"Cuando el cielo quiere salvar a un hombre, le envía amor" Lao-Tse. Que el amor sea tu única guía, sin mapas, sin dogmas, sin maestros, sólo amando...
Sospecho que hoy empiezo a Ser Canción, si seco un llanto. Y la canción con alma echó a volar y desde entonces los dos, vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio. Y un día como lluvia, ellos caerán y mojaran todo y su misterio crecerá verde sobre el mundo" Silvio Rodriguez.

miércoles, 18 de julio de 2012

Perséfone y los hilos invisibles del destino

Perséfone, en la mitología griega, era la hija de Zeus, padre de los Dioses, y Deméter, diosa de la fecundidad, de la tierra y la agricultura, símbolo de esa fecundidad que ella llevaba consigo. Vivía en un bosque lejano, en cuyos lindes se abría la espesura, rodeada de otras ninfas como ella, hijas de dioses o de dios y mortal.







LA DONCELLA Y REINA DEL MUNDO SUBTERRÁNEO,
MUJER RECEPTIVA E HIJA DE LA MADRE


A nivel interno, Perséfone, la Suma Sacerdotisa, es una imagen del vínculo con ese misterioso mundo interior al que la psicología de lo profundo ha dado el nombre de "el subconsciente". Es como si, más abajo y más arriba del mundo visible, que nosotros creemos que es la realidad, hubiese otro, un mundo oculto, lleno de riquezas y de potencialidades, en el que no podemos penetrar sin el consentimiento de sus soberanos invisibles.


Este mundo contiene nuestras potencialidades sin desarrollar, así como las facetas más oscuras y primitivas de nuestra personalidad. Posee también el secreto del destino del individuo, que se gesta en la oscuridad hasta que se cumple el tiempo de su manifestación. Perséfone, la Suma Sacerdotisa, es una encarnación de esa parte nuestra que conoce los secretos del mundo interior. Pero sólo puede ser percibida a medias por la conciencia despierta, y aparece a través de los fragmentos fugaces de los sueños o a través de esas extrañas coincidencias que nos hacen sospechar que pueda haber alguna tendencia oculta funcionando en nuestras vidas.



Perséfone es una imagen seductora y fascinante, pero no habla de sus secretos. Del mismo modo, el mundo nocturno del subconsciente, que se entrevee en los sueños, las fantasías y las intuiciones, es también seductor y fascinante, pero cuando intentamos abarcarlo con el intelecto y "dominarlo" para nuestros propios fines, permanece callado y se escabulle.

El mundo oscuro de Perséfone proporciona tan sólo unas vagas visiones de las tendencias y movimientos que funcionan en el interior del individuo.

Hace falta paciencia y que el tiempo pase antes de que puedan ser sacadas a la luz del día. El mito de Perséfone enfatiza el movimiento cíclico del tiempo, al retratar un ritmo misterioso, un constante ir y venir de algo.


Las semillas del cambio y las nuevas potencialidades aguardan en silencio en el vientre del mundo subterráneo antes de ser ofrecidas al cuidado de la Madre Tierra y sacadas a la luz en el mundo material.

Perséfone, la Suma Sacerdotisa, es una imagen de esa ley natural que funciona en las profundidades del alma que gobierna la revelación del destino desde una fuente invisible, y que se manifiesta sólo a través de la sensación, la intuición y el mundo nocturno de los sueños.

Es una mujer joven, esbelta y bella, asociada a la fertilidad y también a la diosa madura de las almas muertas. Si es Perséfone quien proporciona la estructura de la personalidad, predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás: a ser complaciente en la acción, pero pasiva en su actitud.

Tiene dos aspectos, como doncella, que representa a la joven adolescente que no sabe quién es y todavía no es consciente de sus deseos y sus propias fuerzas. Su actitud es la de la eterna adolescente, indecisa en cuanto a que no sabe qué es lo que quiere ser cuando crezca, a la espera de que algo o alguien transformen su vida.

El camino del crecimiento de Perséfone es pasar de ser la doncella inocente a la diosa de las profundidades, debe volverse una mujer apasionada y sexual.

Perséfone representa a la hija de la madre, quiere agradar a su madre, ser buena chica, ser prudente y defendida de toda experiencia que suponga riesgo.

Como mujer, Perséfone se pone guapa para él, se adapta a sus deseos y hace lo que a él le gusta, es incapaz de expresar lo que ella misma desea ya que no lo sabe.

Es muy adaptable y presenta muchas caras, según el deseo del otro. Es una receptividad innata que la hace muy camaleónica.

Sabe escuchar lo que otras personas tienen que decir sin juzgarlas. Antes de unirse a un grupo, se muestra tímida, prefiere observar primero.


Es una mujer niña que no es consciente de su atractivo sexual. Recatada, no sabe decir no directamente, educada para evitar perturbar la armonía con desacuerdos o exigencias.


En otro aspecto es como reina del mundo subterráneo, cuando a través de la experiencia, la mujer Perséfone crece, se convierte en alguien capaz de conectar con el inconsciente, con el mundo psíquico más profundo. Es capaz de unir ambos mundos y de guiar a otras personas a comprender su mundo oculto y hacerlo visible.

Perséfone, la guía, es el arquetipo que produce una conexión con el lenguaje simbólico, los rituales, la locura, las visiones o la experiencia mística.



Tras el jardín de mis sueños, un secreto mudo.
El aroma de un rito cuyo sortilegio, sabe a Verdad.

 
Un corazón puro
Un disparo certero a pleno sol.
Un bocado jugoso en el invierno,
Praderas de espuma verde,
nada pasará sino a través de mi.

"O"

2 comentarios:

  1. Siempre me gusto este mito y hubo una epoca en que profundicé mucho en él.Es un enfoque interesante el que le da este articulo.

    Comparto algo que escribi hace tiempo inspirandome en la historia de Persefone y Hades y en el transito estacional del invierno a primavera que simboliza:

    Hay veces que el calor humano nos parece el calor de un incierto infierno. Calor que derrite el abismo profundo y oculto adherido a nosotros en los fríos inviernos del miedo.

    Gracias querida Odin,un abrazo.

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  2. Gracias Dayana...por traer lo que mi corazón deshechó al desgranar el mito, el tránsito.

    Sabía de la historia, y de lo que representa, pero me resistí a hablar de primaveras, quizás por miedo...emoción contraria al Amor.

    Amor que derrite abismos...hasta desaparecer en la nada de inciertos cielos e infiernos. Allí en ese instante, somos lo que somos, pasos del alma en tránsito, conscientes de los abismos que nos unen y nos separan, salvados y derretidos, en Amor y por Amor. Nada y Todo.

    Allí dónde vive la eternidad y descansa la locura de toda experiencia mística, esperando la llegada de la Paz definitiva y otra nueva primavera, aqui y ahora.

    Un abrazo enorme del alma queridísima Dayana.

    _/\_ Odin.

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