Se tomaron de la mano y permanecieron inmóviles en el agua.
-Cuando yo muera. Tú me llevarás dentro, yo seré tú; viviré
en ti. Te hundirán conmigo en la tumba. Tu alma seré yo; tu alma tendrá mi
rostro y mi cuerpo. Es lo que tu Maestro no te ha revelado. Tu alma aún no tiene
rostro. Llegará a tener el mío. Así será persona, será yo. Le daré mi
eternidad. Tu alma podrá desposarse consigo misma. La boda se cumple en la
Estrella de la Mañana. Mientras pasa la noche y se cumple el destino, hablemos
de amor.
La flor del amor se va muriendo para siempre; las nuevas
generaciones no la conocerán. Se le ha robado su misterio, su pudor, su timidez
divina... Has bebido mi sangre y ya somos dos hermanos. Mi forma ya transita
por tu sangre. Todo esto que en la tierra es una vez y nunca más... Si Dios lo
quiere, te amaré aún más estando muerta...
-Pienso que ya ha amado así alguna vez -dijo él-, a una
sacerdotisa, o a una mujer que dormía dentro de una montaña. ¿Serás tú misma?
¿Se repetirá todo eternamente? ¿Es esta la reencarnación? ¿Volveremos a encontrarnos,
sin memoria, sin tiempo?
-Nunca he sido antes y no volveré a serlo. Una vez y nunca
más. Y esto es ya definitivo, en el fondo, en el centro de las cosas... Cuando
me haya ido, alguien que también va por tu sangre, te enseñará, sin palabras,
lo que es la reencarnación y lo que puedes lograr de ella. ¿No has pensado que
el hilván de las historias se encuentre en el narrador?
Únicamente el ángel del amor es. El dios del amor. Por él
vivimos y morimos. Sólo en él seremos eternamente, prestándonos a la revelación
de sus designios, que él desconoce, porque sólo a través nuestro se le harán
visibles...
Ese dios es la Estrella de la Mañana, el Astro de El-Ella. Contemplémoslo...Amanecía.
En una ventanita alta apareció el Lucero del Alba y dejó caer su luz honda,
humedecida.
-Oremos -dijo ella-. Te enseñaré su oración, para que le
repitas cuando yo no esté más. Dila con unción. Vendré en su luz...
* * *
"...Y cuando tu mueras, caerás en tu
alma como dentro de mí... Despósate conmigo, allí dentro. Si tu fracasas, si tu
no llegas, todo habrá sido en vano. Y el ángel del amor ya no conocerá su rostro. Estoy muy
cansada. Ven mañana a visitarme. Tenemos que cumplir un último rito."
Elella
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