"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

jueves, 19 de abril de 2012

Navegar es una gran victoria


“Navegar es una victoria de la inteligencia
sobre el determinismo del mar”


Ayer llegué a casa de trabajar agotada, sin ninguna intención me acerqué a la estantería y cogí un libro, no era hora ni lugar para leer, la vida apremiaba ante su continuo ritmo impuesto por la rutina del devenir diario. Mediodía, comer deprisa…no llegar tarde…

Sin embargo, fui de modo autómata a coger un libro, sin haberlo programado, ni pensado previamente…mi mano estaba allí al azar rápidamente, eligió por mí ¿Un impulso…?

“El vuelo de la inteligencia, de Jose Antonio Marina”.


  Abrí una página al azar,

página 124: 
"El vuelo de la inteligencia";

página 125:
¿y si el corazón se queda?


"Una vez más, la única solución está en la acción. Gracias a ella podemos ir recuperando la conciencia de nuestra capacidad de hacer las cosas.Podemos aprender a responder con más eficacia a los problemas o a seguir..."

"Pero vuelvo a repetir, no son decisiones de todo o nada. Son estrategias audaces para hacernos ir hacia donde queremos ir, a pesar de las circunstancias, entre las que pueden incluirse nuestras preferencias, gustos, manías, miedos. La mejor metáfora que se me ocurre para ilustrar esta astucia de la inteligencia viene del mar. Navegar es la gran metáfora del vivir inteligente. Un velero es la creación de la inteligencia humana para poder aprovechar a su favor las fuerzas que están en su contra y apoderarse así del mar. Un buen timonel sabe navegar contra el viento sirviéndose del empujón del viento al que ha engañado previamente entre las velas. El viento extraviado sale por donde puede, que es por donde el navegante quiere. Así consigue, contra todo sentido común, avanzar a barlovento, plantando cara al aire encrespado, que es lo que antes o después tenemos que hacer todos. Navegar es una victoria de la inteligencia sobre el determinismo del mar. Como escribió Séneca, el filósofo cordobés que en España ha sido prototipo de sabiduría "El buen piloto, aun con la vela rota y desarmado y todo, repara las reliquias de su nave para seguir su ruta."

Se lo vuelvo a repetir, aunque me tilde de pesado: el rumbo es lo importante. El modo de recuperar el sentimiento de la propia eficacia no es enfrentándose a fuerza de voluntad pura contra el mundo, ni empantanándose en un análisis interminable, sino empeñándose en alcanzar pequeñas metas cotidianas, reflexivamente elegidas, y suficientemente jaleadas por nosotros mismos-y ojala tenga la suerte de que por otros también- cuando lo hayamos conseguido".




El vuelo de la inteligencia-José Antonio Marina

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