SE DARÁN POR AÑADIDURA. 

NO DESCONFÍES DE TU SER, TUS CAPACIDADES KRÍSTICAS RECONSTRUIRÁN TUS HABILIDADES HUMANAS, ESPERA RECIBIR Y SORPRENDERTE… NO DUDES, LA MISMA CREACIÓN SE MANIFESTARÁ PRIMERO CONTIGO… CON TU SER SAGRADO, CON LA RECONSTRUCCIÓN DE TU TEMPLO, AVANZA YA, CON PASO FIRME, PIDE Y SE TE DARÁ, COMPARTE Y SE TE MULTIPLICARÁ, EL AMOR DE MI CORAZÓN IRRADIA JUNTO AL DE LWX VOTÁN QUETZÁL YLWHVATAR ARKHAAHNYWMH PARA TRANSMITIR LAS MAS ALTAS FRECUENCIAS KRÍSTICAS DE AMOR MANIFESTADO EN LA HERMANDAD SAGRADA, NO TEMAN POR SU DESPERTAR, EL TRIUNFO ESTÁ ASEGURADO DESDE EL CORAZÓN CENTRAL DE LA GALAXIA, AVANCEMOS CON FUERZA Y AMOR".  Bricia Orihuela





Gracias a las páginas amigas: 



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