Escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en mi espíritu y no pude resistir la perfección del silencio.
"No creo en las invocaciones pero las invocaciones creen en mi ..."
La tortura ha pactado con las palabras....habla de mi con una vibración de pájaros ...aún hay luz sobre las ramas abatidas...no es una glorificación....es más hermoso y antiguo...huelo los testimonios de cuanto es sucio sobre la tierra y no me reconcilio, pero amo lo que ha quedado de nosotros. Estoy viejo de mi mismo, pero hay estigmas, han llegado los visitantes, hay hormigas debajo de las llamas...
No recurriré a la verdad, porque ¿qué verdad existe en el vientre de las palomas? ¿La verdad está en la lengua o en el espacio de los espejos? Si levantas una túnica encontrarás un cuerpo, pero no una pregunta. Sucio, sucio es el mundo, pero respira. Después del conocimiento y el olvido ¿qué pasión me concierne?
Todos los gestos anteriores a la deserción están perdidos en el interior de la edad. Imaginad un viajero alto en su lucidez y que los caminos se deshiciesen delante de sus pasos y que las ciudades cambiasen de lugar. El extravío no está en él, más si el furor y la inutilidad del viaje. Así fue nuestra edad, atravesábamos las creencias.
Los que sabían gemir fueron amordazados por los que resistían la verdad, pero la verdad conducía a la traición. Algunos aprendieron a viajar con su mordaza, y éstos fueron más hábiles y adivinaron un país dónde la traición no es necesaria, un país sin verdad. Era un país cerrado, la opacidad era la única existencia, ciego en la inmovilidad, me poseyó el olvido.
Este fue mi descanso. Permanecí, pero mi obra es la retracción.
¿Cuál es mi verdad? ¿Cuál es mi aliento sin vosotros? ¿Quién juzgará a quién ha traicionado a la traición? La pregunta es un ruido inútil en el idioma que sucede a la juventud. Mi fortaleza está en recordar....y despreciar la luz que hubo...y descendía...y mi amistad con los suicidas, reconocer mi lentitud y el animal que sangra dulcemente dentro de mi alma. Vuestra limpieza es inútil, harías mejor abandonando, deshabitando un tiempo que se coagula en la dominación, harías mejor en residir en légamos. Yo no soy vuestro maestro, pero sí vuestra profundidad a la que quizás no llegaréis.
¿Qué sois? ¿qué sostenéis ante los muros aborrecibles? Es otra comprensión, es otra cólera la que me concierne, mi madre es fértil en la cobardía, mi corazón temible en la dulzura.
Escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en mi espíritu y no pude resistir la perfección del silencio
VOY A EXTENDER MIS BRAZOS,
Y PENETRAR LA HIERBA.
PERMANECÍ, PERMANECÍ
pero mi obra es la retracción...
"Así fue nuestra edad...Atravesábamos las creencias"
Fragmento de la descripción de la Mentira-Antonio Gamoneda.
Fotografía: Teresa Freitas.
- Gracias Yaneth -
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